Capítulo 4: Payasos no muy agradables.

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La palabra payaso hacia temblar a mi esposa, se sentía asqueada por lo que vio, aun tenia aquella sensación de olor a sangre en su nariz. Yo trate de calmarla cambiando el tema, contando cosas de mi infancia, pero.. No funcionaba.
-Ahí es donde iba por las tardes a capturar mariposas, la casa de allá era la de una señora muy extraña, cuentan que su hogar estaba llena de extraños títeres y.. -Me hizo una señal, que me callara. Estábamos caminando en dirección al ayuntamiento, había propuesto yo ir a casa de mis padres de nuevo y descansar, pero ella no quiso, se sentía aterrada de que alguien estuviera en casa, prefería estar secura en un lugar como el ayuntamiento.
-Derek, no me siento muy bien, solo quiero estar unos segundos a solas y.. Uf. Es horrible, aun recuerdo su.. Su cuerpo abierto como el de un animal en aquella tienda.. ¿Sabes? Quiero conocer a tu padre y irme a casa, ¿tu que dices?. -Proponía ella con un increíble rostro de angustia. Yo solo respondí que si, si eso la relajaba, lo haría. Tome su mano y entrelace nuestros dedos, llegando finalmente al enorme edificio antiguo frente a nuestras narices. Apenas íbamos a entrar, un policía salio del edificio, cerrando las puertas con llave.
-Lo lamento mucho, chicos. No se podrá entrar al ayuntamiento hasta después del.. Caso, sobre el asesinato de hace unos minutos. Mientras tanto vayan a casa, habrá toque de queda. -Decia aquel hombre para luego retirarse. Las dos palabras me hicieron temblar como a un pequeño cachorrito, asintiendo con la cabeza.
-Esta sucediendo de nuevo.. Janine. Yo.. Quisiera ir a casa. Vayamos a casa de mis padres y preparemos las maletas de nuevo, nos vamos de aquí. -No le di oportunidad de responder, empezando a caminar concentrado hacia mi casa, tomando un camino alterno a donde fue el asesinato.

 -No le di oportunidad de responder, empezando a caminar concentrado hacia mi casa, tomando un camino alterno a donde fue el asesinato

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-¡Hey, espera, Derek! Me estabas dejando muy atrás.. Uf, ¿te pasa algo? Podemos hablar.. Ya me siento mejor. -Por accidente había caminado muy rápido, olvidándome por un segundo de Janine. Me acerque a ella, estando a mitad de la calle para abrazarle con fuerza, sentía miedo y era obvio, me sentía cobarde por no ser mas duro y no cuidar bien a mi mujer.
-Yo.. Tengo miedo, Janine.
-¿Eh? ¿Miedo? Derek.. No estas solo aquí, me tienes a mi y podremos irnos de aquí cuanto antes.. Incluso podríamos proponerles a tus padres ir con nosotros hasta que terminen las vacaci.. -Le interrumpi, empezando a caminar de nuevo.
-Nunca. Ellos nunca se van a ir de aquí, sus raíces están en esta ciudad y irse de aquí seria algo muy doloroso para ellos, aun siendo por unas vacaciones, ¿entiendes? Es lo que me preocupa, que mis padres corren peligro y no puedo hacer nada.
-¡Pero no estas solo, Derek! Me tienes a mi, a tu esposa.. Por favor, solo hay que.. Descansar un momento.

Deje de contestar, caminando como un muerto viviente. Llegamos pronto a casa y observamos que al fin mi padre estaba ahí, cenando en la cocina con mi madre. Sonreí mas aliviado, llevando a Janine con ellos.
-Papá, seguramente mamá ya te contó que vine con mi pareja, ¿no? Es ella, su nombre es Janine. -Janine se ponía en frente de mi, sonriendole a mi padre, un hombre bastante alto, con el cabello completamente blanco por las canas. Su barba había crecido, pero esta igual se veía de una tonalidad blanca/gris. Mi padre dejo de comer un momento para saludar a mi novia, abrazandole amistosamente.
-Mucho gusto, hija.
-Mucho gusto, señor Jacob, me alegra conocer al fin a ambos padres de mi esposo.
Janine se retiro de ahí luego de eso, yendo a su habitación.. Ella seguramente seguía sintiéndose asqueada  por lo de hace unos momentos. Les explique lo que vimos y mis padres me interrumpieron para hablar.
-Si, otro asesinato en lo que va del año.. Las cosas se ponen muy feas, hijo. Hay alguien vagando por las calles asesinando personas.. Seria mejor que ya no salgan mucho, o a lugares muy solos. -Mi madre hablaba muy rápido que a penas le había entendido.
-Mamá, papá.. La verdad es que yo y Janine.. Nos iremos esta misma noche a casa, perdón por irnos tan rápido pero es que.. No estamos muy cómodos aquí. Con permiso. -Me retire de ahí, yendo detrás de Janine. Mis dos padres se quedaron viendo mutuamente, como si ya supieran que iba a pasar.

Janine ya tenia las maletas terminadas, yo solo le ayude a bajarlas para llevarlas directo al Volkswagen de mi mujer. Las puse en los asientos traseros para luego subirme, colocando la llave en su lugar para luego girar esta y encender el auto, pero.. No se podía, no encendía, aun había gasolina, eso era muy raro.
-¿Que? ¿No enciende? Pero si yo misma me asegure de que estuviera en perfectas condiciones antes de salir.. Demonios.. -Janine estaba muy estresada con sus manos en su rostro. Trague saliva y bese su mejilla para luego bajar, observando a mi padre salir de casa, acercándose al auto.
-¡Vaya! Parece que se les averió el carrito.. ¿Que les parece si mañana lo llevamos a un mecánico? El único que existe en el pueblo, duerme a estas horas. Mientras tanto pasen a casa de nuevo, hace frío y el toque de queda ya inicio. -Tome las maletas de nuevo, yendo a adentro. Era extraño, justa el día en el que pensaba irse ya con Janine, ocurría eso... Mientras tanto ella estaba con sus ojos medio cerrados, entrando a la casa de nuevo para irse a su habitación directamente.
Fui detrás de ella, recostándome en la cama con ella en brazos una vez llegamos a la habitación. Acariciaba su cabello con gusto para luego besar su frente.
-Tranquila, mañana mismo nos iremos y ya no tendremos que estar aquí.. -Susurré en su oído, arrullandola un momento hasta que se durmió, minutos yo también.

Mientras tanto, alguien con cables cortados en manos y una mascara extraña de payaso observaba la habitación de ambos chicos, estando oculto desde detrás de los arboles, escuchándose una risa muy aguda de un psicópata mientras corría.

Mientras tanto, alguien con cables cortados en manos y una mascara extraña de payaso observaba la habitación de ambos chicos, estando oculto desde detrás de los arboles, escuchándose una risa muy aguda de un psicópata mientras corría

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Ellos no se han ido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora