¿Quien puede olvidarse de los años 80?, aquella época llena de musica, baile y fiesta, como era mayormente conocida.
Bueno, no todo es así, las personas de Massachusetts, recuerdan esta época como la época tenebrosa, donde ocurrieron cientos de ase...
Tic, tac, tic, tac, sonaba el reloj en la vieja habitación donde dormía junto a mi pareja. Al parecer eran las doce del día y el día seguía oscuro, ¿La causa? Una lluvia con grandes nubes que cubrían el cielo y no permitían la entrada de rayos solares. Las gotas de lluvia golpeaban el cristal, el sonido era grato, me daba mas sueño pero no podíamos estar en cama todo el día. Decidí estirarme y luego besar a mi mujer, acariciando su espalda. -Deberíamos de despertar ya, Janine.. Me gustaría mostrarte el pueblo, un par de lugares. Pero no iremos en auto, si no en tren. -Presione su nariz para hacerle despertar, haciendo que suelte un quejido. Janine solo dio un bostezo muy grande, sentándose en la cama mientras frotaba sus ojos con sus puños. Me levante yo igual, poniéndome ropa limpia; Una camisa de manga larga negra y un pantalón marrón. Me peine con un cepillo que guarde en mi maleta y fui a lavarme los dientes. Mi mujer se vestía de igual forma y hacia sus necesidades. Iba al piso de abajo, a la cocina para buscar a mi madre y decirle que nos iríamos a ver el pueblo. Janine iba detrás de mi, algo cansada, aproveche su inocencia para dar un grito. -¡Ah, la rata, esta subiendo las escaleras! -Señalaba hacia la primera planta. Janine abrió los ojos totalmente, dando un pequeño grito para luego subir corriendo hacia la habitación. -¡A la mierda la rata! -Gritaba ella. Yo no podía parar de reírme mientras bajaba los escalones faltantes. Cuando Janine se dio cuenta de la broma, salia de la habitación con un zapato en mano, lanzándolo justo a mi cabeza, haciendo que casi pierda el equilibrio. -¡Ey!, ¡Eso dolió! -Masajeaba mi nuca, volteando a verle. Ella reía también, sacandome la lengua. -Ja-Ja-Ja, que broma tan graciosa, cariño. -Su tono sarcástico me encantaba. Janine bajaba las escaleras ya peinada y lista. Fui directo a la habitación para buscar a mi madre. -¿Mamá? Uh.. Parece que ya se a ido, tal vez a buscar a mi padre. -Leía una nota que estaba sobre la mesa, con la letra de mi madre, diciendo "Fui a ver que tanto hace tu padre y por cosas del mercado. Cuidense muchachos". -Parece que mi suegra no esta.. ¿ya nos vamos, Derek? -Por supuesto cariño, sigueme.
Ambos salimos con una sombrilla para compartir entre los dos, pensé que así seria mas romántico y divertido. La estación de tren estaba a dos calles, era por una entrada subterránea.
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Al llegar notabamos que la entrada estaba bloqueada por un muro de cementó, con un cartel metálico pegado en el. -"Lamentamos las molestias. Tendremos que cerrar el tren, los accidentes deben de parar" -Leí para luego inflar mis mejillas, observándose a mi chica. -¿Accidentes? Bueno... Supongo que tenemos que ir caminando. Y así ambos íbamos por la acera, yendo a un negoció que recordaba con cariño.
"Tienda de curiosades: El baúl del niño" Decía un letrero encima de un negocio muy colorido. Ambos entramos a esta tienda donde al abrir la puerta se escuchaba una campana. El lugar estaba lleno de antigüedades y objetos muy curiosos de otros países. Miraba una copa que estaba sobre una mesa, para luego notar que alguien nos miraba a Janine y a mi. Me puse un poco nervioso, sonriendo. Era un hombre de 25 años aproximadamente, muy joven. Era un chico de cabello rubio y lacio que le llegaba hasta por encima de la nariz. -¡Hola! Buenas tardes. ¿Sabe que le paso al viejo Richard? Me gustaría verlo, el era amigo de mi padre y bueno, era un buen hombre.. A conservado bien su tienda de curiosidades. -Dije acercándome con Janine tomada de mi brazo. El chico solo sonrió algo melancólico. -Yo soy Eliot, su hijo.. Mi padre falleció hace un año y.. Bueno, quise seguir con el negocio y vender todos los recuerdos y curiosidades que mi padre logro obtener durante su juventud. Mucho gusto, a ti y.. Tu linda novia. ¿Les interesa algo en especial? -Preguntaba el chico, recargándose frente a una vitrina que contenía joyería antigua adentro. Yo me quede callado un momento, sintiéndome mal por no ver aquel hombre una vez mas. Janine tomo algo de una estantería, un collar de piedras blancas y negras, mostrándoselo al chico. -¿Cuanto cuesta este lindo collar? -Pregunto ella, probandoselo frente a un espejo mientras sonreía y posaba. -Hm.. Uh.. Es el collar de la condesa, una mujer que fue muy importante en los años veinte en este pueblo.. Pero, ¿sabes que? Para ti sera gratis, la verdad es que creo que no debería de ponerle precio. Llevatelo, cortesía de la casa. -Mi mujer quedo asombrada, abrazandome para luego saltar un poco con aquel collar puesto. -¡Muchas gracias! ¿Te gusta amor? -Se te ve hermoso.. Bueno amor, debemos de ir al ayuntamiento, me gustaría mostrartelo. Note como otro chico entraba a la tienda, un joven de la misma edad que Eliot seguramente. Este era un chico de cabello negro, fornido y mas alto que el chico rubio. Fue directo a abrazar a Eliot para luego besar sus labios, susurrándole unas cosas, al parecer ambos eran pareja. A mi mujer le parecía muy adorable una pareja de dos chicos, y a mi se me hacia una buena pareja. -Bueno Eliot, nos vemos y gracias por el regalo, buenas tardes y lindo día. -Dije despidiendome de mano con ambos chicos. -Gracias de nuevo, hasta pronto. -Janine hacia una reverencia para luego salir. Al menos habíamos obtenido algo de la extraña pero linda tienda de curiosidades.
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Estuvimos caminando en dirección al ayuntamiento y afortunadamente la lluvia se había ido. Cerré la sombrilla para luego notar que pasaban muchas patrullas a nuestro lado, deteniéndose todas frente a la biblioteca. Había una ambulancia también y esto significaba que había ocurrido algo grave.. Al acercarme mas con Janine, logramos observar como sacaban un cuerpo de el interior de la biblioteca. Este no tenía cabeza, las piernas y brazos habían sido arrancados además de que su intestino estaba salido. Janine quiso vomitar, era todo muy horrible. Las personas se acercaban al lugar de forma curiosa para luego murmurar cosas. -"Esta pasando de nuevo. Los asesinos no se han ido.. Siguen aquí" Decían asustados. La policía no dejaba pasar nada y cubrieron el cuerpo con una manta. Cubrí a janine para ir al ayuntamiento, acariciando su nuca. No quería que viera todo eso. -Tranquila cariño.. Seguramente todo tiene que ver con un ataque de algún mafioso.. Vayamos al ayuntamiento, no pienses en lo que viste, ¿vale? -Susurraba mientras besaba su cabeza. Ella temblaba, obviamente no iba a olvidar para nada lo que paso. Me hizo plantearme una cosa, ¿Los asesinos habían regresado? O mejor dicho, ¿Los asesinos nunca se fueron? Contaban las personas que lo que mataba a las personas en la ciudad era un hombre disfrazado de payaso, que a veces se le veía ocultarse entre las sombras, pero todo parecía ser rumores, ¿o no?.