Ellos no se han ido.

Capítulo 5: Las hermanas torcidas.

"Corre, corre que corre, pequeño conejito solo en el bosque. Corre de ellas, corre así, que ella tratara de alcanzarte y dejarte así. Ellas son malas, ellas se retuercen, gracias a su padre que no deja que las enderecen. Oh, pobres niñas, sufrieron tanto que ahora están afuera, buscando, buscando su pierna, buscando su mano. No dejes de correr, no mires atras, o las hermanas torcidas te atraparan".

Las hermanas torcidas, una canción de terror que cantaban los niños de el pueblo cuando era pequeño. ¿Quienes eran las hermanas torcidas? ¿Era solo una canción o estaba basada en alguien? Ningún niño o padre lo sabia, pero sabían los padres muy bien que con esta canción los niños no iban a desobedecer y se irían temprano a la cama. Cuando era pequeño solía temerle, mi imaginación y aquel recuerdo vago que tenia en mi mente me hicieron odiarla. Recuerdo que un día cuando dormía en mi habitación, después de un día muy largo y de que mi padre se había ido, me fui a la cama molesto. A las tres de la madrugada, escuche un sonido golpear el cristal de la ventana. Recuerdo que desperté confundido y mire hacia la ventana frente a mi. Logre notar que un dedo pasaba por el cristal hasta que el dedo dejo de verse. Temblaba, no sabia si era una broma o no había visto bien. También recuerdo levantarme y ir a la ventana sin siquiera abrir esta, solo observando desde adentro. Se podía observar el bosque desde ahí, se podía ver como dos niñas que estaban tomadas de la mano, se metían entre los árboles. Sus piernas, brazos y cuello estaban rotos, se movían como si arrastraran su cuerpo. El cabello de ambas, negro como la noche, ocultaba sus desfigurados rostros.
Ese era un recuerdo muy viejo, no se si paso en verdad, si fue mi imaginación o un sueño, pero me hizo odiar mas esa canción, me hizo temerle al bosque.

-¿De donde sacaste esa canción? Es muy vieja, de hecho la había olvidado por completó.. -Estábamos en el desayuno, Janine cantaba esa canción que al reconocerla me puse los pelos de punta. Seguí tomando de mi taza de café para luego levantarme, iría con ella a la casa del mecánico, ya habíamos dejado el volkswagen de Janine con el señor.
-¿Por que? Es muy linda y tétrica, aunque misteriosa. La escuche como la cantaban unas niñas cuando desperté. Tus vecinas seguramente. - Respondió ella, comiendo de su pan tostado. Yo me quede aun mas confundido, levantandome.
-Pero nosotros no tenemos ningún vecino.. -Susurré para mi mismo. ¿Acaso Janine me hacia alguna broma?

Ambos nos preparamos y salimos de la casa, mas cómodos que ayer ya que el ambiente estaba muy tranquilo. Había un sol enorme y una brisa fresca. Caminábamos tomados de la mano, hasta llegar a la vieja casa del mecánico. El auto estaba afuera mientras el hombre estaba observando que hacer, hasta que noto nuestra presencia. Yo solo le Sonreí.
-Hola, buenos días, ¿que tal va la reparación? -Me acercaba mas al volkswagen, suspirando mas tranquilo. Ya quería irme de ahí.
-Pues.. Al parecer.. Tendré mucho que hacer. Tardare aproximadamente dos días, señor. Aunque si tengo la pieza que necesito, solo sera un día. ¿Podría buscarla? Estará probablemente en mi casa, son un par de cables iguales a estos. Yo necesito averiguar si su auto no necesita nada mas -Me mostraba unos cables rojos, al parecer, habían arrancado o cortado parte de estos. Mire a Janine y ella asintió, al parecer haría cualquier cosa por irnos de aquí. Fuimos adentro de la vieja casa del hombre, que al parecer, vivía solo. Había una segunda planta, pero las escaleras estaban rotas y además estaba bloqueado el paso en la segunda planta con varias tablas. Solo quedaba la cocina y la sala, además de un baño para buscar los cables, pero no creíamos que estuvieran estos ahí.
-El sótano, probablemente tenga algo allá abajo.. Vamos deprisa, no me gusta estar aquí. -Me susurraba ella, llevándome hasta la puerta del sótano. Abrimos esta y presionamos el interruptor de la luz. Inmediatamente se iluminaba el tétrico sótano bajo las escaleras. Baje con ella, y notamos que haya adentro habían muchas cajas con distintas cosas. También un reloj de pie muy antiguo, una base de una cama y un colchón viejo en el suelo. Nos dividimos para buscar mas rápido. Ella la zona derecha y yo la izquierda, empezando en revisar caja por caja, pero parecía no haber nada útil. Mis ojos se interesaron por algo, una fotografía de dos niñas que estaban sobre un columpio... ¿Que era lo extrañó o interesante? Que las niñas me recordaban a esas hermanas torcidas de mi infancia, además, en la fotografía estas se veían con miedo, como si temieran a la persona que les tomaba la fotografía. Me guarde la fotografía en el bolsillo, solo para verla después. Tardamos media hora aproximadamente en el sótano hasta que Janine encontró aquellos cables, sonriendo y brincando de la felicidad.
-¡Listo, vámonos Derek! -Tomaba mi mano para llevarme fuera de ahí, a entregar los cables al señor. Al dárselos, este aseguro que tendría el auto listo para mañana.

Fuimos directamente a nuestra casa de nuevo, sin ganas de hacer muchas cosas. Le tenia miedo al pueblo y a lo que esta podría hacernos.
-"No dejes de correr..." -Susurraba una y otra vez, con la letra de esa cruda canción en mi mente. Al llegar a casa, me fui al comedor, sentándome mientras sacaba la fotografía. Al mirar detrás de esta, note que había mas, un mensaje.
-"Hermanas Rossfeld. Sonrían, me gusta la sonrisa que tienen, jueguen, ahora están en casa, seremos felices todos aquí. 19--" -La fecha de la fotografía estaba borrosa, no se veían los dos números faltantes. Era raro, aquel mecánico no parecía tener hijos, además, la fotografía parecía vieja. Tenia  sospechas y dudas, sobre quienes fueron esas niñas. Volteé a ver a Janine, ella estaba distraída con su celular, no era buena idea hablarle de mis sospechas. Tenia que averiguar esto solo.