Capítulo 4: Carreras

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(Luke o si lo conocen por su segundo nombre Matty en multimedia)

- Hemos llegado, puedes dejar de asfixiarme. - comienza a reír y abro los ojos, efectivamente estamos enfrente de mi casa, siguió mi dirección y nunca manejo rápido.

Me bajo lento pero seguro, y trato de estabilizarme en el suelo, me siento algo aturdida.

- Gracias por traerme. - sonrío y él hace lo mismo, pero se baja de la moto y saca del asiento mi mochila y me la entrega.

- Bonita casa, Lexi. - ve un poco la casa y luego a mi, me pone nerviosa, ¿ porque me pone nervios?

- Nos vemos mañana. - digo, y él se sube a la moto y enciende el motor.
Me llama con un dedo a modo de que me acerque a él, me toma del cuello con una mano y me acerca a su rostro, me da un beso en la frente y me guiña el ojo, acelera y se marcha, dejándome como tonta.

Entro a mi casa más que feliz, hace mucho tiempo no me sentía de esta manera, no como cuando conocí a Jason, pero después de todo lo que paso, era momento de olvidar el pasado y olvidarlo a él.

Me siento en el sofá con una sonrisa estúpida en mi rostro.

- Coralina llamó, dice que vayas a su casa y que lleves ropa negra. - mi hermano me tira el teléfono en mi cara y sube corriendo las escaleras, su nombre es André, es un niño de 12 años, cabello castaño, ojos café claro, piel blanca y con algunos rizos, es muy alegre y le encantan los videojuegos.

Marco el número de Coralina y suena tres veces.

- Hola, ¿ a que hora pasas por mi?. - saluda muy feliz y me manda un beso.

- No lo se, seis y media, te parece bien, llevo el auto de mi padre o el tuyo. - reviso mi mochila y saco mi celular, tengo 3 llamadas pérdidas de un número desconocido, lo ignoro.

- El mio, por cierto ropa negra y mejor a las 6, tenemos cosas que hacer en casa de Daría. - ríe y yo hago mi cara de confusión.

- Esta bien, te quiero. - me manda un beso y me cuelga.

Lo bueno de todo es que Coralina vive a un lado mio, es mi vecina, y siempre le dejo la ventana abierta para cuando quiera entrar a mi habitación.

- Abre la Jodida puerta, Daría, tenemos todo y tengo a Alexis. - ambas comenzamos a reír y la puerta se abre dejando ver a Daría vestida de una forma muy rara: un vestido rojo entallado sin tirantes y con escote de corazón, unas zapatillas negras de aguja y su cabello castaño suelto en rizos que le llega a sus hombros, junto con maquillaje muy exagerado, labios rojos y un delineado negro en los ojos.

- ¿ A dónde vamos, a un prostíbulo?. - digo, y Coralina y yo comenzamos a reír, pero Daría tiene cara seria, esto no pinta bien.

- Casi, pero es aun mejor, cuéntale, Coralina. - chilla Daría feliz y nos hace pasar, toma nuestras muñecas y subimos a su habitación que todo es rosa, hasta la alfombra es rosa.
Nos sentamos en la orilla de la cama y Coralina tira lo que tiene en su maleta que traía a la cama.

- Vamos a unas carreras de motos, es excitante. - sonríen ambas y yo niego muchas veces.

- No voy a ir, no me gusta eso ¿además? Somos unas niñas y no es correcto. - vuelvo a negar pero ellas sonríen y ya se que estoy pérdida.

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