Capitulo 1.
Me sonó el despertador, 16 de Septiembre primer dia de instituto. No quería volver a vera mis compañeros, pero 1 de bachillerato me estaba esperando. Tras parar la alarma del móvil me levanté y fui al baño, me lavé la cara y los dientes y volví a mi habitación.
Este ultimo verano había cambiado mucho mi armario, en realidad toda mi vida, así que cogí un crop top de tirantes, tejano con los bordes en cuero, y una falda alta también de cuero negro. Me maquillé, me puse mis tacones, la chaqueta de cuero con tachuelas en los hombros y me dirigí al instituto.
Se notaba el primer dia en el instituto de algunos niños, su mochila era mas grande que ellos. Uno de esos renacuajos me grito ‘Que bonitas piernas,¿a que hora abren?’ sin ni siquiera girarme le saqué el dedo, a lo que los amigos le respondieron con insultos. Hacia mucho que no veía a mis compañeros, ni ellos a mi. Los de mi promoción se me quedaban mirando mas que los demás, les costaba reconocerme, me había crecido mucho la melena y me la había teñido de castaño claro, con las puntas azul aun mas claro, entre otros cambios. Cuando al fin me reconocían no me saludaban, simplemente se oían susurros. Mire las listas, bajo la atención de todo el mundo, cuando me encontré me dirigí a mi clase, había pocas personas, y entre ellas mi grupo de antiguos amigos. Cuando entre este grupo se calló de golpe. Me fui a la esquina contraria, al final del todo. Que casualidad que todos estemos en la misma clase.
Antes de que llegara todo el mundo, mi peor enemiga Berta y su lame culos Ágata se acercaron a mi. Decidí seguir mirando mi móvil, el resto nos observaba.
Berta: ¿Donde has estado todo el verano?
Ágata: Tsé, míranos cuando te hablamos.
Berta: Dejala no tiene educación. Vas de buenorra o algo con esa ropa, Viki? Eh? No te enteras que eso no te queda bien?
Me carbreé, entonces les miré.
Victoria: Para empezar me llamo Victoria –Me levanté y me quedé a centímetros de Berta. Miré su ropa y reí.-
Berta: ¿De que vas?
Victoria: ¿Yo? ¿Tu te has visto? Esas bambas casi rotas, unos shorts que te estrujan los muslos, y una básica con la que marcas barriga. –Mientras nombraba las cosas las señalaba. Berta calló y se fue, tras ella su amiguita Ágata. Entonces el grupo volvió a lo suyo. El único que no dejó de mirarme fue Alejandro, el que hasta hace dos meses era mi mejor amigo. Lo único que hice fue el signo de victoria con la mano, este rió, ya que para nosotros tenia un significado especial, entonces llegó un chico, aparentemente nuevo y se sentó a mi lado, me empezó a hablar.
**: Hola, soy Mark, pero con k, nada de nombres pijos.
Victoria: Victoria. –Miraba al profesor, tenia a un tutor majo, menos mal.-
Mark: Oh, hola Viki. –Me volví a el-
Victoria: Nada de Viki, soy Victoria.
Mark: Uuh…sexy y rebelde, ya me darás tu numero de teléfono.
Victoria: Ni en sueño musculitos.- Mark era el típico chico malo, con bastantes músculos, moreno con ojos claros.-
Profesor: Eh, los de atrás, ya os contareis las vacaciones luego.
Le eché una mirada asesina a Mark y seguí escuchando, año tras año la misma charla, cogí la carpeta y la agenda, y salí de clase, la ultima. Alguien me cogió del brazo, me giré con mala cara, era Alejandro.
Victoria: ¿Qué quieres Al?
Alejandro: Veo que aún me llamas asi… - Mierda se me escapó, era la única que le llamaba Al, el resto del grupo y mundo le llamaban Alex.
