Europa.
Un año después.
Con tantos países que por su tamaño constituyen en América condados o provincias, era un escondite perfecto. Un lugar donde se podía empezar desde cero.
¿En todos los aspectos...? Pues...
- Gracias por venir - la joven pelirroja le habló con un claro acento español, pese a expresarse en inglés - Ritsu, yo...
- Disculpe, señorita Letizia... - sacó su celular, sin prestar demasiada atención a su compañera de mesa. Luego de contestar un par de veces en japonés, procurando no alzar la voz, lo apagó, con fastidio - Lo siento, aún mi madre me llama, quizás debería solicitar que mis números no sean entregados a cualquiera. Es la sexta vez que cambio de aparato...
- Oh, es que debe preocuparse mucho por tu seguridad... Yo también lo hago - intuyendo lo que iba a ocurrir, Ritsu prefirió ahorrarle la vergüenza.
- Se lo agradezco. Bueno, no todo es malo tampoco... Mi novia también me llama, aunque a ella sí le doy el número. Claro que, en ese caso, la conversación sí es agradable - la pobre palideció. Y él, fingiendo no enterarse de su turbación, le mostró su mano izquierda en la que, convenientemente, había colocado en su lugar un anillo delgado... De compromiso -Pero dejemos de hablar de mis problemas familiares, ¿me decía?
- Ah... No, no era algo importante. Lo que ocurre es que... como tienes experiencia en edición de mangas - se notaba que estaba reprimiendo el llanto.
Recuerdo que sentí lástima por ella, y estuve pensando levantarme con una excusa estúpida y dejarla sola. Pero luego me dije que no era correcto. Que ella no merecía un comportamiento tan infantil... Además, era mi jefa, la dueña de la Editorial en la que había entrado a trabajar al mes de mi llegada, cuando ya pensaba que venir aquí había sido el mayor error de mi vida...
Se había esforzado, desde mi ingreso a su editorial, en apoyarme, quizás con segundas intenciones, pero apoyarme al fin. Y yo debía ser considerado. Pese a haber decidido no enamorarme, y esta vez era definitivo, no debía bajo ningún concepto permitir que mi rechazo al amor me convirtiera en un ser sin sentimientos...
- ...yo creí que podrías ayudarme en el establecimiento de una nueva sección. Creo que... la podríamos llamar... Ha... Hat - rebuscó entre sus papeles - ¡Ah, aquí está! Hatsukoi - Ritsu palideció - Esa palabra significa "primer amor" en japonés, ¿verdad? Creo que es un nombre muy tierno, y como estaría orientada a la edición de historias de amor... Es decir, no vamos a editar mangas porque aquí nadie los escribe - sonrió, más relajada, y Ritsu hizo el esfuerzo monumental de retribuirle - Pero hay un montón de autores que hemos tenido que rechazar cuando han presentado un trabajo parecido a una novela romántica gráfica, por no saber cómo editarlos... ¿Te animas? Podemos traer de Japón cualquier equipo que tú recomiendes, y los materiales que necesitemos.
- Por... por supuesto... Pero, debemos contratar en ese caso a otros editores... Yo podría ser el Editor Jefe - Como el perro de Takano-san...
- ¡Eso será maravilloso! Lo dejo a tu criterio. Si conoces a alguien, así sea extranjero, puedes traerlo. Te doy carta blanca para emplear cualquier medio...
Y fue así como me decidí a contratar a la única persona en el mundo que, estaba seguro, jamás podría traicionarme...
Pero, no contaba con el poder de la inocencia...

ESTÁS LEYENDO
Europa no Baai
ФанфикProbablemente lo que más ha abundado en nuestra relación es la falta de serenidad y sinceridad... Pero ya estoy harto... No pienso dejarte ir.