Aclaraciones

107 8 4
                                        


Europa... Presente...

- El gran día llegó, Onodera - se acomodó la corbata ante el espejo, sonriendo de felicidad, aunque sus ojos siguieran sin brillo - Al fin podrás decirle al mundo que tu talento no es tu apellido. Al fin dejarás de ser un nanahikari...

Y siendo que me encuentro a punto de cumplir mi más preciada meta... ¿por qué me siento tan vacío...?

- Deben ser ellos - se serenó, respiró profundo y caminó hacia la puerta.

X.X

Los veía de lejos, casi a la misma altura, el más alto con hombros mucho más varoniles que el más bajito. E irradiando como siempre esa aura incomprensible de amor bien correspondido que tanto les envidiaba. Un aura que estaba seguro, hacía mucho más de diez años, también él y Ritsu habían emanado. Y que se fue al tacho esa noche, por segunda vez... También por su culpa...

- Ah, Onodera. Estaba a punto de buscarte para despedirme - no, eso no era lo que quería decir... - Me mudo con Yokozawa - malditos nervios... ¡me quiero mudar contigo a Estados Unidos, no con ese imbécil!

- ¿Có... có... cómo...?

- No sé si ya lo sabrás, pero Hatori tomará mi lugar a partir del lunes - Takano estúpido... ¿cómo podría saberlo si se lo comentaste a Isaka por teléfono? - Me marcho con Yokozawa a los Estados Unidos - no, no, no, ¿qué diablos me pasa? Supongo que es por lo de hace unas horas. Aún deseo tenerte entre mis brazos y por eso tengo la mente bloqueada - Abriremos allá una editorial y ¡Hey, Onodera! - ¡Mierda! ¡No, no de nuevo, por favor! - ¡RITSU, ÁBREME, NO QUISE DECIR ESO, RITSU!!!

- Dime que tengo una oportunidad - la seguridad que había colmado su ser desde que Yoshino le dijo sin querer su destino, se había esfumado. Las lágrimas empezaron a caer cuando se dio cuenta, al recordar, que sus palabras habían dicho todo lo contrario a sus sentimientos. Y, tal y como él recordaba, una herida de amor tardaba mucho en cerrar. A mí me costó diez años... ¿Puedo aspirar a que tu corazón haya sanado en tiempo récord...?

X.X

- Lamentamos la demora...

- No hay problema, Chiaki. Estamos a tiempo para la inauguración. Pero, ¿por qué esas caras, no se estarán arrepintiendo, verdad? ¡Jajaja! - ironizó. Pero ellos no rieron.

- Bueno... es que - asustado aún por las posibles consecuencias que su metida de pata podían generar, más pálido de lo usual, Chiaki empezó a explicarse - Tuvimos un pequeño inconveniente en Marukawa...

- ¿Inconveniente, acaso no quisieron dejarlos ir...?

- Algo así, verá

- Buenas noches.

Y ahí se encontraba una vez más, frente a su mayor trauma, a su más grande fobia. A ese ser que tanto odiaba y amaba en la misma medida.

El día de la inauguración...

Faltando dos horas para que todo el mundo se regalara la vista con la obra de Yoshikawa Chiharu... Por culpa, irónicamente, del mismo Yoshino Chiaki.

Aunque Ritsu no lo supiera.

- ¿Qué significa esto, Hatori-san? - era la primera vez, luego de su reacción casi asesina ante la decisión de colocarlo en el Departamento de Manga Shōjo en Marukawa, que Ritsu hablaba con tanta frialdad, casi con los dientes apretados, lo que indicaba que estaba realmente enfadado. Pero a Takano-san no le importó que lo vieran llorar. En cuanto sus ojos marrones lo vieron detrás de la puerta, deseó abrazarlo tan fuerte como para no permitirle escapar. Pero se contuvo, para no alejarlo aún más de su lado. Ya había tenido suficiente.

Europa no BaaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora