La inocencia de Chiaki

95 5 0
                                    


Recuerdos. Era como si de la noche a la mañana, el Onodera Ritsu del presente se hubiera transformado en una máquina del tiempo conectada a una inteligencia superior. No había noche en que no dejara de soñar, de rememorar esos momentos al lado de la persona que aún amaba.

Unas noches, los sueños lo teletransportaban a momentos que en silencio deseaba volver a vivir, a experimentar, a sentir. Y otras, como la víspera de la firma del contrato de Tori, eran mas bien una tortura. Porque siempre, eso sí, al final lo llevaban al momento de la segunda separación. La que él consideraba la definitiva...

Y ahí se encontraba en ese momento, sudando copiosamente y sentado de golpe en su cama vacía. Llorando... Repasando en su mente lo ocurrido la noche en que decidió marcharse de la vida de todos los trabajadores de Marukawa... aun temblando por la impresión de recordarla en sueños. "No sé si ya lo sabrás, pero Hatori tomará mi lugar a partir del lunes... Me marcho con Yokozawa a los Estados Unidos. Abriremos allá una editorial y ¡Hey, Onodera!"

A eso de las tres de la madrugada, cuando ya no sentía sus llamadas insistentes, me atreví a salir, cargando una pequeña maleta. Y el taxi que contraté me llevó hasta la casa de Usami Akihiko... Nunca creí que yo podría llegar a tanto, pero lo hice. Supliqué por su ayuda económica... Lo peor, es que no estaba solo con Misaki-kun...

- Recapacita, tiene que haber una explicación, nunca te dejaría...

- No voy a tratar nuevamente el tema. Por favor, diles que me fui a América contigo... pero dales la hora de vuelo equivocada, An-chan.

- Onodera-kun...

- Aikawa-san, tenemos muy poco tiempo de conocernos... Por favor, le ruego discreción. Nadie en Marukawa sabe que yo tengo tratos con usted...

- Sólo Takano-san...

- ¿Cómo? - mi mente se nubló. No recordaba haberle contado sobre el vínculo entre ella y mi ex prometida.

- Lo encontramos el otro día los cuatro, cuando yo los llevé para que te encontraras con
Usami-sensei... Le conté sobre nosotras - quise matarla.

- ¿Cómo pudiste hacer eso y no avisarme?

- Ricchan, yo

- En fin, ya no importa - me quedaba muy poco tiempo - Usami-sensei. Yo le devolveré hasta el último yen, pero le ruego me dé el préstamo ahora mismo...

- ¿Cuánto calculas que gastarás? - le lanzó una mirada extraña al joven que tenía ojos verdes, como pidiéndole permiso. Y entendí que era algo más que su casero. Pero no me importó.

- No lo sé. Présteme lo que usted considere conveniente, yo le devolveré todo...

- De acuerdo... En ese cas

- ¡ALTO, USAGI-SAN!!! - el niño habló, casi llorando - Takano-san lo ama... ¿no va a pedirle una explicación antes de irse...?

- Misaki-kun...

- Conozco poco a Takano-san... y nada a Onodera-san... pero por lo mismo que estoy en una relación con otro hombre - se sonrojó - puedo saber cuándo se expresa amor - empezó a llorar. Y Usami-san, ese hombre tan pedante y arisco, lo abrazó con ternura. Me sentí enfermo, pero no podía echarme para atrás. No debía hacerlo.

- Misaki-kun, lamento herirlo sin haberlo deseado... Pero, Takano-san está enamorado de otro, es algo que debo aceptar...

- Pero

Europa no BaaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora