Dias que quedan atras

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Cuando te gusta una persona, deseas con todo el corazón tenerla cerca, la necesidad de poder tocarla y besarla cada vez es más fuerte, despierta nuevos sentimientos en vos, y cada sonido que sale de su boca es como si fueran estrictamente compuestos para tus oídos. Eso es una idea de lo que él sentía por Martina. Era una lastima que tanto amor se desperdiciara.
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El hijo de los "Salaberri" era un joven alto, metro setenta y siete, cabello negro, largo, pero lo que mas lo caracterizaba era su carisma y su simpatía. El muchacho, a demás, estaba completamente enamorado de una jovencita llamada Martina, ella tenia el cabello hasta su cintura, castaño, ojos color miel, de estatura media y una sonrisa que encantaría hasta al mismísimo diablo. Había un problema, a él le gustaba pensar y eso era una desventaja, pensaba demasiado, por eso no se animaba a confesar todos los sentimientos guardados en su interior, se imaginaba muchísimas formas de como podía acabar esa situación, pero ninguna era buena y eso lo espantaba. Todos los días se preguntaba
¿Por qué era tan cobarde?, ¿Era posible que pasara lo que imaginaba?, ¿Por qué si amaba tanto a una persona, no podía ser mas que "solo amigos"?

Él y la muchacha caminaban por la vereda mientras conversaban, el entre medio de sus palabras mandaba indirectas, mientras la niña las iba captando una por una a medida que soltaba pequeños murmureos divertidos. Uno diría que estaban coqueteando, pero al contrario, esto era solo un simple juego para ellos. De un momento para otro, la noche ya los había alcanzado por completo, y los adolescentes se recostaron en el césped para contemplar el gran espacio que los rodeaba.

_¿No es hermoso el cielo?_ Preguntaba Martina mientras recostaba su nuca en sus manos y desplazaba sus codos buscando una posición cómoda al lado de su amigo.

_¿Qué harías si pudieras volar?_ no se le ocurrió mejor forma que contestar con otra pregunta.

_No voy a responderte hasta que contestes la mía_ dijo ella, regalando le esa hermosa sonrisa suya.

_Entonces sí, creo que es lindo_ afirmó el muchacho con un tono burlón.

Martina quedo muda por unos pequeños segundos, hasta que rompió ese silencio con unas palabras que provocaron que el corazón del joven se acelerara.

_Yo creí que me ibas a decir algo como, "No es tan hermoso como vos"_ rió al pronunciar esa oración.

_¿Por qué diría eso?_contestó, aquello pareció inquietarle a la muchacha, porque de repente se sentó y lo miró fijamente a los ojos.

_ ¿A caso estas diciéndome fea Salaberri? _ bromeó nuevamente.

En ese momento vio la oportunidad, el instante que le haría saber a Martina lo que sentía por ella, pero nuevamente esas preguntas volvían a su mente, ¿Qué iba a decir?, ¿Qué iba a pasar si lo rechazaba?, ¿Y si la espantaba?, no quería eso, así que solo se resigno a fingir una sonrisa

_ No te preocupes _ dijo logrado que volviera a acostarse pero esta vez sobre su brazo, mientras este rodeaba su cuerpo.

Ella rio levemente y se acomodó mas en su agarre y se dispuso a contestar la pregunta que este le había hecho hace ya unos minutos.

_Me preguntaste si pudiera volar que haría_ musitó_Seria libre, así que haría lo que quisiera_

_¿Y qué quisieras hacer?_insistió rebuscando en sus palabras.

Ella respiró hondo y finalmente contestó.

_Recorrería todo el mundo, buscando el mejor lugar, iría tan alto, que el suelo serían solo nubes a mis pies, seria simplemente libre_ concluyó.

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