Milla dos: Dos mundos: Cazar conejos

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Mis recuerdos musicales más remotos no son todos sobre el escenario. Desde que puedo recordar, la música ha formado parte de mi vida diaria. El padre de Pappy, mi bisabuelo (E. L. Cyrus), era el predicador pentecostal. Además de ser legislador por el estado de Kentucky, Pappy (Ronald Ray Cyrus) cantó con los Crownsmen y siempre tuvo un cuarteto de gospel. La mamá de mi papá (Ruthie Cyrus) también era musical; ella cantaba y tocaba el piano a oído.

En lo que respecta a nuestra casa, la guitarra de papá siempre estaba por allí. Él, mi tío y mi Pappy cantaban ‘Little Red Caboose’ o ‘Silent Night’. En especial en la época navideña, la casa se llenaba de villancicos.

Cuando comencé a crecer, papá trajo a casa, a muchos de sus amigos músicos. Yo me sentaba en el regazo de Waylon Jennings mientras él cantaba ‘Good-Hearted Woman’ Cuando tenía diez u once años de edad, Ed Kin, me enseño los acordes de ‘Sweet Home Alabama’ en mi primera guitarra.

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La música es el amor de mi vida. Es un escape total de la realidad. La música te transporta a otro lugar, a un lugar inesperado y significativo.

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Cierto Día, Johnny Neel llego de visita. Papá y yo caminábamos con él hasta la cima de una colina cercana a nuestra casa. Johnny era ciego, de manera que caminábamos con cuidado. Él utilizaba un bastón mientras yo sostenía su otra mano. Cuando nos sentamos en la cima. Johnny dijo: ‘Debe ser hermoso aquí arriba. Desearía poder ver lo bello que es’. Esto sucedió mucho antes de lo que yo puedo recordar pero, de acuerdo con Papá: dije:’ Sólo escucha el viento. Puedes oír la voz de Dios en el viento’. Cuando Johnny se quedó sentado y guardó silencio le dije: ‘Pon tu cabeza cerca del pasto para que puedas escucharla’ Él se apoyo en las manos y en las rodillas, colocó un oído cerca del suelo y dijo ‘Tienes razón, nena’

Mi papá cuenta todas estas historias acerca de mí a sus amigos músicos. Sin embargo, mi favorita es una acerca de Carl Perkins. Carl Perkins trajo a sus perros cazadores de conejos desde Memphis para pasear por la granja con papá. En realidad, Papá y Carl no cazaban; solo que les gustaba mirar a los perros perseguir a los conejos. Yo tenía siete años de edad, pero fui con ellos. Siempre iba con ellos.

Los perros de Carl caminaban por el campo cuando percibieron el rastro de un conejo y corrieron hacia su guarida. Carl bajó la mirada hacía mí y me dijo: ‘Ahora, cariño, quiero que recuerdes este día. Ni tu papá ni yo traemos armas, pero nos encanta la cacería de conejos. Siempre recuerda que la cacería de conejos es como el negocio de la música’. Aquello no tenía sentido para mí. ¿Que Quieres decir?, pregunté. Él dijo ‘No se trata de matar al conejo. Se trata de disfrutar la persecución’. Papá dice que los perros aullaban y que nosotros, él, Carl Perkins y yo estábamos parados allí, y que recuerda ese momento como si fuera ayer. No estoy segura de recordarlo con tanta claridad, pero sé que ese día está dentro de mí.

Ninguno de esos encuentros me hizo ser quien soy. Ninguno de ellos me convenció de ser actriz o cantante. Sin embargo, las horas y los días se suman. Pequeños momentos se unen a otros pequeños momentos y se convierten en grandes sueños. Un ocaso, una caminata, unas cuantas palabras de sabiduría. Nos convertimos en lo que experimentamos.

Millas por recorrer - Miley CyrusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora