Había estallado en carcajadas sin razones. Estaba riéndose de mí.
-¿Qué es lo gracioso? -me crucé de brazos y este no paró. -Oh, vamos.
-Acabas de llamarme Playboy. -contestó más calmado. Rodeé los ojos y este sonrió. -Eso quiere decir que...
Era sábado por la tarde y no hacía nada más que escuchar la radio.
Entonces sonó la canción Dancing Queen, de la película mamma mía.
Adivinen quién terminó saltando en la cama y rompiendo cojines dejando plumas por todos lados.
-Mamma mia, does it show again. My my, just how much i've missed you...-cantaba mientras el colchón crujía sobre mis pies.
-Joder, Katrina. -habló alguien desde la puerta. Di media vuelta para ver quién era. Y en verdad no me lo esperaba.
-¿Qué rayos? ¡Vete de mi habitación! -le lancé un cojín vacío. Por lo tanto, se cayó como un globo desinflado. -Mierda.
-No trates así a tus invitados -regañó mi padre detrás de Ronan. Carraspee.
-Mi invitado. -intervino Luke.
-¿Pueden todos los hombres largarse de mi habitación? -grité enfadada.
Adivinen a quién le obligaron a estar en la sala por maleducada. Joder, estúpidos hombres.
Por lo menos pude tomar mis auriculares y seguir escuchando mamma mia. Diablos, esta canción es la droga.
-Kat. -me llamó mi padre. Quité los auriculares de mis oídos. -Hoy tendré una operación algo complicada. Probablemente llegue muy tarde a casa.
Asentí. De todas maneras, ya estaba acostumbrada. Mi padre trabajaba en un hospital algo lejos de aquí. Por lo tanto, llegaba el doble de tarde.
Cuando mi padre cruzó la puerta me paré de un salto.
-¡La casa solo para mí!
-Estamos aquí. -habló Luke apareciendo por la sala. -Ronan se quedara a dormir. Tu padre me lo ha permitido.
JODER JODER JODER
Bufé y me volví a mi habitación.
Mamma mia retumbaba dentro de mis cuatro paredes.
-¡Mamma mia, Here i go again, how can i resist you...-cantaba nuevamente.
Cambié mi ropa por otra más cómoda.
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Tomé mi peine y empecé a bailar como si estuviera en una gran fiesta.
-I've been angry and sad about things that you do... -moví la cadera lado a lado y cerré los ojos.
Sentí unas manos en mi cintura y me radiaron un calor agradable. Imaginé que podía ser Shawn Mendes, Colton Haynes... Pero no podía ser así.
Di la vuelta y vi a Ronan. Quien seguía sosteniendo mi cadera. Quedé prendida en sus ojos marrones y este sonrió.
Fruncí el ceño y lo empujé con las manos en el pecho.
-¿Qué carajos estás haciendo? Eres un maldito PlayBoy. -grité cuando este cayó de culo al piso.
-Joder, mis pompas. -gimió e intenté no reír. Me observó de arriba hacia abajo. -Mamma mia.
-No utilices Mamma mia como escapatoria de tus gilipolleces -me crucé de brazos.
Ronan me fulminaba de arriba hacia abajo aún. -¿Quieres que te haga twerk en la cara así te diviertes más?
-¿Qué decías?
Menudo pervertido, joder.
-Te diré dos cosas, Kat. -comentó incorporándose. - 1) He venido para que bajes el maldito volumen porque Luke se ha quedado dormido, y 2) Si fuera Playboy, te estaría comiendo la boca en este instante.
Quedé helada en la habitación.
-¿Qué acaso me harás una lista? -pregunté intentando desviar lo que dijo.
-Hicimos un trato, Katrina. -contestó y frunció los labios. -Es genial que vengas almorzar con nosotros en la mesa. Eres casi parte del grupo.
-Me conocen de hace pocos días. No me consideren su amiga.
-¿Eres tan dura con todos? Porque lo eres hasta con tu padre, a veces. -preguntó y se sentó en mi cama.
¿Se planea quedar después de haber posado sus manos sobre mis caderas y preguntarme aquella bobada?
-Vete de mi habitación, Ronan. -ordené mientras éste descendía de mi cama.
-Con una condición. -objetó. Puse los ojos en blanco. Sentía como la rabia se acrecentaba en mi interior. Asentí con los dientes apretados. -Mañana comeremos a solas.
Antes de que pudiese contestar, Luke apareció somnoliento.
-Oye pilluela, era mi invitado. No lo violes. -tomó la mano de Ronan y se dirigió a la puerta.
Me tumbé en la cama y pensé en lo idiota que eran los chicos.
