Capitulo 4: Nuevos Amigos

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Narra Ziomaré:

—¿Acaso estás loca? —me queje.
—Si, un poco —siguió atandome.
—¡BASTA, ME DUELE! —el tobillo estaba matándome.
—No me vas a engañar, maldito Mensch —agarro su cuchillo. Y cuando se distrajo la tiré. Error, me había lastimado más.
—¡PEDAZO DE IDIOTA! ¿Y así quieres que me detenga? —gritó enojada.
—Me estabas lastimando —intentaba safarme, pero mi mano estaba enredada. Así que me levanté como pude.
—¿¡A DÓNDE CREES QUE VAS!? —se aventó enzima se mi espalda y yo caí mientras ella se quejaba.

Intenté safarmele, con el tobillo lastimado no podía hacer tanto. Dolía mucho. Necesitaba la pomada de la vieja Kim. De echo podría hacer mi propia marca de pomadas, seria un nombre genial "Pomaré". Soy un experto. Mientras pensaba en estupideces caí en un charco enorme de lodo.

—¿Hola? Tierra llamando a Mensch cubierto de un delicioso lodo —se burló de mi.
—Así que te parece gracioso —la miré mal.
—Sí, te vez chistoso —se empezó a limpiar las manos con la ropa, ya que ella también se ensució.
—¿Me vas ayudar o te vas a quedar ahí parada burlandote de mi?
—Elijo la segunda —se cruzo de brazos.
—Bien, me levanto solo —lo dije con la frente en alto mientras me levantaba. Fracaso total, me caí.

Después de mil intentos más, por fin se decidió a extender su mano y ayudarme.

—¿Me ayudarás a salir de aquí?
—Por supuesto que no. Primero te asesino y luego te saco de aquí —me apunto con su arco.

Intente levantar los brazos en forma de paz, pero los tenía enredados; —Vamos, no te he hecho nada. Solo quiero volver con mi hermano.
—¿Qué hacías en el bosque? —bajo su arco.
—Me perdí, intentaba dar un paseo mientras mis amigos tomaban provisiones. En realidad me estaba aburriendo demasiado no sabes...
—¿Cuantos salieron contigo? —me interrumpió con otra pregunta.
—No sé...como 24 ¿por?
—¿Hace cuanto te perdiste? —evito mi pregunta.
—Yo que sé. Me estabas atacando no contaba el tiempo mientras me intentaban asesinar —me apunto con su arco. De nuevo—. ¿Cuarenta minutos?
—¡Mierda! Te estarán buscando y yo estoy aquí contigo —sonaba nerviosa y yo reí—. No es gracioso pedazo de puerco, creerán que yo te secuestre y me asesinaran—empezo a entran en pánico.
—En primer lugar estoy flaco y en segundo lugar solo quiero que me ayudes a salir de aquí para poder regresar con mi hermano.

Empezó a dar vueltas como loca. También dijo un par de cosas que no entendí muy bien.

—¡Basta, me estás poniendo nervioso! —la tomé de de la cara como pude y la mire a los ojos—. Todo va a salir bien ¿de acuerdo?

Me miro nerviosa asintiendo.

—Bien, ahora quítame esto de las manos —puse mis manos enfrente de su cara, ella me desató nerviosa y luego me volteo a ver—. Ven, salgamos de aqui.

*    *    *

—¿Ya vamos a llegar? —pregunte por quinta vez.
—No —respondió por quinta vez.
—Llevamos caminando ocho mil horas, ya quiero salir de aquí —quité una rama de mi cara y casi le como la cara a ella. Ya que se volteo enfurecida.
—Deja de estar jodiendo, si quieres salir de aquí cállate hasta que salgamos de aquí ¿de acuerdo?
—¡Bien! —me cruce de brazos.

Caminamos por un par de minutos y yo no podía estar más sin hablar. ¿Cómo rayos no puede hablar por tanto tiempo? Yo empecé a cantar y me estaba desesperando. De seguro no le dieron anoche y se está desquitando conmigo.

—¿Cómo te llamas?  —pregunte curioso.
—¿Importa?.
—Mucho gustó importa, yo soy Ziomaré —dije sarcástico.
—No necesito tu sarcasmo. Y te dije que te callaras —camino más rápido ignorandome. Iba a hablar de nuevo pero ella se adelanto—. Al fin —parecía emocionada—, salimos de aquí.
—Aleluya, ya que estabas más perdido que yo jugando al ajedrez.
—¿Qué? No estaba perdida —se cruzo de brazos.
—Si claro y yo soy mujer.
—Pues lo pareces, eres más dramático que yo en mis días ¿acaso eres gay? —seguía cruzada de brazos.
—No soy dramático —me ofendí. Odiaba que me dijeran eso.
—¿Eres gay o no? —empezó a caminar y yo la seguí.
—No, no soy gay. Me gustan las mujeres pero tú definitivamente no eres mi tipo.
—Como si me importara gustarte —parecía irritada de mi voz.
—Como sea. ¿Dónde estamos?
—¿Y tú crees que yo se? Estoy perdida, no se como logre salir de ahí —se volvió a cruzar de brazos.
—¡JA! Lo sabía —me puse enfrente de ella y la apunte con mi dedo índice. Ella lo miró.

Junto sus cejas e inflo los cachetes. Que tierna.

Me dio un manotazo; —Cállate pedazo de cerdo. Sigue caminando.
—¿Qué tienes contra los cerdos?
—Nada que te importe metiche —me empujo para seguir caminando—. ¿Quieres regresar con tu hermano si o no?
—Si, pero me estás tratando mal y así yo no puedo seguir —exagere un poco.

—Deja el drama —ruedo los ojos.
—No. Me. Digas. Dramático. No lo soy, aparte estás perdida ¿cómo rayos me vas a ayudar a encontrar a mi hermano?
—Solo...No lo sé ¿bien? Solo déjame pensar en algo —empezó a mirar por todos lados.
—Esta carretera esta vacía, no hay coches abandonados o cosas tiradas por doquier. No me suena para nada a la que yo tomé cuando me perdí, creó —empezaba a hacer calor.
—Pff. Me rindo contigo —se tiró al suelo.
—Basta, no soy malo, solo quiero conversar —me senté a lado de ella.
—Hablas mucho y eso me desespera —me miro haciendo un gesto. Ya que tenía el sol en la cara.
—Tal vez. Pero tú eres una amargada que no tiene buen sentido del humor. Solo no quiero estar pensando en mi hermano. Me siento libre aquí —empece a jugar con una piedra.
—¿Y tú crees que yo no?
—Es lindo estar libre, sin guerra, sin que alguien me este ordenando que hacer o que decir.
—Si, es lindo.

Ví a lo lejos, muy a lo lejos que venía una camioneta grande de color negra. Agh, le falta algo de color.

Me levanté de un brinco y aclare más mi vista.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —levanto la vista hacia mi.
—Creo qué es mi hermano —la miré.
—Me largo de aquí —se levanto asustada.
—¡No, espera! —la jale del brazo—. ¿Te volveré a ver?
—No, adiós.
—Espera —la volví a jalar—.  Al menos dime tu nombre.

Me vio dudosa. Y después de unos segundos contesto.

—Miranda, me llamo Miranda...y tal vez me puedes encontrar aquí en el bosque —me regalo una mini sonrisa.
—Creí que no querías verme.
—No soy tal mala como piensas —me extendió su mano y la tomé.

Voltee y la camioneta estaba a nada de llegar.

—Bien ahora vete de aquí antes de que te vean.

Antes de que saliera corriendo me dio una mirada sincera y se fue.

Yo solo vi como desaparecía entre el bosque. Me voltee a ver la camioneta y efectivamente era mi hermano. Se detuvo y yo esperé a que se bajara a matarme.

Camino hacia mi. Se detuvo y se me quedo mirando fijamente a los ojos.

Su mirada de matador. Daba miedo.

—Sube antes de que te asesine.

Y eso hice, me esperaba un largo camino de miradas asesinas por todos los que estaban ahí.

*    *    *    *    *

Gracias por leer.

XIANI❤.

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