Capitulo 10: Max y màs Max

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Narra Max:

Han pasado tres días desde que abandone lo que solía ser mi hogar. Han pasado tres días desde que decidí luchar por lo que creo correcto y, con certeza se que es lo mejor. No me importa para nada lo que mi padre tenga que decir a cerca de mis ideales, por una vez en mi vida, voy a actuar por mi propia cuenta, sin que nadie me diga que hacer, como lo hacia mi padre y Dante. Me convertiré en un Tasse, cueste lo que cueste...

Solo falta que te saquen de esta jaula, genio.

Se burla mi conciencia.

Me golpeo mentalmente en la frente.
Llevaba dos día encerrado en una jaula como un maldito animal, esperando a que el Consuell —por lo que me contó Nathalia, es el nombre de los que se encargan de todos los movimientos que llevan a cabo los Recces— , decidan si me puedo quedar ó dejarme ir. Aunque la segunda opción no es muy factible para ellos, no les conviene que el hijo de un Menchs vuelva con ellos, despues de todo, se donde se encuentra el campamento principal. Es un punto a mi favor.

Sonrío y un sentimiento de esperanza se arrebosija en mi estomago, al pensar que tengo un punto a favor para convertirme en un Tasse. Con eso les basta y sobra para dejarme en el campamento, si me dan la oportunidad, daré lo mejor de mí para ganarme su confianza.

—¿Por qué tan feliz, Maxito?— escucho a Nathalia reirse mientras se acerca a la jaula donde me encuentro—. Te traje algo de comer, no sabía lo que te gusta comer normalmente, pero aquí se come lo que hay, sino mueres— dice algo ¿nerviosa?

Extiende el tazon entre las rejas para aue lo tome, me acerco y lo tomo entre mis manos. Me ha traido carne asada acompañada de una ensalada extraña; al verla un poco mejor, me doy cuenta que tiene trozos de mango y durazno. Sigo observando el plato con comida.

—Come, no te arrepentirás— me anima a probar y sonríe de una manera demasiado tierna, tanto que no puedo evitar observar su hermosa sonrisa, cosa que ella nota y en seguida la borra. Sus mejillas comienzan a tornar un intenso color carmesí—, Julie es la mejor cocinera, anda, come antes de que alguien llegue, no tenemos permitido alimentarte.
—Mmm —escaneo el plato de fruta y se me hace agua a la boca. Ese mango se ve delicioso. Tomo un trozo con mis manos y lo saboreó—. Esto está jodidamente bueno.
—Prueba la carne —me ordena.
—Hace mucho que no como un solo pedazo de carne —agarro la carne de los extremos y dudo en comerla por unos segundos. La huelo, un olor penetrante entra por mis fosas nasales haciendo que automáticamente la pruebe.
—¿Y? —sonaba curiosa y ansiosa.
—Anxnsn —apenas logro decir. Esto estaba mejor que las comidas que nos daban los de mi campamento.
—Te lo dije —escucho decir a Nathalia.

Levanto la mirada, y la observo mientras tomo un trozo de mango y lo llevo a mi boca, comienzo a masticarlo, degustando el dulce sabor.
Me detengo a mirar detenidamente a la chica frente a mí. Parece una niña pequeña, con el cabello  hasta los hombros brillante como el oro y ondulado naturalmente, ojos grandes y de un profundo azul. Dejo se verla inmediatamente cuando se escucha la puerta y ella se queda espantada mirando a la nada.

—Tengo que esconderme —dice nerviosa y va hacía la parte de atrás corriendo.

Espero en silencio a que alguien se acerque y miro detalladamente las escaleras.

—Max... Es hora de que salgas de aquí —habla Alice con su voz dulce de siempre.
—¿Me regresarán a mi campamento? —le pregunto nervioso.
—No puedo decirte nada por el momento —suspira y se encoge de hombros— ¡Marco! —alza la voz—, hay que llevarlo a la sala de juntas con Jared.
—A sus órdenes bella dama —se acerca a mí con las llaves para abrir la jaula—. No intentes escapar porque no lo lograrás —me dice mirándome seriamente y me saca con fuerza.
—No tienes que hacer eso, no intentaré nada.

RILASCIO ||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora