CARTAS DE NAVIDAD - SEGUNDA PARTE

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ABEL

TORRE DE LOS HOMBRES

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TORRE DE LOS HOMBRES

―¿Y bien? ―Le pregunté a Sam.

―Creo que conseguí algo, en cuanto tengamos comunicación este teléfono debería poder funcionar ―aseguró Sam.

―¿Qué crees que haya sucedido? ―le pregunté.

―Es probable que Capa Blanca destruyera todos los servidores de internet dejando nula la comunicación por cualquier medio virtual, pero con este dispositivo, si tu novia, Michelle logra encender su celular tendrá contacto directo ―contestó Sam.

―Espero que sí, ya han pasado dos meses sin saber nada de ella y se cuánto le importan estas fechas, me encantaría al menos poder saludarla en navidad ― dije un tanto conmovido, Sam se recostó sobre las gruesas ramas del árbol de cristal negro, en el centro del patio que daba un frío destello a las escaleras de las habitaciones.

La noche helaba silbante por las grietas del primer piso, y el hedor apestoso de las cañerías sin tapar debajo del árbol no causaba tantas náuseas como el primer día, nos acostumbramos a oler a mierda.

―Chicos miren lo que encontré en mi chaqueta ―dijo Sam, quien llegó con un pedazo de papel arrugado de un salto desde el segundo piso hasta las ramas del árbol, que vibraron por el eco del espacio central de la torre.

―¿Qué es? ―preguntó Sam.

―Creo que es una carta suicida de una de las chicas ―dijo Matías tratando de desarrugar la carta.

―Qué más da, todos los días muere alguien, a quién le importa si se suicidan ―dije.

―¿Qué te pasa? Tú no eres tan insensible, estás hablando como Bruck ― dijo Matías sonriente―. A demás creo que es de una de las chicas que te llamó la atención la otra tarde, Eliza, si mal no recuerdo.

―Déjame ver ―le dije, Matías tenía razón, mis emociones estaban retraídas por la simple posibilidad de poder volver a escuchar la voz de Michelle.

Leí la carta en voz alta y todos quedamos desconcertados.

―¿Qué opinas Sam? ―le pregunté.

―No lo sé, ehm, ¿por qué se desnudaría antes de matarse? ―replicó tratando de bajarse del árbol a un ritmo de babosa.

―Sam tiene razón, esto parece una trampa, además ¿cómo es que llegó eso a tu bolsillo? ―consulté.

―No lo sé, pero igual, dime que no te gustaría saber que hay detrás de todo esto ―apreció Matías ayudando a Sam a bajar.

―Son las 11:50, ya nos hemos metido en suficientes problemas, tendríamos diez minutos para infiltrarnos en la torre de las chicas y si nos descubren, la tortura será el menor de nuestros problemas ―aseveré.

―Estoy de acuerdo, no quiero morir...―titubeó Sam.

―Está bien, espérenme aquí yo iré solo ―dijo Matías preparándose para salir.

―De acuerdo iré contigo, ¿Tienes un plan? ―pregunté al ver que no podía convencerlo de no cometer una locura.

―Sí, recuerdan lo que sucedió cuando enfrentaron a los ghouls, algo se liberó dentro de ustedes, una chispa que modificó su entorno y su interior ese es su jai ―afirmó Matías con tono de maestro―. No se han preguntado como pude parar un golpe a toda velocidad solo con la palma de mi mano, o por qué Sam pudo atraer los robots que había diseñado a pesar de que tenía el control remoto malo.

―Es cierto ―aportó Sam muy concentrado.

―O tú Abel, no sientes curiosidad de saber por qué cuando estuviste a punto de morir venciste al Ghoul moviéndote a toda velocidad ―dijo Matías mirándome y esperando respuesta mía.

―Solo soy bueno corriendo ―dije aún desconcertado.

―No fue solo eso, te vi, y en un segundo estabas en otra parte ―refutó Sam.

―Tienes razón Sam, no fue solo eso, es el JAI, el jai que llevan dentro, ustedes son los elegidos y ya es hora de que nos reunamos con los demás ―declaró Matías dando un paso hacia la puerta abierta de la torre, donde la luz de la luna lo bañó de inmediato y de su cuerpo comenzó a salir un destello celestial que despedía pequeñas luces como micro luciérnagas flotando a su alrededor―. Este es el Jai.

Sam y yo quedamos perplejos, Sam corrió hacia él intentando ver si lo que decía es cierto y para mi sorpresa, sucedió lo mismo con él, aunque en menor cantidad y brillo.

―Vaya, eh ee, ee, esto, es increíble ―dijo Sam.

―Vamos acércate Abel ―dijo Matías extendiendo sus manos.

Yo caminé atraído por la gracia y la belleza que irradiaba el brillo en ellos, en una especie de trance mientras a mí venían todos los recuerdos de lo que había vivido hasta ahora, como me separaron de mi familia, la explosión de Michelle, mi caída en el helicóptero, la primera vez que vi a los chicos en Cartagena, la primera vez que vi a Matías, como me acompañaron en la enfermería después de mi pelea, las vez que mi madre me abrazó para consolarme por perder a mi mascota; toda mi vida pasó frente a mis ojos en un disparo de recuerdos donde el tiempo no tenía cabida, solo las sensaciones que explotaron en mi corazón, y de pronto una energía recorrió todo mi cuerpo, ya había pasado el umbral de la luz de la luna y sentí el reflejo de mi energía brotando por cada poro de mi cuerpo, vi a los chicos sonriéndome tanto, la euforia recorría nuestras cabezas.

―Bien están listos tenemos solo 2 minutos para llegar arriba sin ser vistos, usen sus dones y nos vemos arriba ―dijo Matías poniéndose en posición de carrera yo entendí que lo hacía por mí así que hice lo mismo seguido de Sam.

―En sus marcas, listos―escuchamos un ruido detrás de nosotros―¡FUERAAA!

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hooooooooooooolaaaaa chicos!!! bienvenidos a esta nueva parte de "Cartas de navidad". Como lo prometí ahí tienen la imagen del personaje que me pidieron ustedes, si les está gustando esta historia podrían compartirla con sus amigos y contactos de wattpad así me ayudarían mucho a que sigamos creciendo juntos, espero que les haya gustado y mañana la tercera parte final de este capítulo especial saludos a todos y feliz año nuevo!!!!

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