Capítulo 6: Presión en el aire

33 3 0
                                    

¿Cuántas veces ha tenido el mismo sueño?, ¿Cuántas veces ha visto a Rose diciéndole un par de frases sin contestar nunca sus preguntas? No importaba cuantas veces lo intentara, en el mismo escenario, que cada vez que dejaba más de ser una caverna y era cada vez más un círculo de columnas en ruinas en una colina, Rose siempre le mostraba gente muriendo, sangre siendo derramada y el mundo siendo destruido. Pese a que Sai no dormía más de lo estrictamente necesario, estos días sentía la necesidad física de tomar una siesta cada 2 horas y siempre era el mismo sueño.
Cierto día el sueño cambió un poco; esta vez Rose le pidió un favor.

-Hijo mio -le dijo con su voz de madre dolida. -necesito que hagas algo por mi.
-¿Qué cosa? -Sai estaba resignado, mas no podía pasar por alto algo así.
-Necesito que encamines tus pasos hacia Quel-aram.
-¿Quel-aram? -preguntó Sai al conocer de donde hablaba -"Donde moran los dioses" pero ningún mortal ha pisado antes ese lugar.
-Para todo hay una primera vez -respondió ella con extraña seriedad -se avecinan tiempos difíciles... Y te necesitamos...

Sai no despertó de golpe, abrió los ojos tranquilamente y se tomó su tiempo en salir de la cama, ducharse y vestirse antes de salir al pasillo y bajar a buscar su desayuno. Esperó un momento a que Ymir apareciera, pero al ver que este no aparecía, esperó a que abrieran para comer algo ligero. Esta vez, Sai no iba a ir directamente a clases, primero debía ir a la oficina de la decana, ella nunca dormía aunque no tuviera trabajo que hacer, así que estaba dispuesta a ser de ayuda 24/7.

Emprendiendo su camino hacia el bloque 1, no muy lejano debido a la desordenada numeración, Sai pensaba una y otra vez en el sueño, ¿Era correcto lo que hacía? Tras pensarlo un poco, tomó su decisión y determinado, encaminó sus pasos, pero una mano delgada en su hombro izquierdo lo detuvo.

-Buenos días, señor Dirge.
La voz del profesor Waki hizo mella en Sai, haciéndolo trastabillar un momento, pero solo un momento.
-¿Se le ofrece algo, profesor? -preguntó Sai.
-Ya que vas a participar en el torneo... Quería darte unas pautas -fue su respuesta.
-¿Qué sería? -preguntó Sai pidiendo internamente que acabara pronto.
-Verás, he estado pensando... Y tu eres uno de los que me dieron la idea de este torneo -relató el profesor.
"Otro a decir que soy una pesadilla" pensó Sai.
-A pesar de que descubriste tu atributo hace poco, has dado problemas desde mucho antes; siempre soportando insultos y ocasionando peleas en todos lados, nunca queriendo tomar en serio la academia y numerosas veces dado problemas a la decana por hacerte de defensora.

Sai lo escuchaba apenas, pensaba en lo mucho que la decana Tayleen había hecho por el debido a la promesa que esta le hizo a Rose poco antes de su deceso.

-Pero aún después de todo esto -la premisa del profesor hizo a Sai prestar atención. -Veo un gran potencial en ti.
Sai no pudo esconder su sorpresa y enmudeció mientras el profesor continuaba:-Puedo sentir un poder impresionante dentro de ti... Mira, todos sabemos que Yuudai Takeda también participará en el torneo, ese joven tiene poderes inimaginables a simple vista, pero si hay alguien que puede vencerlo, se que ese eres tu.
-M-muchísimas gracias, profesor Waki -dijo Sai tratando de contener su enjundia.
-Puedes llamarme ling -dijo el profesor sonriendo. -Ahora sigue tu camino, no querrás llegar tarde a donde sea que vaya.

Sai asintió y sin decir nada más empezó a correr no por prisa, sino por felicidad.

Como siempre en horas de la mañana, la decana estaba mirando por su ventana hacia el vacío, Sai no había tocado la puerta cuando ya escuchó la voz de la decana diciendo:–Adelante.
Sai entró, ya estaba acostumbrado a su presencia así que no lo sobrecogía a diferencia del resto, así que entró y se sentó como si fuera su casa.

-Hace tiempo no venías aquí por voluntad propia -dijo la decana, sonriente.
-Últimamente han sido días muy agitados para mi -respondió Sai.
-Puedo ver eso -dijo la decana tomando asiento en el lado opuesto del escritorio. -Finalmente te empujaron hasta que descubriste tu atributo.
Sai rió, ella siempre lo hacía reírse de sí mismo.
-Bueno -dijo ella dejando salir una risa pequeña -parece que en realidad todo nos ayuda a crecer.
A Sai no le molestaba escucharla hablar todo el día, pero tenía cosas que hacer.
-Disculpa mi entusiasmo -de nuevo se le adelantó ella -¿En qué puedo ayudarte?
-Verás... Vengo a pedir un permiso de salida para dentro de veinte días -Soltó Sai tuteándola.
-Es curioso que lo pidas con tanta antelación, y más siendo que ese es el tiempo en el que acabará el torneo -anotó la decana -¿Por qué te vas justo entonces?
-Siquiera permaneciendo hasta entonces lo estoy postergando... -explicó Sai un poco inquieto. -Mi madre apareció en un sueño y me pidió que fuera a Quel-Aram.
-¿¡Quel-Aram!? -preguntó la decana perdiendo la serenidad. -¿Qué puedes estar tú buscando ahí?
-Mis sueños me dicen que marche, me dicen que me necesitan... Es alguien más que yo... Es mamá -fue su respuesta.
-Ningún mortal ha puesto un pie ahí y ha vivido para contarlo.
-Y ¿Cómo es ese sitio? -preguntó Sai con curiosidad.
-Eso no responde nada, los dioses son seres que se creen perfectos, seres que están por encima de todo, si vieran a cualquier mortal acercarse a las faldas de su montañas, serían capaces de destruir una aldea totalmente ajena al intruso, así de arrogantes son...
-¿Por eso desertaste? -La estocada de Sai al parecer penetró profundamente en el corazón de Tayleen.
-Yo nunca pertenecí a ese lugar, no soy hija de ser divino alguno, solo producto de algunos que quisieron una danzarina y para obtenerla, la moldearon con magia pura -respondió con algo de rabia.
-No es como si te arrepintieras de existir, siempre has amado esta vida, ¿o no? -le increpó Sai.
-No -respondió. -pero hubiera deseado ser solo una hija de los mortales, una vida larga es una maldición difícil de cargar.

The Power Within: Ira De La Creación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora