Marinette.

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Narra Adrien.

Sonó la alarma, era hora de ir a la escuela, no me sentía bien por lo que había pasado anteriormente. Me bañé, bajé y desayuné, me dieron el horario del día de hoy, me alegré mucho cuando vi que lo único que iba a hacer hoy, era ir a la escuela. Quizá invitaría a Nino al cine después de clases, un poco de distracción para mi corazón roto estaba más que bien. Subí de nuevo a mi habitación, tomé mi mochila e hice que Plagga se escondiera en mi chaqueta. Era hora de ir a la escuela. Subí al auto y me dirigía a la escuela cuando de repente, pensé en Marinette. Esa chica linda con rosadas mejillas y ojos grandes y azules como el cielo. Pensé en lo que me había dicho a mi mismo la noche anterior, lo de intentarlo con Marinette si recibía un rechazo de Ladybug. No es como si fuera la segunda opción, no. Quiero conocer otras chicas, chicas que tengan buen corazón. Chloe definitivamente no, ella es muy mala y además no la soporto, a ella y a su mala actitud. Las otras chicas de mi clase son muy cerradas. Alya pues... resulta que mi mejor amigo la quiere para el, y no es de mejor amigos, meterse con las chicas del otro. Sería genial si Nino y yo salieramos con otras mejores amigas, me refiero a Alya y a Marinette. Pero primero, tendría que juntarme más con Marinette, quizá sea difícil, siempre tartamudea y se pone roja cuando la saludo o le pregunto algo, quizá le guste, ese es un punto para mi, algo que me facilitará las cosas.

Llegué a la escuela y vi a mi mejor amigo Nino, esperándome en la entrada de la escuela con una gran sonrisa. Bajé del auto y caminé hacía el.

-¡Hola hermano!- me dijo el mientras chocabamos los puños.

-¡Hola Nino!- le dije. -¿Qué harás después de clases?-

-Pues ir a mi casa a descargar nuevas canciones- me dijo el.

-¿Vamos al cine? Resulta que hoy estoy de descanso, sin sesiones de fotos ni clases de esgrima- le dije.

-¡Claro!- me dijo emocionado.

-Hola chicos- dijo una delgada voz, era Alya, y lo sabía por la cara de bobo que había puesto mi amigo.

Alya estaba con Marinette.

-Ho... Hola- dijo Marinette.

-Hola, ¿cómo estás?- le dije con una gran sonrisa.

-Bien, gracias, ¿y tu?- me dijo con un sonrojo en sus mejillas.

-Igual, gracias- le dije.

Tocaron el timbre. Era hora de entrar.

Los cuatro nos dirigimos al salón de clases, tomamos nuestros respectivos lugares y pocos minutos después, la profesora llegó y de inmediato comenzó la clase. Cada que podía, volteaba a ver a Marinette.

Se me había ocurrido una idea. Aquellas dos mejores amigas, podían ir al cine con Nino y conmigo después de clases. Le dije entre susurros a Nino y el aceptó, es obvio, por que el solo quiere estar con Alya. Yo quiero estar con Marinette, para conocerla más.

Tocaron el timbre para salir al receso, me paré y fui al lugar de Marinette mientras guardaba sus cosas.

-Marinette- le dije.

-Adri... Adrien, ¿qué pasa?- me dijo sonrojada.

-Después de clases, ¿te gustaría ir al cine con Nino y conmigo? Puede ir Alya también- le dije con una sonrisa tierna.

-¡Claro!- dijo Alya. -Marinette también estaría encantada de ir, ¿verdad Marinette?- dijo mientras con su codo le golpeaba el brazo.

-Cla... Claro, me encantaría- dijo sonrojada.

-Entonces, nos iremos juntos después de clases- dijo Nino.

-Claro, solo le avisaré a mis padres- dijo Marinette.

¡Genial! Iba a pasar tiempo con Marinette.

El timbre sonó de nuevo, era señal de entrar a clases otra vez.

Las clases pasaron y por fin acabaron, era hora de ir al cine. Por alguna extraña razón, ya quería estar dentro del cine, con Marinette.

Los cuatro salimos de la escuela, cuando de repente, se escucharon gritos de varias personas, estaban escondiéndose, supuse que era un akuma.

-Demonios- me dije a mi mismo.

Esas cosas siempre aparecen en el momento menos indicado. El villano tenía un vestido blanco con notas musicales color negro en el mismo vestido, no dejaba de dar horribles gritos. Tenía que ir a un lugar a donde me pudiera transformar, no antes de que pusiera a Marinette en un lugar seguro.

-Tengo que protegerla- me dije a mi mismo, mientras la tomaba de la mano y corría con ella y los otros dos de nuevo a la escuela.

Entramos a un salón y salí de nuevo, tuve que poner la excusa de ir al sanitario para poder transformarme.

Tenía nervios de ver a Ladybug.
No iba a poder hablarle normal.
¿Qué se supone que iba a hacer?

-¡Plagga las garras!-

Y Chat Noir apareció.




Azul y verde, ¿quién lo diría?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora