Capitulo 2: Cuando La Muerte Te Llama

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Nuestra escuela estaba ubicada en una zona céntrica de la ciudad, por lo que podíamos observar a la gente corriendo en diferentes direcciones mientras gritaban desesperados por sobrevivir pero por encima de todo, vimos a muchas de esas...ahora que lo pienso, debería darles un nombre ya que decirles "Monstruos" suena muy trillado; los llamaré "Caminantes" o "Walkers" en inglés, suena mejor. Bueno, en todo caso es que había cientos de Walkers por doquier y nosotros estábamos justo en medio de todo...oh mierda.

—¡Corran!—exclame moviéndome en dirección contraria a la de los caminantes, Rebecca y Dilan me siguieron de cerca; debíamos salir de la ciudad cuanto antes puesto a que tenia que encontrar a mis padres, en situaciones como estas mi padre debería de proteger a mi madre y hermanos, no habría necesidad de preocuparme tanto. Si no tuviera este mal presentimiento que recorre cada centímetro de mi espalda

—¿Qué hacemos? Debemos encontrar una manera de llegar a nuestras casas—se respondió así mismo Dilan; joder por fin alguien más propone algo.—¿pero cómo lo hacemos? La ciudad está infestada, no tenemos armas más que el hacha de Connor y vivimos a las afueras de la ciudad.—me distraje un segundo para ver un auto con las puertas abiertas. Logre acercarme con cautela y vi a un Walker dentro de este: estaba atorado con el cinturón de seguridad, se me había ocurrido una idea por lo que volví con ellos.

—Escuchen, hay un auto allí, pero tiene un Walker atrapado con el cinturón de seguridad, si ustedes cubren mi espalda y vigilan que no venga ningún otro por detrás, puedo matarlo y así usaremos el auto para salir de la ciudad.—explique mi plan y estos asintieron aunque Dilan me observo de manera extraña.—¿Walker?.—pregunto este desconcertado mientras nos acercábamos al auto, abrí un poco la puerta.—¿tenemos que llamarlos de alguna manera no crees?—tomé firmemente el hacha y se la clave en la cabeza. Este dejó de moverse y pude quitarle el cinturón de seguridad para luego desatascar mi hacha de su cabeza, le dije a Dilan que abriera la puerta del copiloto y así que pateé al caminante haciendo que cayera al suelo, todos entramos rápidamente cerrando las puertas.

—¿Alguno sabe conducir?—pregunto Dilan, Rebecca negó con la cabeza y sólo quede yo.—estaba preparándome para hacer el examen, esperemos que haya sido suficiente.—encendí el auto observando que sólo conservaba un poco más de medio tanque de gasolina, espero y sea suficiente, puse el auto en marcha y nos dirigimos a la salida de la ciudad; como en 20 minutos llegaríamos a las afueras.

—¿Cómo pasó esto?—pregunto Rebecca abrazándose así misma con lagrimas en sus ojos, en parte la comprendía, uno no está acostumbrado a ver muertos levantarse para devorarse a los vivos que además, si a eso le sumamos que estuvo apunto de morir hoy...aunque si esto sigue así, quizá sea mejor empezar a acostumbrarse.

Centre mi mirada en Dilan por un momento, estaba mirando por la ventana, cada cuadra que pasábamos nos acercábamos más a nuestras casas y eso podría significar algo bueno pero también malo. Llegamos primero casa de Rebecca para dejarla, bajamos del auto y yo revise el tanque de gasolina, justo la mitad, un poco de suerte al fin.

—Aquí estamos, guarden silencio que puede que allá Walkers por la zona, ¿traes llaves?—pregunté, ella asintió y temblando puso la llave en la cerradura, me coloque en frente y con el hacha en mano, abrí lentamente la puerta; dentro pudimos ver a su familia, todos abrazados, el padre de Rebecca apuntaba a la puerta con una pistola, yo instintivamente levanté las manos.—¡mama, papá, Diego, Nala!—exclamo no tan fuerte Rebecca y fue corriendo a abrazar a su padre, este se relajó y bajo la pistola una vez que su hija estaba con el, Dilan y yo entramos cerrando la puerta tras nosotros.

—Hija me alegra tanto que estés a salvo; queríamos ir a buscarte pero los militares que estaban en la ciudad no nos dejaron pasar, dijeron que la ciudad estaba infestada de un virus y que no había sobrevivientes, luego cuando llegamos aquí el vecino de enfrente salio de su casa sangrando, su padre se había convertido en una especie de monstruo caníbal y se abalanzó sobre el devorándolo, nos asustamos y nos escondimos aquí.—dijo su madre para luego persignarse—Dilan y yo estábamos en clase cuando oímos un grito, nuestro profesor fue a ver que pasaba pero como no volvía todos decidimos salir, cuando estuvimos afuera una horda de esas cosas venía directo hacia nosotros, salimos corriendo y ahí fue cuando encontramos a Connor; el nos salvo de esas cosas y nos ayudó a salir de allí, no se que hubiera pasado si el no aparecía. Tenía tanto miedo mamá—relato Rebecca para luego quebrarse en llanto

—¿Tu eres Connor?—me pregunto el padre de Rebecca con semblante serio, yo asiento y el señor me abraza estrujándome con mucha fuerza.—gracias, gracias de verdad por traer a mi hija sana y salva.—esto es muy incomodo, al los tres segundos el hombre me suelta.—no fue nada, ha sido un placer conocerlos pero debo llevar a Dilan a su casa y luego ir yo a la mía, aún no sabemos si nuestras familias están bien.—hable de forma sería mientras observaba por la ventana a que ningún caminante estuviera afuera, perfecto, sin moros en la costa.—está despejado, Dilan, vamos.

Dilan, que hasta ahora no había dicho ni una palabra, tiene su teléfono en su oído mientras lagrimas caen por sus ojos, yo me acerco para ver que pasa y en eso su teléfono se cae de su mano, yo logre atraparlo por poco y leo el nombre que esta escrito en la pantalla el cual dice "Mother" era mensaje de voz que tenía al no contestar la llamada.

—¿Dilan?—se acerco Rebecca al verlo llorar, este sólo la abrazo y dijo con voz quebrada.—están muertas, mi madre y mi hermana, están muertas.—todos entraron en shock, claro ¿como Dilan podía saberlo? Yo enseñe el teléfono.—dejaron un mensaje de voz.

—Mi madre me estaba llamando mientras manejaba, mi hermana iba con ella para recogerme, parece que se estrellaron, luego escuché muchas de esas cosas; a mi hermana llorando y gritando mi madre tambien hasta que se colgó.—explico Dilan aún con lágrimas, mierda, debió ser muy doloroso para el escuchar eso.

—Oh dios mio, lo siento mucho Dilan, puedes quedarte con nosotros hasta que todo esto pase.—respondió la madre de Rebecca mientras abrazaba al chico de manera maternal. Sentí una pequeña punzada en mi corazón, no se por qué pero mi mal presentimiento aún continuaba presente.—siento mucho lo que pasó con tu familia Dilan...pero es hora de que me vaya—respondí mientras vigilaba las ventana

—¿¡Que, estas loco?!—exclamo Rebecca, tenía un poco de razón pero eso no iba a detenerme.—primero, no grites, segundo; lo siento pero debo ver si mi familia está bien así que iré solo, si algo pasa puedes lla-fui interrumpido por Rebecca al darme un beso en los labios, me tarde un poco por la sorpresa pero se lo correspondí mientras colocaba mis brazos en su cintura y ella en mi cuello, tardamos unos segundos hasta que nos separamos.—prométeme que estarás bien y no correrás ningún peligro

—Lo prometo—mentí, aunque en ese momento no lo sabía.

 A pesar de no saber que podría pasar,  quizá tuviera la suerte de Rebecca y que estén bien o podría tener la de Dilan y que todos estén muertos, también podían tener una suerte mucho peor, le rezo a Arceus que sea la primera. Salí de su casa y subí al auto, lo encendí y emprendí rumbo hacia mi hogar.

No sabía el infierno al que estaba apunto de entrar...

Apocalipsis: El Infierno Sobre Nosotros(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora