08. Heather Corman

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Julio 27, 2016

21:22

Rápidamente tomé mi laptop y marqué al 911, creo que era lo primero que debía hacer antes de que ese maldito se apareciera ante mí de nuevo, pero mientras surgía la llamada, salí de mi habitación y corrí rápidamente al cuarto que era de mi hermano, pues ahí podía ocultarme en el closet que tenía, el cual era de gran amplitud y seguramente tardaría un poco en encontrarme.

  — 911 ¿Cuál es su emergencia? —  Me preguntó la persona detrás del teléfono, pero solo debía comenzar a irme a lo seguro, mientras en mi Facebook me encargaba de dejar algún mensaje con las personas que seguramente podrían ayudarme o que quizá pudieran tener algo que ver con todos estos asuntos, así que no me preocupé demasiado, por lo que la policía dijera, puesto que muchas veces era  demasiado tarde para esas cosas.

—  Hay alguien en mi casa, ha asesinado a mi padre y ha atacado a mi madre, aunque no sé por qué lo haría, ni tengo una razón para pensar, yo solo estoy escondida, pero sé que me va a encontrar si sigo hablando... —  Pronunció mientras parecía que me desesperaba pues no encontraba las palabras correctas para describir la situación.

Continúe hablando con la mujer, de alguna forma necesitaba saber que alguien haría algo por mí, aunque en realidad todo era meramente mental, pues era difícil encontrar una paz dentro de mí. Estaba en el closet, pero quería evitar hablar, era la peor forma de poder salvarte, así que le dije a la operadora que seguiría aquí, pero si escuchaba algo se lo haría saber de alguna forma, quizá gritando o susurrando pero se lo haría saber, así que debía tratar de ser lo más cautelosa posible.

De igual manera, estaba concentrada en el mensaje que estaba escribiendo en mi red social, lo bueno de todo es que podía usar datos celulares si aquella persona decidía dejarme sin luz de nuevo, aunque si este era el final de mi vida, sería el peor mensaje que podía dejar en mi red social, por lo que creo que al menos tenía que ser un poco atenta en eso:

"Ahora mismo me encuentro en peligro, si alguien me ayuda, por favor contacten a Margaret, Patrick, Monica, Cameron o Conrad por favor"

Un mensaje bastante idiota quizá para alguien que puede estar en peligro, pero al menos sería recordada como la difunta que pidió ayuda por Facebook, así que no quedaba más que tratar de defenderme por todas partes. Sin embargo, la persona que me estaba ayudando por teléfono seguía insistiendo en que le demostrara que seguía por vida, así que solo a través de sonido podía hacer saber que me encontraba bien, pero las puertas se escucharon de nuevo.

Siendo así, solo me quedaba correr por las llaves y huir de la casa, pero tengo que buscarlas en mi cajón y no iba a tener el tiempo suficiente antes de que me encontrara. Tenía que armarme de valor.

Dejé el aparato electrónico en el closet de donde me encontraba, hablé con la mujer de la línea y le hice saber que saldría del cuarto para poder huir, pero también le expliqué el riesgo que tenía para lograr dicho acto.
Amarré bien mi bata y abrí la puerta del cuarto, me asomé en el pasillo, pero no había algo que captara mi atención, por lo que comencé a andar, con mis pies descalzos porque al parecer era más sencillo y fácil andar por mi hogar, el que era usurpado, a pies descalzos.

Por su parte, tenemos un sistema de alarma y aun así no funcionó, por lo que he de suponer que la persona tratando de atacarme conoce bien algunas entradas, además que la policía seguro estaba a punto de llegar y quizá sería yo la que ganara el juego, como siempre.

Sin embargo, antes de bajar por las escaleras, observo que alguien sale del cuarto de mis padres y me espero para ver de quién se trata, por lo que me percato que es mi madre.

— Heather... — Escucho mencionar mientras se soba la cabeza, a la par que mis ojos se llenan de lágrimas porque al fin creo que puedo salir con vida, así que me apresuro a ir con ella.

— ¡Mamá! — Grito con tanta euforia pensando que todo a acabado, que al fin vamos a poder ser libres y la policía atrapará a ese rufian, pero detrás de ella aparece gabardina y la golpea con algo por detrás, haciendo que mi madre caiga sobre el suelo.

Me quedo impactada por un momento puesto que por un momento en mi estúpida mente supuse que podía cantar victoria, pero decido no quebrar y me giro corriendo hacia los escalones de nuevo, tomándome del barandal y poniendo mi vista en los mismos para no caerme.

Me alcanzó.

Sentí un empujón que me hizo caerme de cabeza al suelo mientras a lo lejos escuchaba las sirenas de policía fuera de casa, pero me estaba sintiendo débil. Me quedé ahí, derrumbada sin fuerzas, esperando a que hiciera algo, sin embargo me tomó de los brazos y me arrastró, prefiriendo de mi parte solo cerrar los ojos para no darme cuenta de lo que podía llegar a suceder.

Esto me remontó a cuando me dieron mi primer golpe en Volleyball, haciéndome sentir la persona mas indefensa del mundo, mientras alguna gente se burlaba de mí, ese día conocí a Patrick, supuse que era un hombre ideal para mí. Mi amiga Margaret fue partícipe de todo mi enamoramiento y lamento tanto haberla hecho creer tantas mentiras que en mi vida dije, porque de alguna forma, sé que se enteró de mi llamado para querer captar la atención de mis padres o quien sea que se interesara en mí.

Mientras pienso en esto, puedo escuchar las notificaciones de mi celular, seguro aquella persona lo tiene en su bolsillo.

  — Vamos a asegurarnos que nadie se preocupe por ti... —  Una voz pronunció, pero con una máscara parecía un poco desentonada, por lo que aunque tratara, no le iba a reconocer.

— Mátame — Pronuncié sin mucho que decir, prefería no sufrir si aquél lo hacía, pero quizá su mente estaba aún más retorcida de lo que creí.

— Lo harás por ti misma... —  Entonces me tomó de los brazos, me tiró por la piscina y ahí caí, si quería morir debía mantenerme en ese sitio pero si quería salvarme, solo debía nadar hacia afuera.

Pero mi decisión ya estaba tomada.

Yo la asesinéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora