CAUTIVERIO, ALAS ROTAS

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POV TERCERA PERSONA:

El lugar donde ellos estaban, desde hacía tres largos días, era realmente inhumano, el aire era húmedo y el hedor de moho y suciedad bailaba en el cuarto, no tenía ventanas y la puerta estaba cerrada desde afuera. Los tres niños ni siquiera tenían un mísero colchón donde acostarse.

Arabela, aun sentía esa debilidad que la estaba derribando lentamente, su cuerpo temblaba incontrolablemente, el frio de sus huesos le calaba hondo a tal punto de hacerla sufrir un horrible dolor en todo su ser, sin contar que sus heridas no estaban bien curadas y se veían en mal estado, sus hermanos no estaban mejor, Ruby se había desmayado por enésima vez por culpa del hambre, ese maldito hombre no les permitía consumir nada que no fuese agua, Neal estaba un poquito mejor que su melliza, estaba despierto, pero la inanición lo estaba haciendo delirar y susurrar incoherencias, inentendibles para cualquiera que pudiese escucharlo.

Lo último que ella recordaba era estar en el baño de la casa De Vil, preparándose para ir a dormir y ayudando a su pequeña hermana a lavarse el cabello, cuando sintió algo frio y afilado y frio presionando contra su cuello y una mano áspera cubría su boca.

FLASH BACK:

Eran ya, las ocho de la noche, Ruby y Arabela, intentando alegrarse un poco la una a la otra, hacían payasadas en frente del espejo, la pequeña castaña, cantaba y meneaba las caderas, con un cepillo de micrófono, mientras que sonaba una radio de bolsillo, emitiendo una estación de radio popular en la ciudad, incitando a su hermana a seguirla, quien reía con ella.

-Vamos Ruby, hay que salir antes de que Neal le dé un ataque de ansiedad-Pero antes de que pudieran salir del cuartito, algo les llamó la atención, el pestillo de la puerta se había cerrado. Cuando ambas se voltearon, tapando su única forma de escape, estaba un hombre, de aspecto algo elegante, de pelo castaño oscuro y corto, pegado al cráneo y ojos negros, vestido con un pantalón de vestir de color café claro y un chaquetón del mismo color, con sus botones cerrados. Arabela, desconfiada, por naturaleza, cubría con su cuerpo a su hermana, y pensaba en un modo de salir ilesas y vivas de ese cuarto.

-Voltéense al espejo, si no quieren morir-Del bolsillo de su chaqueta sacó algo que parecía una navaja de bolsillo retráctil, la rubia, con miedo, le indicó a su hermanita que hiciera lo que les decía y no imaginara nada tonto.

El hombre se acercó rápidamente y se pegó al cuerpo de la preadolescente, haciendo que esta temblara y se hiperventilara, él, sabiéndose superior y en posición ventajosa, le cubrió la boca con la mano derecha mientras abría la navaja, y casi en modo de burla de su víctima la presionaba en su punto de pulso. Su asquerosa lengua húmeda y caliente bailaba por el blanco y delicado cuello de la chica, quien se sentía impotente ante esa situación de sentirse casi violada.

-Cruella tiene razón-El aliento fétido y caliente le golpeaba en la nuca-Eres una chica realmente bonita-Las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos ambarinos, mientras se preguntaba ¿Qué había hecho para merecer esa vida de dolor y sufrimiento? Antes de que pudiera encontrar una respuesta a sus dudas, sintió como la tomaban de forma brusca del cabello, para luego golpear su cabeza contra el espejo, fragmentos de cristal se incrustaron en su frente. El hombre no contento con eso la apuñaló en su costado izquierdo, haciendo que perdiera por completo la estabilidad.

Ruby, asustada de ver que su hermana sangraba en el piso no supo que hacer y por accidente pisó el pequeño charquillo que se estaba formando en el suelo a lado de Arabela, pero jamás llegó a siquiera socorrerla, el hombre había roto una toalla que había encontrado a mano y con un frasco de cloroformo, mojó la tela y con ella cubrió la boca y nariz de la niña, dejándola en K.O en menos de cinco segundos.

YO...DESEO UNA FAMILIAWhere stories live. Discover now