Capítulo 25.

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DREY.

Tú madre está viva, Dakota. Al parecer no murió como tú todos estos años pensabas.

Con un estremecimiento de miedo recorriendo todo mi cuerpo, observo el rostro de Dakota desfigurarse hasta tomar una expresión casi diría que diabólica. El odio de aquellos ojos negros, poco a poco empezó a devorar la ligera luz que había aparecido en su mirada estas últimas semanas. Doy un paso hacia ella pero Drew interfiere y me regala una mirada que no consigo interpretar.

Mi madre...—Dakota empezó a caminar lentamente hacia Kenya. —...está muerta.

Kenya retrocede pero al instante se detiene. Desde mi posición observo como su cuerpo se tensa y guarda la pistola con la que hace un momento apuntaba a Dakota, en el cinturón. Cierra sus manos, convirtiéndolas en puños a cada lado de su cuerpo. Y aún cuando Kenya es muchísimo más alta que Dakota, desde mi punto de mi vista; Dakota se ve mucho más amenazante y peligrosa.

—Dakota...

Cállate.

—¡Maldita sea, Dakota!—gruñe Kenya a centímetros de distancia. Ambas se retan con la mirada. —Drew y yo la vimos. ¿De verdad crees que...

—¡TE DIJE QUE TE CÁLLARAS, MALDITA SEA!

Y de un rápido movimiento, que ni los bien entrenados reflejos de Kenya pudo ver, Dakota la golpea con tanta fuerza que se lleva un buen golpe contra el duro suelo. Una sonrisa cruel se forma en los labios de Dakota al ver la sangre aparecer de una de las cejas de Kenya.

—Tienes que detenerlas.—gruño y empujo a Drew. —Dakota la matará, maldita sea.

—Puede ser.—responde Drew con una expresión seria mientras las observa pelear; pero aún manteniendo su atención en mi persona. —Pero si intervengo, los muertos seremos nosotros.

Paso una mano por cabello, completamente frustrado. Vuelvo a poner mi mirada en el frente al escuchar un gruñido. Kenya finalmente consiguió golpear a Dakota pero en deber de someterla o volverla a golpear, simplemente se separa. Un error que iba a pagarlo muy caro. Aparto la mirada rápidamente al ver aparecer una delgada daga en una de las manos de Dakota.

Demonios. Mi cuerpo se estremece con fuerza al imaginar lo peor. La sangre...la piel desgarrada. Una oleada de náuseas sube por mi garganta.

Pasan unos dos minutos, tal vez, en los cuales no escucho nada. Ni un jadeo, ni nada que me indique algo...sea lo que sea. Tomo una profunda respiración y armandome de valor vuelvo a poner la mirada en ellas. Levanto ambas cejas sorprendido al ver a Kenya a duras penas contener el brazo de Dakota. La punta de la daga a centímetros de uno de sus ojos. Un nuevo escalofrío me recorre al cuerpo, al ver la mirada de aquellos ojos negros y la de esos escalofriantes ojos grises.

Realmente ambas están tratando de matarse. Pienso incrédulo. La respiración queda bloqueada en mi garganta al ver a Dakota llevar con una rapidez, que de verdad me toma muy por sorpresa, la mano su cintura y al instante escucho una fuerte detonación. Drew trata de mantenernos a ambos apartados de su pelea, pero ellas parecen poseídas por el mismísimo diablo. Golpes, disparos, golpes, disparos. La sed de sangre en sus rostros era demasiado intensa.

Maldita sea. Estas mujeres de verdad que están locas.

 Estas mujeres de verdad que están locas

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Casado Con Una Mafiosa © [#1 MORTEM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora