—¿Vas a darnos información sobre tu zorra?
Trago saliva, o hago el intento de tragar el nudo que siento en mi garganta. Mi respiración tiembla, por más que los nervios tratan de dominar de nuevo mi cuerpo me mantengo alerta a cada uno de sus movimientos. Así como ellos no apartan sus miradas de mi persona, por pura tozudez y voluntad sostengo sus miradas.
—¿No escuchaste lo que dijo, idiota?—gruñe uno de los cuatro rubios.
Es una suposición, ya que no estoy seguro, pero los cuartos tipos rubio creo que pertenecen a la mafia de Vladímir. Y los otros dos a la del papá de Dakota. Todo mi cuerpo se tensa al ver uno de los rubios acercarse, observo una cicatriz partir su ceja izquierda.
—¿Dónde está la zorra de Atheris?—sonríe al verme fruncir el ceño. —Te conviene responderme, idiota.
«—Nunca, por nada del mundo digas la localización de tu jefe—en este caso la localización de Dakota—porque sino te matan los que te secuestraron lo harán a quienes traicionaste.» La voz de Thomas llega a mi mente, como una clase de recordatorio. Uno que sinceramente no es que me ayude mucho. Las palmas de mis manos empiezan a sudar, un cosquilleo sube a lo largo de mi espalda haciendo que los vellos de mi nuca se ericen. Los nervios han empezado a filtrarse en mi sistema, algo no muy bueno a decir verdad.
—¿ME ESTÁS ESCUCHANDO?—grita el primer rubio bastante enojado, sobresaltadome un poco pero al instante trato de mantener una expresión indiferente.
Escucho como los otros rubios, que sinceramente pondrían hacerse pasar por cuatrillizos y no dudaría de sus genes, hablar en ruso. Seguido todos sueltan algunas carcajadas.
—Déjalo. Si él no quiere aprender hablar vamos a tener que obligarlo.—dice el ojiazul, uno de los de la mafia Anderson. Cruza los brazos a la altura del pecho y aquella maldita sonrisa parece crecer en su rostro. Ladea la cabeza y le hace una seña al ojiverde, su compañero. —Dylan. Es todo tuyo.
Un escalofrío me recorre el cuerpo entero, el tal Dylan sonríe y empieza hacer algo con sus nudillos. Observo casi que todo sus brazos llenos de tatuajes, la manera maliciosa con la que sonríe.
—¿Asustada la princesa?—pregunta mientras se acerca. Mis ojos no se apartan de los suyos que tienen el mismo brillo malicioso que los demás, trago saliva nervioso. —¿Vas a darnos información? Como por ejemplo; ¿dónde están las bodegas que contiene la mercancía de la gran Atleris? O mejor aún, ¿dónde está su casa principal?
«Nunca, por nada del mundo digas la localización de tu jefe.»
¡Demonios!
—No.
El tipo levanta las cejas, las sonrisas de los rubios se desvanecen. Los seis literalmente me fulminan con la mirada, y aunque sienta que el corazón está a punto de salirse por mi boca; no me inmuto ante sus miradas.
—Muy bien, tú lo pediste.
Y tomándome por sorpresa tira un puñetazo que conecta con mi pómulo derecho. El dolor no se hace esperar, esa parte empieza a palpitar y es sólo cuestión de minutos para que la mitad de mi rostro empiece a hincharse. Mordiendo mi lengua, hasta el punto de sentir mi propia sangre, no dejo escapar ningún sonido de mi boca.
—¿Ya empezaste a recordar?
Levanto la mirada, entrecierro mis ojos enojado pero no abro mi boca, ni siquiera respondo. El tipo sonríe, pero más bien parece una sonrisa forzada.
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Casado Con Una Mafiosa © [#1 MORTEM]
Romance¡Ganadora de "CATEGORIA MAS VOTADA", edición 2018 de los Premios Gemas Perdidas! [#1, de la Trilogía MORTEM] ~~~~ "-Cásate conmigo." ¿Qué harías si una chica, y más si es una de las mafiosas más peligrosas, te dice esas palabras? Supongo que lo mism...