Tal vez haya sido la manera que ella tocaba dulcemente el violín la razón por la cual a él comenzó a hablarle.
Tal vez haya sido su manera de introducirse en su propio mundo y no permitir a nadie ingresar la razón por la cual él le atraía cada vez m...
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Todo aquel día parecía ser perfecto. El cielo estaba prácticamente despejado, sólo dejaba a la vista unas cuantas nubes como signo de que la primavera estaba llegando. Sentado debajo del gran Sauce que se encontraba en el patio trasero podía ver como Crystal corría mientras reía detrás del pequeño Colling. Aún recuerdo cuando me dijo que él estaba en camino, no podría decir cuán feliz estaba, era demasiado.
*Flashback* Lo único que podía oír eran los automóviles, que pasaban rápidamente por nuestro lado. Veía como Crystal jugaba con sus manos mientras miraba la acera. Notaba que se encontraba nerviosa, su mandíbula estaba ligeramente apretada, tenía sus brazos tensos y escuchaba su respiración agitada por encima de los sonidos de la ciudad.
- Oye, pequeña ¿qué te sucede?- paré de caminar y agarré sus manos, éstas suavemente temblaban, y al levantar la mirada pude ver que sus ojos en ese momento estaban empapados de lágrimas.
- Lo que sucede es que lo que debo decirte no es sencillo, es decir, no se cómo decirlo.
- ¿Tú? ¿Tú estuviste con alguien
- ¡Pero claro que no!- dijo interrumpiendo mi pregunta
- ¿Entonces?
- Tal vez... Tal vez para Navidad seamos tres.
- ¿Qué? Faltan seis meses para diciembre- estaba confundido, realmente confundido, ¿en seis meses?- Espera, tu, ¿tu estas embarazada?- dije atónito. Ella simplemente me miro y asintió con la cabeza- oh por dios, ¡Seremos padres!- la agarré entre mis brazos y la besé- no sabes cuán feliz me haces, no te imaginas
*Fin Flashback*
Colling venía corriendo hacia mi, hacia sólo unas semanas aprendió a correr sin caerse, y ahora, nadie puede lograr que deje de hacerlo.
- ¿Sabes? No entiendo como crece tan rápido. Parece que fuera ayer que era tan sólo un bebe, que nos costaba cambiarle el pañal, que no teníamos idea de como hacer esto- susurro Crystal mientras miraba a nuestro pequeño hijo que se encontraba comiendo una galleta
*Flashback*
- ¡Nathaniel! ¿¡Dónde ha quedado el oso de Colling!?
- ¡Aquí está, espérame!- tomé el peluche que se estaba en el suelo y me dirigí a la habitación del bebe- Aquí está.
- Míralo, se está durmiendo- Crystal estaba recostada sobre la pared, su Rubio cabello estaba atado en un niño y varios mechones rebeldes salían de el. Tenía unas grandes ojeras ya que Colling solía despertarse por la madrugada, y, si bien íbamos una vez cada uno, era evidente que ninguno de los dos dormía como de debe. Con ojeras, despeinada, sin dormir bien, era así como se encontraba mi mujer, el amor de mi vida, y era en esos momentos en los que me daba cuenta que había hecho una estupenda elección, a pesar de todo lo que hemos pasado la sigo amando, la amaba tanto que ni siquiera yo sabía cuanto era mi amor hacia ella. Era algo que no podía explicar, ella era, simplemente mi todo.
*Fin Flashback*
- Es imposible saberlo, crece tan rápido. Al igual que mi amor hacia ti.
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El próximo capítulo será el final, y habrá un epílogo. Me tardo mucho en actualizar :v
