VI

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Mudo aullido de lobo

Gimes, corazón en pecho,/
ladras como un lobo herido; un lamento./
Somnoliento el veneno /
que adormeció el cuerpo/
y exhala con fervor todo atisbo de deseo./

Y sin apenas intentarlo,/
sin perder el aliento, /
miras a la Luna /
que te acunó de niña;/
que te ve llorar, perdiéndolo./
Perdiendo aquel motivo de vida,/
aquella dicha, aquel halo/
de luz plateada que ahora se resquebraja/
tras tus párpados, en tus pupilas./

Espíritu libre que paseabas con el viento,/
aterrizaste en el campo de batalla;/
duerme o muere, no hay nada más sangriento./
Masoquista afán de seguir viviendo/
cuando el hastío atrapa el pensamiento./

El jardín de los suspiros del ruiseñor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora