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Hoseok no tiene nada interesante qué hacer más que quedarse sentado en la sala leyendo las mismas historias de Facebook mientras escucha las risas de su madre y de Hyejin salir de la cocina y el hip hop saliendo de la habitación de Yoongi. Responde distraídamente uno que otro mensaje que eventualmente recibe de sus amigos en Kwangju, quienes le restriegan en la cara las cosas divertidas de las que se está perdiendo.

Está buscando una manera de defenderse de las burlas de Jimin cuando ve la silueta de Yoongi salir de su habitación. Y si alguna vez Hoseok se preguntó quién podría verse tan deslumbrante en un simple pantalón negro con una camiseta blanca totalmente sencilla, acababa de encontrar la respuesta. Y la respuesta es Min Yoongi. Aunque la apariencia del chico pálido luce totalmente despreocupada, la perfección de su cabello revela que pasó tiempo arreglándose.

Yoongi camina distraídamente por la sala rebotando unas llaves en su mano. Cruza miradas con Hoseok y le sonríe, después va la cocina. Hoseok escucha voces, aunque no logra identificar lo que dicen y tampoco le interesa mucho saberlo. Luego de unos minutos, Yoongi vuelve a la sala. Sonríe de nuevo a Hoseok y sale por la puerta principal de la casa.

El aburrimiento hace a Hoseok suspirar. Su inicio en Facebook no ha cambiado a pesar de haberlo actualizado ya un par de veces y sus amigos decidieron no responder a sus mensajes. En este momento Hoseok podría morir ahogado en vistos. Apaga la pantalla de su celular y juega con él rebotándolo en su mano.

Hoseok logra distinguir su nombre entre los murmullos de la charla de su madre y Hyejin, y tiene el presentimiento de que se acercan problemas. Hoseok nunca ha sido supersticioso, pero cuando escucha a su madre llamarle se pregunta si en realidad tiene el poder de ver el futuro. Se levanta y camina hacia la cocina. Hyejin estira la mano y él, después de dudarlo unos segundos, la toma.

– Yoongi va a ir a una fiesta esta noche –le dice su tía sonriendo traviesamente, como si tramara algo. Hoseok se queda serio porque en realidad no entiende la situación.

– ¿Quieres ir? –pregunta su madre. Y Hoseok puede sentir como una carga se sube a sus hombros, poniéndolo tenso.

– No creo que sea una buena idea, en realidad –la mirada de su madre le dice que tiene razón, pero la mirada de Hyejin le dice que no importa.

– Es para que no te aburras aquí en la casa –replica Hyejin. Hoseok se pone nervioso porque no sabe cómo salir de esta.

– No querrás que Jimin se entere que viajaste hasta Daegu sólo para quedarte encerrado en una casa –su madre tiene razón. Pero Hoseok prefiere soportar las burlas de Jimin que ir a una fiesta donde su único conocido es su primo. Con el que, por cierto, no se siente del todo cómodo.

– Pero seguramente Yoongi quiere estar con sus amigos –dice y espera con todas sus fuerzas que las dos mujeres entiendan su punto.

– Ay, Hoseok, apuesto a que Yoongi prefiere estar contigo –Hoseok intenta ignorar la explosión que sintió en su interior para poder pensar en otra justificación a su falta de interés en la fiesta.

– Anda, ve y arréglate rápido –su madre le ordena.

– La fiesta es como en media hora, así que apúrate.

En contra de su voluntad, Hoseok va al cuarto de Yoongi para arreglar su ropa.

Ni siquiera trajo ropa que puede ser considerada ropa de fiesta. Ni siquiera sabe cómo arreglarse para ir a una fiesta. Ni siquiera ha ido a una fiesta convencional. Suele salir seguido con sus amigos, pero cuando lo hacen siempre es a algún restaurante a comer o la casa de alguno a jugar videojuegos.

Childhood BuddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora