07

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Yoongi se levanta de la cama después de depositar un beso en el estómago de Hoseok y lo deja semi desnudo en la cama, sintiéndose demasiado auto consciente de sí mismo. Yoongi se mueve hasta una de las mesitas de noche y abre un cajón, el mismo de donde había sacado el cenicero la noche anterior.

― Si mi mamá algún día abriera ese cajón, estoy seguro de que se muere ―el mayor se vuelve a acercar a la cama, con un botecito en sus manos―. O se muere o me mata.

Con toda la naturalidad del mundo se vuelve a poner de rodillas entre las piernas de Hoseok, como si ese lugar fuera suyo y le perteneciera solo a él. Tiene una sonrisa en su rostro cuando voltea a ver a Hoseok, pero la borra cuando sus ojos se encuentran.

― ¿Estás seguro? ―la confianza con la que Yoongi había caminado casi desnudo por la habitación desaparece y eso hace preocupar a Hoseok porque en realidad no está seguro. Necesita que Yoongi le diga que todo va a estar bien y que no hay nada de malo en lo que están haciendo. Intenta con todas sus fuerzas ignorar la voz en su mente que le dice una y otra vez que sí está mal, pero la inseguridad se está haciendo campo en él de nuevo.

No quiere. No quiere besar a Yoongi. No quiere estar desnudo frente a él. No quiere tocarlo ni que lo toque. Y mucho menos quiere averiguar para qué sirve el bote que Yoongi trajo. Pero todo eso podría cambiar si sólo Yoongi le diera un poco de la confianza que le había transmitido todo este tiempo. No quiere pensar porque mientras más piensa, más se arrepiente. Necesita ocupar su mente en otra cosa y lo único que se le ocurre es besar a Yoongi. Por eso se sienta y alcanza los labios de Yoongi con los suyos. La seguridad de Yoongi vuelve y parece ser transferida a Hoseok a través de su beso.

En menos de lo que piensa, su espalda esta recostada de nuevo en la cama. El beso es más delicado que antes, sus lenguas encontrándose cuidadosamente en una tierna batalla por ver quién empuja más fuerte y sí, sí quiere saber para qué es el bote que Yoongi trajo.

No opone ningún tipo de resistencia cuando Yoongi empieza a jugar con su ropa interior y tampoco se resiste cuando el mayor empieza a jalarla hacia abajo.

Sus besos se hacen más desorganizados cuando Yoongi toca su miembro. El contacto es directo esta vez. La delicada piel del miembro de Hoseok contra las fuertes pero corteses manos de Yoongi. La sensación de tener a alguien más tocándolo de una manera tan íntima es simplemente enloquecedora. O quizá es el hecho de que es precisamente Yoongi quien lo está haciendo lo que lo vuelve enloquecedor.

Sus jadeos se hacen cada vez más profundos y ruidosos, aumentan junto con la velocidad de la mano de Yoongi sobre su falo. Y, una vez más, Yoongi detiene el placer que le estaba produciendo a Hoseok, esta vez para untar sus dedos con la crema que trajo.

Hoseok está nervioso de nuevo, pero Yoongi se encarga de disipar esa sensación con sus labios. Utiliza su lengua para delinear los bonitos labios de Hoseok, después los parte y entra en la boca que lo recibe gustosa. Sus lenguas se encuentran y la sensación es tan cálida y satisfactoria que Hoseok ni siquiera se inmuta cuando Yoongi presiona uno de sus dedos en su entrada. Con su mano libre, dirige las piernas de Hoseok a sus caderas y Hoseok no pierde tiempo en engancharse a él de nuevo. Resuella cuando su miembro se encuentra con el de Yoongi. Ni siquiera se dio cuenta de cuándo Yoongi se había desnudado completamente.

La presión del dedo de Yoongi aumenta y Hoseok puede sentir como va entrando en él. La sensación es nueva y diferente, pero nada desagradable. No mientras la boca de Yoongi siga pegada a la de él.

La presión se va haciendo cada vez más intensa por los otros dedos que se van uniendo paulatinamente al juego y pronto Yoongi está moviéndolos dentro de Hoseok. Aunque tarda unos momentos para acostumbrarse, Hoseok empieza a apreciar las sensaciones que Yoongi está ocasionando adentro de él. Su estómago se siente hecho un nudo cuando Yoongi empieza a mover sus dedos de adentro hacia afuera y es vergonzoso el no poder mantener sus quejidos dentro de él. Su boca se despega de la de Yoongi cuando estampa su cabeza hacia atrás, cayendo en la almohada. Pero los labios de Yoongi nunca dejan su cuerpo y recorren con besos mojados su cuello y su pecho, de arriba hacia abajo en patrones que no tienen sentido, pero que no lo necesitan para ser maravillosos.

Childhood BuddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora