Catch It

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Lyra abrió la puerta de su casa, movió la mano diciéndome qué pasara, su rostro, por el momento, no reflejaba ninguna emoción, cara de poker como diría mi padrino.

Ella cerro la puerta detras de mi, me ofreció un vaso de agua, abrió una puerta corrediza que llevaba al patio.

-¿Por que apareces ahora, después de tanto tiempo?

-Ya lo dije, quiero disculparme, por lo que hice, y aun mas por lo que no.

-Eso es horriblemente egoísta- Lyra se estaba asegurado de darme la espalda mientras ablabamos, no quería que viera su rostro, su tono de voz era frio y distante.

-No lo voy a negar, después de todo estoy seguro de que mis razones para venir nacen de intereses personales.

-¿No lo niegas?

-No lo niego. Después de lo que pasó, mi vida continuó como siempre, durante los primeros dias nada había cambiado, estaba convencido de que había tomado la decisión correcta, nadie me molestaba, estaba solo, justo como quería, despues las pesadillas comenzaron. Me despertaba todas las noches gritando, durante el dia no tenía apetito, mis padres tuvieron qje llevarme a un psicólogo cuando todo se fue de control. Me dijeron que era una carga, que estaba sobre estresado, la culpa me estaba comiendo vivo. Me recomendaron cambiar de ambiente, dejar el lugar que me recordaba mis problemas. Asi que termine cambiado escuelas, con el tiempo mejoró, pero, todavía siento esa culpa, carcomiendo mis entrañas, razgandome por dentro.

-¿Y estas esperando que te perdone? ¿que diga un par de palabras mágicas y haga desaparecer tus problemas?. Decime, ¿que razón podria tener para ayudar a alguien que no me ayudó cuando lo necesitaba?

-Ninguna, jamás esperé que fuera gratis.

-¿Entonces? ¿queres comprar tú perdón?

-No, ya dije que estoy dispuesto a hacer lo que quieras.

-Entonces...

Lyra mostró una pelota de tenís que estaba escondiendo, la arrojo a través de la puerta que daba al patio, la pelotita verde choco en contra de un tronco y se detuvo frente a unas flores.

-Buscala- dio una orden.

Elias se sintió un poco irritado, pero sabia que no tendría otra oportunidad, se levantó de su silla y a pasó ligero fue a buscar la pelotita, Lyra estiro la mano, esperando que Elias se la devolviera, este, asi lo hizo.

Ella volvió a arrojarla, esta cayo en casi el mismo sitio de antes.

Estenberg todavía no dejaba ver su rostro, pero Eli se hacía una idea.

-a cuatro patas.

Elias quería pensar que era una mala broma, pero la voz de Lyra expresaba otra cosa.

Parecía estar preguntando ¿tu orgullo o tu vida?

Asi que Eli tomo su decisión, se puso en cuatro patas y como un animal busco la pelotita de su ama.

De nuevo la dejo en su mano.

-bien. Veremos si te perdonaré, hasta entonces serás mi perro.

Elias no dijo nada, se levantó del suelo humillado, limpio sus pantalones y se fue.

Lyra detras de el cerro la puerta de su casa, una sonrisa de satisfacción, de éxtasis plasmada en su rostro.
Y una pequeña lágrima bajo por su mejilla.

-asqueroso.


Broken HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora