Siete

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Desperté con un terrible dolor en el cuello, había sido difícil coincidir el sueño y cuando finalmente logré dormir lo hice en una muy mala posición. Sentía un ardor terrible en los ojos y mi boca estaba seca a morir. Miré mi reloj de mesa y me dejé caer nuevamente en la almohada, faltaban cuarenta minutos para mi primera clase del día, esa que compartía con Luke. Sabía que evitarlo no era para nada una opción, él podía hacer lo que quisiera conmigo y tenía que comenzara a gustarme, sin embargo no me arriesgaría a que contra algo, si lo hacía podía ser expulsada. Era inútil.

Llegué quince minutos antes al aula, aún no había nadie. Me senté en la parte trasera y escondí mi rostro entre mis manos, era como si tuviera resaca, mi cabeza me dolía y no terminaba de entender por qué.

—Buenos días —el rechinar de la silla era como un martirio.

—¿Podrías guardar silencio? —dije apenas mirando a quien se estaba sentando junto a mí.

—¿Tuviste un larga noche?

—¿Por qué sigues hablándome? —cuando finalmente levanté la cabeza me encontré con Ashton, estaba sonriendo.

—Lo siento, si tanto te molesta no lo haré.

—No... Es que, tengo un dolor de cabeza increíble. Es todo.

Era una persona muy amigable, tenía una sonrisa muy linda y si no lo conociera creería que era mucho mayor. Sus facciones eran masculinas y su barba lo hacía lucir más maduro, su voz era un poco chillona cuando reía y debo admitir que eso me hacía reír a mí.

—Hola, Amanda...

Cerré mis ojos deseando que sólo hubiera sido mi imaginación, pero Luke se sentó al otro lado de mí y había quedado en medio de ambos.

—¿Qué demonios haces aquí? —dije.

—Yo también tomó esta clase, ¿acaso lo olvidaste, tontita?

—Claro, ¿cómo iba a olvidarlo? —forcé una sonrisa y tomé mi libreta, era hora de cambiar de lugar.

—Amanda —sentí como una descarga de electricidad me recorría la espalda—, quédate aquí. No te di permiso de irte. Pero tu amigo puede irse cuando guste.

—¿Acaso hablas conmigo?—preguntó Ashton, su tono de voz había cambiado.

—¿Con quién más si no?

—¿Qué te hace pensar que me iré sólo porque tú lo dices?

—Amanda, ¿podrías decirle a tu amigo que no puede sentarse cerca de ti?

Tenía que ser una broma, no había forma de que le dijera eso. Ashton no tenía porque aguantar los caprichos de Luke y mucho menos obedecerlos, sin embargo tenía que obedecerlo. Me mordí la lengua antes de voltear hacia Irwin y sonreirle con melancolía, no tuve que decir nada, Ashton se levantó y se fue del otro lado del salón.

Durante toda la clase evité mirar a cualquiera de los, aunque sabía que el único que llegaba a mirarme era el chico al otro lado del aula. Luke ni siquiera parecía interesado en hablar conmigo o si quiera asegurarse que siguiera viva, él sólo prestaba atención a la clase y apuntaba todo cuanto podía. ¿Era eso para lo que quería estar cerca de mí?

—Amanda —dijo luego de haber tomado su mochila—, pasaré por ti a las ocho, ponte algo cómodo.

No esperó mi respuesta, unos chicos del equipo de tenis ya lo estaban esperando fuera del salón y salió de inmediato.

Ashton tampoco se molestó en despedirse, simplemente se puso los audífonos y se fue. Tampoco era como si me preocupara demasiado lo que hiciera o no, después de todo tampoco eramos amigos.

***

—Charly... ¡Charly! —gritó Mira.

—Dime.

—¿Cómo van las pruebas para los regionales?

—Bien, creo. No me preocupa mucho, sé que voy a ir.

—Vaya, a eso le llamo tener confianza.

—Supongo...

Hacía un hermoso día, Mira y yo nos encontrábamos debajo de un árbol, ese que estaba detrás del edificio de Química. La brisa se sentía bien y mi cabello se movía ligeramente, no quería irme nunca.

—Amanda...

Sentí como si una piedra golpeara mi cabeza, instantáneamente abrí los ojos y comencé a mirar al rededor. Mira era la única que estaba ahí, conmigo.

—¿Sucede algo? —dijo.

—No... Pensé que alguien había dicho mi nombre...

—Pues no, yo estaba leyendo... Charly, algo te pasa. Has estado nerviosa y distraída todo el día, ¿segura que no quieres contarme?

—No, Mira. De verdad no es nada, sólo he estado entrenando de más. Hablando se eso, tengo que irme, el entrenador quiere verme.

No puedo decir que aquel día fue mi mejor momento para jugar tenis, dejé ir varias pelotas y el entrenador seguramente se cansó de gritarme. No pude ganar con un juego limpio como siempre lo hacía, está vez había logrado mantener mi racha tan solo por unos cuantos puntos.

Arrojé mi maleta lejos de mi cama y me dejé caer, en cuanto mi cabeza tocó la almohada noté algo diferente. Debajo de ella había una caja con una pequeña nota encima:

"Úsalo o te arrepentirás. Luke"

Dentro había una pequeña botella con la palabra "Repelente" en ella. Al menos me había dado una pista de a dónde era que íbamos.
Tomé unos shorts, una blusa floja y una sudadera. Había decidido sujetar mi cabello, no sabía que esperar de Luke y era mejor estar preparada.

Suspiré profundamente y salí del edificio, no pasó mucho tiempo antes de que viera a Luke aproximarse sobre una Motocicleta.

—¿Lista? —dijo— Es hora de irnos, Amanda.

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⏰ Última actualización: May 01, 2017 ⏰

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