Parte 2

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:D

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Unos días después.

Era temprano y Marinette ya se había acostumbrado a las labores que debía hacer para Chloe. Ese día había cambiado un poco su actividad, se había tomado unos minutos para ir de compras al mercado cercano, sería rápido ya que sólo compraría algo para desayunar.

Cuando recién llegó, le entregó al portero Otis un bocadillo que había comprado.

-No te hubieras molestado muchacha.- Dijo completamente agradecido por el gesto amable de la azabache.

-Es lo mínimo que debía hacer después de que me ayudara hace días, espero no le incomode.- Dijo la joven.

-Claro que ni niña...por cierto...¿Nada raro ha pasado desde que estás aquí?

-No, por supuesto que no, estoy muy bien.- Dijo la joven.- Lo veo en un rato más, tengo que seguir con las labores.- Se despidió Marinette del hombre y él respondió al gesto.

Minutos después...

Marinette estaba con una compañera de trabajo, ella se encargaba de enseñarle todo lo que tenía que saber sobre los vestuarios. En esos momentos estaban en la sala de lavado donde estaban reuniendo la ropa seca.

-¿Esto es lo que hay que hacer siempre?.- Preguntó Marinette.

-Sí pero ese no es el principal problema....el verdadero problema es reunir la ropa sucia, siempre la deja botada donde primero se le ocurre.- Explicaba Alya Césaire con hastío.- Es una calamidad pero no hay de otra que acostumbrarnos...el nombre viene detrás así sabrás a quien pertenece, sólo recógelo con cuidado.- Las dos chicas recogían la ropa delicadamente mientras eran observadas desde arriba.

Félix miraba por una ranura a Marinette, desde que la escuchó por primera vez hace días le había tenido admiración y se había atrevido a seguirla y saber un poco más de ella mientras trabajaba.

Marinette dejó la ropa que había acumulado mientras Alya la lavaba, mientras ella iba a conseguir un balde de agua. Como tenía que pasar por el escenario, se entretuvo viendo como montaban la escenografía, debía ser para la escena que presentaría Chloe. Marinette se veía envuelta en cada imagen hasta que vio acercarse a Kim y rápidamente siguió su camino.

Kim iba leyendo el libreto de Chloe mientras lo estudiaba con otro de los cantantes. Kim fue hasta donde estaban arreglando a Chloe. Estaba usando un vestido pomposo color azul marino y unos de sus asistentes le acomodaban una peluca rizada color castaño.

-Oye querido...dime la verdad...¿Cómo me veo?.- Le preguntó alzando los brazos. Kim no tenía opción más que decirle algo positivo y que agrandara más su ego de lo contrario tendría problemas, le gustara o no como lucía.

-Te ves fantástica...todo el mundo te amara en cuanto te vea.- Le decía, ella hizo un gesto presumido.

-Dime más...

-Eres la más grande primavera, la más hermosa y resplandeciente de todas.- La seguía halagando Kim.

Marinette quien limpiaba cerca escuchaba todo lo que decía y sinceramente se resistía a las ganas de reírse.

-Tú no me estás mintiendo ¿verdad?.- Preguntó Chloe suavemente.

-Por supuesto que no, yo sería incapaz de mentirle a una flor.- Dijo en el mismo tono que ella.

El fantasma de la OperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora