- Lo hago con ganas...-
Des volvió a consumir la hombría de Leo entre sus labios. Los movimientos de su lengua eran lentos, desquiciantes para el moreno, realmente sabía como hacerlo bien, sin intentar nada raro, solo su lengua y la succión constante, era muy bueno, maldita sea, demasiado bueno.
-Detente, Des...-
Tenía el aliento perdido, jadeaba a esta altura, y sus manos temblaban por la sensación de la electricidad y las cosquillas en su espalda y bajo vientre. Estaba pidiendo tiempo fuera solo porque sabía que si el mas alto seguía terminaría aquello antes de empezar.
-¿Que sucedió? ¿Lo estoy haciendo mal?-
Des se levantó y pudo apreciar el intento de control en el rostro de Leo, supo ahí que el moreno no pidio que se detuviera por su mal trabajo.
Se dejó caer a su lado, pasando una mano por su abdomen, bajando por el camino de vellos bajo su ombligo, tratando de distraerlo de alguna manera; deslizó los dedos por su ingle y con cuidado y suavidad acunó sus genitales con una mano mientras la otra iba al rostro del afligido Leo.
-Me gusta mucho esa expresión, Leo Spindler. Espero que despues de esto no huyas de mi, es mas de lo que he soñado hacer contigo en dos años.-
Leo abrió los ojos lentamente, y le sonrió respirando hondo, la cansada mueca adornando sus labios.
-¿Te has tocado pensando en mí? Que confesión mas fuerte. Cuentame... ¿Que hacías pensando en mi?.-
-Espera... ¿Estás pidiendo que me masturbe frente a ti?-
-Muéstrame, Des.-
El mas alto se mordió el labio inferior, Leo pensó que ese gesto era demasiado sexy, y se acostó con la espalda pegada al respaldo de la cama, mirando a Leo, comenzando a bajar las manos por su propio pecho.
Sobó lento sus pezones, jalandolos, apretandolos entre dos dedos y soltó un pequeño gemido que hizo que la polla de Leo saltara como si hubiera sido llamada. Mantuvo una mano sobre el pezón derecho y la otra bajó sin rodeos a bombear su erección, paseandola de arriba hacia abajo firmemente.-Dime... ¿Que piensas cuando estas tocandote? ¿Que soy yo haciendote un trabajo manual? -
-Leo... Callate.-
-Dimelo, Des.-
El moreno exigió irguiéndose, inclinandose hacia el mas alto para presionar su boca sobre el caliente cuello ajeno volviendo a dejar las marcas de sus dientes por la piel pálida, quería escuchar esa voz ronca de deseo una y otra vez. Había olvidado que se sentía estar con un hombre. Mas de 10 años habían pasado y había tratado con todas sus fuerzas de nergarselo pero fue todo esfuerzo vano, le gustaba esa sensación de poder y descontrol que tenía cuando tenía un muchacho por delante.
-Pienso que son tus manos...- Comienza a narrar entre susurros.- Que me deseas, que necesitas tocarme así, como me toco ahora. Que quieres estar dentro de mi, y hacerme recordar tu nombre a punta de embestidas...- Leo pudo ver como una de las manos de Des hacia recorrido al cajón de su velador y volvia a la cama con un tubo de lubricante. - Y que realmente gemías mi nombre.-
-Des...- Gorgoteó el moreno cerca de su oreja.- Oh Des...
-Si, así...-
Des sonrió con lascivia y puso algo del gel entre sus dedos, llevandolos rapidamente a lubricar su entrada.
-¿Quieres que lo haga yo?-
El mas alto negó y deslizó un dedo dentro moviendolo lento, jadeando ante la sensación.
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Algo asi como un típico romance en Paris
FanficLeo Spindler, 27 años. Guapo, caliente, simpático, carismático, guía turístico parisino. Des Aeva, 26 años. Una belleza exótica como pocos. Amable, algo tierno, algo bastante sexy, dueño de un café céntrico en París, la ciudad de las luces y el am...