I was Born to Love you/ Nací para amarte

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Al fin la pesadilla había terminado.

Era una primavera hermosa la que disfrutaban en Paris, el viento era frío aún pero el sol calentaba suavemente su morena piel mientras descansaba su aun algo maltrecho cuerpo en el cesped frente a la cafetería del hombre que amaba. Sonreía, como nunca, porque había podido volver a ver la dulce sonrisa que Des poseía y ese pequeño momento en el cual sus labios se ampliaban mirandole a los ojos, ese instante, era lo que el realmente llamaba felicidad.

La terapia fisica era un asco, pero con una placa de metal uniendo su cadera no era muy comodo caminar. Jo le había llevado a cada una de las sesiones y había estado ahí con él, sosteniendo sus manos cuando volvía a aprender a caminar como un bebé.

"-Leo...- El dulce rostro de su madre estropeado por la mueca de angustia apareció en su campo visual cuando volteó hacia la puerta. Su madre y su padre estaban hay, habían viajado desde Boston y por primera vez en 10 años se dió cuenta de que extrañaba muy malamente a su familia.

-Hola, ma. Lamento no poder levantarme pero tengo aún unas costillas medio molidas.- Con todo el buen animo que pudo reunir a pesar de los analgesicos le sonrió a su madre, y con la ayuda de Jo pudo sentarse en la cama a pesar del yeso al rededor de su cuerpo.

Su madre sin duda se abalanzó sobre él con suavidad, llorando con desesperación y pidiendo perdón a su amado hijo por su tontería y la dureza de su carácter cuando debió haberlo apoyado.

Leo también lloró, como un niño pequeño entre los brazos de su madre.

-Es... Bueno verte bien, Leonard.-

La voz masculina de su padre le hizo alzar la mirada hacia el sargento. Suspiró con los ojos llorosos, se limpió con el dorso de la mano las lagrimas que habían caido y le vió con algo de recelo. El Sargento Spindler se detuvo un instante, como si dudara sobre su actuar y se acercó a su hijo sosteniendo aquella mano que se levantaba hacia él.

-Lamento...- Pasó saliva buscando las palabras correctas que decir y se inclinó a besar la frente de su pequeño, conmovido por la situación.- Lamento mucho haberte dicho todo eso, yo... Yo nunca debí darte la espalda en ese momento, Leo. Por favor hijo ¿Podrías perdonar a tu viejo padre por haber sido un idiota cuando mas lo necesitabas?. "

Leo suspiró con una sonrisa recordando aquel momento, sin duda, había sido uno de los mas felices de su vida, su padre, quien había sido un soldado homófobo toda su vida se había tragado su orgullo y había pedido perdón a su hijo por haberlo rechazado cuando era apenas un niño. Se levantó del césped con algo de esfuerzo, ayudado de una muleta, por algún tiempo mas tendría que caminar ayudado de ella pero era lo de menos en ese momento. Sus padres y su hermana habían permanecido en Paris en todo momento mientras estaba en recuperación, y habían hablado acerca de establecerse permanentemente en la ciudad, su padre estaba haciendo los papeleos en la embajada norteamericana para trabajar ahí y Joanne tenía una oferta en una clinica privada bastante conveniente.

Se sentía extrañamente bueno, después de 10 años solo tenía a su familia y a su hombre juntos al fin.

"-Papá, mamá. Quisiera presentarles a Des Aeva, mi futuro esposo.-

Des temblaba sosteniendo la mano de Leo firmemente, tratando de no demostrar lo nervioso que se encontraba. Hizo una pequeña reverencia torpe, se veía realmente adorable en aquel momento. Leo supo que probablemente iba a morir de un ataque de nervios. Su madre se adelantó, viendo al mas alto con una bella sonrisa y le abrazó suavemente. Papá, quien rivalizaba con la altura de Des, le puso una mano en el hombro y asintió viendose realmente conmovido.

Algo asi como un típico romance en ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora