Enterré mis dedos en la arena, dejando que el agua cristalina los tocara de vez en cuando. Miré hacia el mar, el mar mediterráneo que se extendía frente a mí. "Wow, Italia... ¡Cuánto te amo!"
Después de unos minutos disfrutando el agua en mis pies, decidí ir hacia una pequeña colina de rocas formada a manera natural a unos cuantos metros de allí (100 exactamente), para poder escribir a gusto.
Caminé descalza sobre la clara arena, mientras que dejaba que mi cabello fuera libre. Casi nunca lo dejaba suelto, y menos si estaba en la playa: Odiaba tener que quitarme la arena de la cabeza al llegar a casa. Pero, aun estando en un chongo se llenaría de tierra...mejor disfrutaba el momento, ¿No?
Llegué en cuestión de unos dos minutos, y me senté en una de las rocas. El agua estaba apenas a unos 2 metros de distancia, chocando sutilmente con las rocas al costado de la que estaba sentada. La mía estaba un poco más alta que las demás, así que solo me llegaban ligeras gotas.
Saqué la pluma de entre la argolla de mi libreta, y le di un click para sacar la tinta. Miré hacia el mar... Y empecé con el título de “Un Amor Desmedido, loco e Irrevocable.” reí para mí misma, al ver lo patética que me veía. ¿Yo? ¿Carolina Kopelioff? ¿Escribiendo sobre el Amor? Eso definitivamente debía de ser una broma.
Escribí varias cosas sin sentido, y luego, cambiaba la hoja, empezando de nuevo. Las hubiera arrancado del cuaderno, hecho bolita, y tirado a algún lugar cerca, pero a Diferencia de Boston, no estaba en mi habitación, y aparte de todo, ese lugar era demasiado hermoso como para contaminarlo con mis malas palabras plasmadas en un papel.
- Amor...-mascullé entre dientes-¿Cómo mierdas es el amor?-pregunté en un susurro lleno de histeria y agonía. Bufé sarcásticamente-Vamos Carolina, eres la peor para preguntarte algo por el estilo-dije mientras colocaba mi cabeza entre ambas manos, mirando hacia mis piernas que estaban en posición de loto-O-di-o el a-mor-dije resaltando cada silaba.
- ¿Ca-Carolina?-una segunda voz se escuchó desde mi izquierda. Agustín se encontraba debajo de la colina, aun en la arena. "¿Y este idiota que quiere?".
- ¿Si?-pregunté mirándolo con irritabilidad. Él bajó la mirada, avergonzado.
- Tu abuela me envió a buscarte; dice que te necesita urgente en la casa-me alarmé. ¿Qué ocurriría que es tan necesario tenerme allí?
- Oh-exclamé un poco con vergüenza por haberlo empezado a atacar antes de tiempo-Ya mismo voy-me levanté de la roca, y tomé mi cuaderno y lápiz. A cuclillas bajé una roca, llegando al segundo desnivel.
- Déjame ayudarte-él extendió su mano, tomando la mía, ayudándome a bajar. Inmediatamente después de que puse los pies en la arena, lo solté.
- Gracias-dije sacudiendo mi short de mezclilla.
Caminamos de vuelta hacia la altura de la calle, donde ahora ambos viviríamos, yo por 3 meses, y el por tiempo indefinido, ambos silenciosos, y yo con cierta prisa a ver qué era lo que mi abuela necesitaba.
- ¿Se veía preocupada?-pregunté sin quitarle la vista al frente.
- No, emocionada. - dijo él. Yo paré en seco, enderezándome. Él se emparejó a mi lado.
- Oh. - dije sorprendida. - supongo que no es algo malo.
- Por su sonrisa, creo que es lo contrario-comentó él, un tanto tímido sin levantar la vista de la arena. Yo lo miré de reojo: sus pantalones de mezclilla estaban arremangados hasta debajo de la rodilla, y llevaba una camisa sin mangas blanca, que dejaba entrever sus bien trabajados brazos, así como las líneas de su pecho y tórax. Yo suspiré.
Continuamos en silencio hasta llegar a la casa, ambos descalzos y con los zapatos en la mano, caminando por la acera. Entré a la casa y el entró justo detrás de mí.
- ¡Pequeña! Lamento interrumpir tu tiempo para escribir, pero tu hermana llamó-me alarmé. Ella me había dicho el día que mi avión salió desde Boston: "No te preocupes Caro, solo te llamaré cuando sea una emergencia. No seré yo motivo de distracción para tu trabajo." pensé imitando el tono de voz de mi hermana.
- ¿Ronny? ¿Qué dijo?-mis ojos casi se salían de mis orbitas, mientras que entraba alarmada a la cocina.
- Dijo que encendieras tu laptop y entraras a algo de... Spike, Scry, S...
- ¿Skype?-adiviné.
- Eso, eso mismo. Skyle. O como sea que se llame-yo asentí la cabeza, y corrí hacia mi habitación, chocando con Agustín en el camino. Solo fue hombro contra hombro. Él quiso disculparse pero yo ni siquiera me inmuté, y entré a mi habitación, dejando la puerta abierta.
Corrí sobre el escritorio, abriendo mi computadora portátil, y esperando a que el sistema se iniciara. Una vez que todos los complementos estaban bien colocados, y sin posibilidad de que se congelara la pantalla, abrí Skype. Inicié sesión, y segundos después estaba recibiendo la solicitud de video llamada de Ronny. Peiné un poco mi cabello. "Mierda... Arena". Di el click sobre aceptar.
- ¡Caro! ¡Caro!-dijo animadamente mi hermana. Estaba peinada, y arreglada, como si hubiera salido. Detrás de ella, se veía la parte posterior de su ventana, la cual dejaba al descubierto que estaba completamente oscuro-¿Cómo estas cosa bonita?
- Irritada, gracias.
- ¿Y eso?-hizo puchero-niña caprichosa... Estas en el país más Bello del mundo y te quejas. Ja.
- Ronny... ¿Estás tomada cierto? -
- Idiota-dijo ella, echándose una carcajada. Dejé la laptop en la cama, y me recosté en ella para quedar frente a la cámara-¿Cómo te va en el viejo continente?
- Bien... Esta caliente, y supuestamente es otoño.
- Es un paraíso tropical Caro, Nove casi nunca enfría... Cosa rara-yo asentí la cabeza, pensativa-Bueno y, ¿Qué tal de Italianos?-alzó las cejas, y rió.
- Ronny, llevo dos días aquí, lo más lejos que he ido es a nuestras rocas. No he tenido tiempo de salir a la ciudad-dije repechándomelo a mí misma.
A aquella colina en la que estaba aquella mañana, le decíamos "Nuestras rocas", ya que años atrás, cuando jugábamos con nuestros primos, nosotras ganamos una estúpida apuesta, la cual incluía que los ganadores eran los únicos que podían ir a las rocas y pasar el rato allí, mientras que los otros se tenían que quedar con las ganas. Ronny y Yo éramos las solemnes vencedoras.
- Okey... Cuéntame, ¿Que paso cuando llegaste?
- Nada del otro mundo. Vinieron todos, hasta el taxista a casa de mi abuela. Mis tíos, mis primos... Todos. Estaba la casa llena.
- ¿Nada interesante entonces?
- Pues...-dije pensando en el momento en que Agustín interrumpió la noche con su accidente en moto. Entonces, alguien tocó a mi puerta.
- Caro...
- ¡Abuela! - dije emocionada.-¿Quieres hablar con Ronny?
- ¡Hola abuela! - la voz de mi hermana se escuchó desde la laptop.
- ¡Oh! ¡Hola Ronny!-se asomó a la computadora y la saludo con una sonrisa-Ven Caro, hablemos desde la sala para que tu abuelo también la vea-dijo ella mientras que me tomaba del brazo para levantarme de la cama. Tomé la laptop entre mis brazos. Escuché la risa ahogada de Ronny detrás de la pantalla. "Si estuvieras aquí, te daría una bofetada en la cabeza." pensé con chusquera refiriéndose a mi hermana.
El pasillo se abrió frente a nosotras en el comedor, mientras que nos acercábamos hacia mi abuelo, el cual leía animadamente el periódico Inglés. Nos miró y sonrió.
- Venimos para que hables con Ronny abuelo. - dije dejando la laptop frente a él.
- Hola Abuelito-gritó emocionada Ronny. Ella siempre había sido la nena consentida por el abuelo, supongo que por ser la primera nieta, de toda una enorme generación de retoños. Le acerqué una silla a mi abuela, y ella tomó asiento. Mis abuelos se tomaron de la mano sobre la mesa, y comenzaron a hablar animadamente con mi hermana... Un aire de ternura fue lo que sentí en la atmosfera, acompañado de una idea. Les preguntaría a mis abuelos su historia de amor, para ver si había algo que me podía servir.
La conversación de Ronny y mis abuelos, tomó forma sin necesitarme en lo más mínimo, por lo que fui a sentarme al frente de la ventana que daba basta vista al patio delantero. Y allí, estaba Agustín, intentando encontrarle forma a las partes destruidas de su motocicleta, con arduo cansancio y dedicación. Se encontraba con unas llaves ajustando tornillos y tuercas, entre otras cosas de mecánica que no conocía: definitivamente, tenía que saber lo que hacía. Sonreí. Si, estaba guapo... Quizás, él también había tenido su historia de amor, una inolvidable historia de amor. O quizás era parte de ella en ese preciso momento. No importaba, lo único que necesitaba eran Ideas, no importaba como, pero ese mismo verano, iba a conseguir la beca mayor para la universidad.
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Hello Beauties!!! Que tengan un lindo día!!!
💕AguslinaShipper💕
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Una Escritora Sin Amor ~Aguslina~ «Adaptada»
FanfictionCarolina busca entrar a la universidad con una beca estudiantil, pero para eso tiene que escribir una historia de un tema en el que es totalmente inexperta... EL AMOR... #175 en romance. #80 en fanfic. #Terminada. Gracias por todo, gracias por tanto...