45✨ Día en Patines

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Capítulo dedicado a laestrella200 valuruiz08 LovesKopelioff y yulyher13

- ¿Te gusta patinar? - preguntó el divertido al ver mi rostro de completo shock, al notar en donde nos encontrábamos.
Frente a nosotros se encontraba una inmensa pista de hielo techada; habían parejas por todos lados, familias enteras, hasta niños pequeños que parecían haber nacido con patines integrados a los pies ya que se deslizaban con tal ligereza sobre el hielo que me hacían sentir torpe y tronca. Al menos, más torpe y más tronca de lo que de por sí ya era por mí misma.
Miré a Agustín con el pánico dilatado en la mirada, y el tan solo me miró con desapruebo.

- Debes de intentarlo.

- Moriré en el intento. - dije reteniéndome ante su brazo, el cual jaloneaba del mío para hacerme caminar hacia el mostrador y muestrario de patines.

- No morirás, Caro. No he escuchado ni una sola vez en las noticias las palabras "Muerte" y "Pista de Hielo" en una misma oración. - Comentó divertido. Yo lo miré con cara de pocos amigos, y bufé cruzándome de brazos.

Odiaba la idea de una pista de patinaje. Se me hacía absurdo, tonto, inmaduro y realmente peligroso en el sentido de que puedes llegar a salir con la nariz rota. Era como que, ¿Qué necesidad se tiene de patinar? Es lo mismo que caminar, solo que te deslizas en lugar de pisar. No había gran diferencia, así que ¿Por qué no ir a tomar una caminata por el parque y olvidarnos del hielo?

- Yo sí quiero Patinar. - Agustín metió ambas manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero, y habló mirando a una pareja que le estaba enseñando a uno de sus tres hijos como detenerse en los patines.

- Pero yo no. - Dije molesta. ¿Por qué no me había preguntado eso de "Te gusta patinar" antes de decidir que iríamos a patinar?

- ¡Vamos Caro! - berrinchudo y con rostro de bebé, me jaló del brazo. - ¡Yo quiero patinar!

- ¡No seas chiflado, Agustín! - me solté de sus dedos, y estiré mi chaqueta queriéndole quitar lo arrugado. - Te recuerdo que gracias a "Cosas que tú quieres hacer" ahora yo tendré que fingir ser una idiota enamorada de ti. - él se quedó callado, y yo sonreí sarcástica. - La última persona con derecho de opinar, eres tú.

- Hmm... - el musitó en silencio, y miró hacia sus pies. Supe que había ganado en el momento en que Agustín fue y sin decir palabra, tomó asiento en una de las mesas de la pequeña cafetería del lugar. Sonreí complacida, y me senté a su lado.

- ¿Comemos algo?

- Eres cruel, ¿Sabías? - levantó su mirada. - Me invitas a comer aquí, mientras vemos a todas las personas felizmente patinando, y yo con muchas ganas de hacerlo no puedo. - rodeé los ojos, y él tomó el pequeño muestrario que se encontraba al centro de la mesa alta plateada. - Quiero unos nachos. - dijo para recostarse en la mesa con sus brazos de por medio. Suspiré, y me levanté de la silla yendo directo hacia el mostrador.

Habían dos mujeres atendiendo el lugar; una con pelo rubio, tan rubio que hasta podía hacerse pasar por blanco, y otra con pelo un poco más castaño, pero con piel tan blanca que casi se camuflaba en la pared.

- ¿Que deseas cariño? - preguntó la rubia oxigenada. Yo miré hacia el fondo del lugar, los grandes carteles con la comida con la que contaban y sus precios. Parpadeé y la volteé a mirar.

Una Escritora Sin Amor ~Aguslina~ «Adaptada»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora