Capítulo 2

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(En multimedia, Violeta)

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Pov Nicky:

Estaba viendo la televisión cuando de repente el timbre sonó, yo fruncí el ceño ya que no esperaba a nadie y tampoco había pedido pizza, comida china o demás. Pero bueno, dejando el cuenco de palomitas en la mesita de café, me levanté y fui hasta la puerta para encontrarme a la última persona que quería ver en estos momentos.

Darel

–Hola rockera, ¿qué tal has dormido? –Preguntó Darel con una gran sonrisa mientras que yo sólo me dediqué a mirarlo con indiferencia.

No me cae mal, se ve que en el fondo es un buen chico pero sinceramente no quiero tener nada que ver con él porque con este tipo de chicos siempre vienen problemas y cuando digo problemas digo dramas de parejas tipo: << ¿por qué eres amiga de mi novio? ¿Te follas a mi novio? ¿Intentas hacer que rompa con mi novio?>> y demás gilipolleces.

– ¿Qué quieres Darel? Estoy muy ocupada ahora mismo, así que si pudieras ir al grano te lo agradecería muchísimo –Le dije yo con mis brazos cruzados y soltando un largo suspiro de cansancio.

–Vaya, me esperaba un recibimiento muy distinto después de lo que pasó ayer entre nosotros –Dijo Darle con cierto brillo de decepción en sus ojos, ¿qué? ¿Acaso pensaba que era una de sus chicas fáciles que se arrojan a sus brazos cuando lo ven? Pues no chico, con ésta de aquí vas a tener que currártelo en serio y sin nada de truquitos para saltarse los pasos e ir directo al sexo.

–Mira Darel, lo que pasó ayer entre nosotros nunca debió pasar. Ese beso jamás pasó, dejémoslo así ¿de acuerdo? –Le dije a él con una ceja alzada y los labios juntos en una fina línea para que supiese que iba totalmente en serio.

– ¿Y ya está? ¿Quieres que lo olvide así sin más, Nicky? –Me preguntó él con reproche, vaya sí que es corto de entendederas este tío.

–Pues sí, quiero que lo olvides Darel. Y ahora si no te importa, me vuelvo al sofá para seguir viendo la película que estaba disfrutando hasta que tú llegaste –Dije exasperada mientras descruzaba mis brazos y sujetaba la puerta con la mano izquierda para cerrársela en su cara.

Pero como con Darel nada es tan fácil, el muy capullo se metió en mi casa como si fuera suya para acto seguido dar un salto hacia el sofá. ¿Acaso pretendía que viese la película con él a mi lado molestando? No, eso ni de coña.

–Largo de mi casa. AHORA –Le ordené con firmeza, aunque fue en vano porque Darel ni se inmutó.

– ¿Quieres palomitas? –Me preguntó sin mirarme mientras me ofrecía el bol de palomitas que YO me había preparado para MI SOLA.

Lancé un gruñido en voz alta antes de arrancarle el bol de las manos y dejarlo de nuevo en la mesita de café.

–No, lo que quiero es que te largues de mi casa –Dije yo señalándole la puerta mientras taconeaba el suelo con mi pie derecho.

–Nah, estoy mejor aquí con mi chica –Dijo él encogiéndose de hombros como si nada. Un momento, ¿Ha dicho que soy su chica? ¿Pero qué coño se fuma este tío?

–Oye para empezar, no soy tu chica y segundo..... ¡¡¡Largarte de mí casa, joder!!! –Dije harta de esta mierda de una jodida vez.

–Primero, es cierto que no eres mi chica pero eso es cuestión de tiempo, créeme y segundo, shhh nena debes calmarte o despertarás a Jacob y créeme cuando te digo que ese gato se despierta de muy mal genio cuando interrumpen su siesta –Dijo Darel con una ceja alzada mientras tomaba un buen puñado de palomitas y luego se lo metía de golpe en la boca, causando que algunas se cayesen en mi suelo perfectamente limpio.

La metalera y el surferoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora