Capítulo 3

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(Darel y su perro, en multimedia)

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Pov Darel:

Muy bien, con que una relación de amigos con derecho a roce. Perfecto, una forma fácil de llegar al corazón de Nicky pero aunque mi idea principal era conquistarla para que por fin se diese cuenta de que ella era la chica ideal para mí, tendré que conformarme con ser su follamigo y por si eso no me cabrease ya lo suficiente, encima tenía que aceptar las condiciones de que cada uno podía ligar con chicos o chicas (en mi caso) sin reprocharle ni exigirle nada al otro.

–Básicamente me estás pidiendo que te comparta con otros hombres como si fueses un simple juguete ¿no es así, pequeña? –Le respondí yo cuando terminó de hablar y me observó a la espera de mi reacción ante sus condiciones.

–Yo no lo habría explicado con esas palabras pero si eso es lo que quieres pensar, muy bien –Dijo Nicky y juro que eso sólo me hizo enfadar muchísimo más.

–Es que no hay otra forma de explicarlo, Nicky. Dios, ¿te das cuenta de que te estás vendiendo como si fueses un objeto? –Le pregunté al borde de límite, odiaba que fuese de esta manera pero al mismo tiempo me encantaba su carácter y eso era lo que había hecho que me atrajese.

Menuda Ironía, ¿verdad?

–Pues ahí tienes la puerta. Si no te gusta eres libre para largarte, Darel. Soy una mujer adulta, independiente y puedo hacer con mi cuerpo lo que me dé la puta y real gana, si quiero liarme con un tío que conozco en una discoteca, lo hago y punto –Dijo Nicky estallando de nuevo mientras se ponía de pie en el sofá para estar al mismo nivel que mi cara.

Aunque traté por todos los medios posibles de no reírme, lo hice

– ¿Y ahora de qué coño te ríes, imbécil? –Me exigió ella con el ceño fruncido mientras hacía un tierno puchero de enfado con sus labios.

– ¿Nunca te han dicho que estás muy guapa cuando te enfadas? –Le pregunté mientras enrollaba mis brazos en su cintura.

Nicky por instinto u acto reflejo, posó sus manos en mis hombros y eso fue mi señal para acercar mi cara a la suya, para acto seguido plantar mis labios sobre los suyos.

Y aunque odie la estúpida idea que ha tenido esta niñata alocada, no voy a negar que amo el sabor de los labios de esta mujer...de está... niñata alocada.

Mi pequeña niñata alocada...

–Besas bastante bien para ser un completo idiota –Me dijo Nicky para picarme, cosa que no hizo más que hacerme reír en sus labios.

–¡¡Vaya, un cumplido de Nicole Prescot!! No quepo en mi gozo –Dije yo, devolviéndole el golpe con una pequeña carcajada.

–Ja, Ja. Qué gracioso, Darel –Dijo Nicky poniendo cara de tonta mientras se reía.

–Bueno preciosa, vístete porque nos vamos a Roma –Dije con una sonrisa triunfal mientras la bajaba del sofá.

Nicky rodó los ojos y luego se cruzó de brazos.

–Darel, ¿sabes la distancia exacta que hay desde Milán hasta Roma? –Me preguntó ella con una ceja alzada.

–Seguro que mucha pero eso no importa, lo que nos interesa es la aventura del viaje y el pasar tiempo juntos para conocernos –Dije yo con una expresión emocionada mientras extendía mis brazos para hacerlo más interesante.

–Vamos a ir a Roma, no al centro de la Tierra, Darel –Dijo Nicky rodando los ojos de nuevo mientras bufaba.

–Venga Nicky, al menos muestra algo de interés. Hazlo por mí, por favor –Le supliqué poniendo cara de cachorrito.

La metalera y el surferoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora