Somebody Else//Joshler

Somebody Else

Tyler solía salir por las noches.

Se dedicaba a admirar las hermosas luces de la ciudad y el bello reflejo que estás dejaban.

Valdosas iluminadas, el frío viento en su cara, la soledad de la calle en altas horas de la noche, las estrellas que lo seguían la mayoría del tiempo.

Veía a los grupos jovenes, haciendo locuras o dedicándose a consumir cualquier droga posible.

Se reía de si mismo por el hecho de que antes hacía lo mismo.

Luego le dolía porque gracias a ese tipo de cosas, lo conoció a él.

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-¿Tienes fuego? -Tyler se encontraba junto a Brendon y un grupo de amigos más cuando se les acercó.

El castaño no le prestó atención al principio, estaba muy concentrado en encender su cigarro, que le pidieran fuego no se le hacía relevante.

-Amigo, si compras cigarros, ¿porque no....-Alzó la mirada y se encontró con sus ojos. Sentía estar en shock.- consigues encendedor.

Tenía el pelo de un color rojo oscuro, algo desordenado pero seguía viéndose bien, ojos café claros y una voz rasposa que para Tyler se le hacía bastante atractiva.

Demonios, se sentía como la persona más maleducada del mundo al responderle así.

-Bueno...-El pelirrojo estaba un poco decepcionado por la respuesta, pero eran desconocidos después de todo.- Traté, pero no es cigarro específicamente.

Brendon, Pete y Taylor se incorporaron para ver la bolsa que él abría, llena de hojas verdes en su interior.

-Lo siento... -Dijo Tyler de una forma muy nerviosa, a notar eso se aclaro un poco la garganta.- viejo. Pequeño mal entendido. -Le entregó el encendedor con cuidado, el le ofreció su mano.

-Josh Dun. -Se presentó con una sonrisa.

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A lo largo de su camino también habían parejas que decidían besarse a tales horas, con tal de estar bajo la luz de la luna.

Y volvía a dolerle, porque sabía que él hacía lo mismo, pero con alguien más.

Desesperado, angustiado, esclavo de sus pensamientos, se retiró y fue al viejo bar de aquella ciudad.

Era un largo trayecto, pero no le importaba. Un ambiente ruidoso y unos cuantos shots le servirían para escapar un poco de su realidad y su dolor, al menos por un rato.

Los faroles eran lo único que le permitía ver y empezaba a hacer frío.

Se aferró más a su abrigo y se abrió paso, veía todos los locales cerrados, había visitado al menos la mitad por su cuenta.

Tiendas de ropa, zapaterias, jugueterías, cafeterías y un montón más.

Eran aburridas y monótonas para el pero verlas era su única entretención a esas horas.

Pasó al lado de una tienda de música, un montón de discografía la había comprado ahí.

Pero entonces otro recuerdo cruzó por su mente.

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-Tan buenos discos, tan poco dinero. -Dijo Tyler mientras tomaba y admiraba los albums de montones de artistas que le gustaban.

Estaban en el trabajo de Josh, una tienda de música bastante completa en el centro de la ciudad.

Desde que se habían conocido, el castaño iba bastante seguido al lugar.