Promise

872 55 3
                                    

Resopló, haciendo que algunos mechones azabaches se elevaran ligeramente en el aire, mientras miraba con gesto aburrido la puerta grisácea que tenía en frente.

Aquella niña consentida...

Hubiera apretado los puños, pero sus manos estaban ocupados con un zumo de naranja recién exprimido y un melón perfectamente cortado en cuadrados que medían cuatro centímetros cada lado.

Era la sexta vez que hacía esa entrega, y esperaba que estuviera a gusto de la señorita caprichosa. Cada vez que le presentaba la petición, siempre tenía una queja.

Parecía que lo hacía a propósito.

-¿Qué tal tu mánager, Shinoa? -preguntó una voz desde dentro, justo cuando él se disponía a tocar la puerta.

Reconocía esa voz. Era el hermano mayor de la chica caprichosa, Kureto Hiragi. El mismo que lo había contratado a él para hacer que su hermana pequeña tuviera oportunidad en el mundo artístico.

Realmente no hubiera aceptado el trabajo sino fuera porque veía un gran potencial en la joven de cabellos violetas. Tenía su encanto, y sabía cómo conquistar a la cámara.

«Pero no sabía que tenía semejante carácter»

-La verdad es que es muy servicial -rió levemente ella al responder-. Me cae bien.

Menos mal, porque si le llegaba a caer mal...

Rodó los ojos y tocó la puerta. Tras escuchar el permiso de parte del hermano mayor, entró.

Shinoa Hiragi, la niña de los caprichos, estaba sentada en un sofá individual, con una mesilla al lado suyo totalmente despejada. Frente suya, y de pie, se encontraba su hermano, quien giró al oírle entrar.

-Traigo su merienda, señorita -por sexta vez, se dijo, pero no lo añadió.

-Puedes dejarlo ahí, Yuu-san -sonrió señalando la mesa que tenía al lado.

El de orbes verdosos obedeció sin emitir palabra. Salió de la habitación despidiendose educadamente y se dispuso a hacer su trabajo...

Aunque estaba ya seguro de dónde podría meter a esa chica.

.·.·.·.

-¿Una película de acción? -repitió ella-. Interesante, me parece bien.

Yuichiro sonrió. Desde el primer momento le había parecido una joven con gran vitalidad y entusiasmo, y alguien que no dudaba en tomar las riendas en sus asuntos. Pese a sus caprichos, era una chica serena y con cierto toque irónico en su personalidad.

Algo que daba para varios guiones.

-Si estás de acuerdo, llamaré al director para que te realice la prueba, Hiragi...

-Shinoa -interrumpió-. Creo que vamos a pasar un buen tiempo juntos, así que llamame Shinoa.

El chico se sorprendió, pero no rechistó. De hecho, tenían ya un poco más de confianza, aunque ella desde el primer momento le había llamado por su nombre. Tampoco era de extrañar, dado que su familia era la que le había contratado y estaba en su derecho de llamarle como gustase, pero sí le sorprendió que le dejara ese permiso a él.

Pero tampoco sabía que esperarse de ella, pues era la niña caprichosa, como la había apodado.

-Muy bien, Shinoa -accedió, todavía algo asombrado pero sin dejarlo ver en demasía.

Se despidió de ella y se fue a su habitación.

Ciertamente, la casa de los Hiragi era grande y esplendorosa. Tanto así, que si no supiera que la muchacha tenía hermanos mayores capaces de asumir la responsabilidad, hubiera dudado que su familia estuviera de acuerdo en su carrera de actriz.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 14, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

One-shots de: Owari no SeraphDonde viven las historias. Descúbrelo ahora