Limerencia

Frío.

Jueves 14 de Enero de 2017

Otra vez sentada.
En una silla blanca pero esta vez no detrás de un mostrador.
Adelante, el mar. Veo 5 olas formarse a la vez, en cadena, como si se siguieran. Y todas mueren en la orilla, donde la marea las revive y las arrastra hacía dentro creando nuevas olas.
Veo la Luna, detrás de las nubes, un poco naranja.
Más arriba, las estrellas, sin formato o dirección. Quiero unirlas con mi dedo con tan sólo señalarlas.
Hacía los costados, la bruma que se asoma de a poco por encima de la escollera y la arena seca.
Y en todos lados, el viento.
No corre mucho, pero cuando aparece me dan chuchos de frío.
Y el frío me da la sensación de tenerte lejos, aunque en teoría, estás cerca en distancia. Sólo dos cuadras nos separan, pero no quiero buscarte ni que me busques.
Pensé en la idea de ir, no lo voy a negar.
Sin embargo, no tiene sentido.
¿A qué iría? ¿Qué esperaría?
Si ya no espero nada.
Te vería y te seguiría sintiendo lejos. Sintiendo frío. No el del viento.

Tu viento frío.

Me quedaría sin aliento de sólo verte. Me inundarían las ganas de insultarte, por el daño que me hiciste y también... las ganas de besarte.
Volver a probar tus labios.
Y creería que vamos a ser lo de antes.
Cuando nos queríamos sin importar qué o quién.
Y antes de seguir pensando en lo que fuimos o en lo que pudimos haber sido, voy a parar acá.
Porque todo terminó.
Porque no hay vuelta atrás.
Porque sabía que cuando todo terminara, no iba a dormir tranquila por las noches.
Porque mi amor... se apagó.

Porque el frío más temido apareció.