Las falacias del tiempo

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Una vez, o quizás varias, me dijeron que "no está bien" desearle el mal al otro.
Y vengo acá, a desmentirlo.

El tiempo terminó.
Otrxs van a venir.
Y sin embargo,
tengo deseos maliciosos.

Uno de ellos, es que el día que encuentres a alguien mejor que yo, no sienta lo mismo.
Sólo para que sientas lo que sentí.

Espero, que cuando lx beses,
sientas el sabor de mis labios.
Que tus ojos se inunden de recuerdos. Recuerdos que no van a volver.

Podrás disculparte desde el día que nos conocimos hasta el fin de nuestras vidas, que no voy a poder perdonar tus actos.

¿Cómo puedo vivir sabiendo que alguien durante todo un año "me amo", cuando en realidad no?
¿Cómo se vive? Decime la verdad.
No podes. No lo sabes.

No te das una idea de lo roto que se sintió mi corazón.
Lo saturado que estaba mi cerebro.
La falta de oxígeno en mis pulmones.
Lo pesado que se sentía mi cuerpo.
Los oscuros que mis ojos se veían en mi reflejo.

Y me preguntaba todo el tiempo, todos los días.
¿Qué hice mal?
Me odiaba y odio.
Por creer que fui yo la que hice mal las cosas.

La que no supo amar.
La que dió todo su corazón,
y le dieron un pedacito a cambio.
La que creyó que si te importaba.

Me lo dijiste a los ojos y no pude creerte.
Era la primera vez que veía a unos ojos mentir tan bien.
Que me hicieron creer lo que tu voz decía.

Tus palabras tan arrastradas y agarradas de un hilo.
Suplicaban por un amor.
Por un poco de vida.
Y no podía dartelo en ese momento.

Después de semanas de atormentar al cerebro, decidí.
Una nueva oportunidad.
Si alguien podía haberme hecho sentir el universo ¿por qué no iba a hacerlo esta  vez?

En el instante en que me permití sentir... no iba con el corazón entero.
Vos lo tenías y yo ya no sabía que hacer.
Ni que decir.

Devolvémelo un rato,
dejame arreglarlo y vemos.

Voy al médico
y dicen que para el corazón roto,
no hay cura.
Que es una falacia que el tiempo lo cura todo.
Pero que existía la mínima posibilidad...
de olvidarte.

Así como vos ese día hiciste engañar a tus ojos,
yo podía engañar a mi corazón a que no te conocía.

Me pregunta por vos, de vez en cuando.
Pero no le contesto.

Se pone cargoso.

Le digo que no moleste,
que ya no existís en ese lugar.
Que sólo sos recuerdos de días felices.
Y otros... no tan felices.

Me dice que él sintió todo real.

Le digo que no lo fue...
Y no me cree.

Le explico que no siempre las cosas son como uno quiere,
que a veces estamos rotos porque nos engañamos a nosotros mismos,
porque aceptamos el amor que creemos merecer...

Entonces, llora
y me pregunta si todo fue mentira.

Le digo que desconozco esa respuesta.

Se enoja y me grita.

Y lo entiendo...

Porque te desconozco o quizás...
jamás te conocí.

Siempre fue demasiado literal la frase de entregar el corazón.
Porque sólo es un órgano que bombea sangre.
Pero ese corazón
se aceleraba cada vez que te veía.
Cuando te extrañaba, mis ojos veían a alguien y te idealizaban.
Sonreía. Te quería tanto que te imaginaba.

Desde que me levantaba hasta que me acostaba; cualquier segundo libre era tuyo. Pensar...
En qué estarías haciendo.
En si estabas bien.
En qué podía regalarte para demostrarte que te quería.
En si pensabas en mí como yo pensaba en vos.
En si anhelabas hacer el amor.

Pero no. Todo era una ilusión.
¿No te sentís ni un poco mal?
No te obligaba a sentir lo mismo porque creía que lo sentías.
¿No era más fácil frenar todo desde el comienzo?
Porque aún tengo un corazón lleno de cicatrices.
Que quiere amar, pero no quiero apurarlo.
Que quiere a alguien más, pero tiene miedo.

Un corazón que escribe y suspira porque está un poco mas aliviado.
Unos ojos que ya no lloran tan seguido.
Una persona que quiere amor...
sin tener que pensar en sufrimiento.

LimerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora