Limerencia

La última vez.

A pesar de haber prometido no volver a escribir de vos, lo voy a hacer.
Porque en los días fríos como éste, vuelven los recuerdos...

Recuerdo... los últimos meses, tan fríos como éste día.

Nuestra última salida.

Estábamos sentadas,
en una mesa que utilizan muchas personas por día.
Comíamos y charlabamos.
Lo que me decías...
no se si era aburrido o simplemente no prestaba atención.
Estaba observándote...
estaba perdida en tu rostro.
Cuando una pregunta tuya, me devolvió a la realidad.

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-¡Yami! ¿por qué me miras así?- con cara de confusión.

-Perdón... ¿así como?- estaba desorientada.

-Me mirás... como si sintieras odio por mí.

-No, no... para nada.- sentencié.
La miré extrañada, pensando que estaba equivocada.

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Lo que sentía
cuando la miraba...
era el amor más puro que jamás había sentido. Estaba totalmente segura de ello.
Sus palabras quedaron resonando en mi cabeza, por mucho tiempo, porque no había explicación alguna para odiarla.

La duda empezó a sentirse dentro de mí, no dudaba amarla...
dudaba de mi mirada.

Después de nuestra salida, en cuanto llegué a casa, seguía preocupada por su última afirmación.
Y no era la primera vez que me lo mencionaba.
Esa fue la última vez.

Fui al baño y me observé en el espejo.
Sólo una cara normal y su reflejo.
Miré hacía otro lado,
te pensé.
Pero en cuanto miré a mi reflejo
vi una sonrisa,
una sonrisa que parecía... triste.
Era triste.
Mis ojos... ya no brillaban.
Eran opacos como las paredes de una cárcel.

Era totalmente ilógico, que de la persona que estaba enamorada sintiera odio cuando la pensaba.

Lo que sentía, no era lo que mi mirada transmitía.
Al menos, eso quería creer... hasta que me di cuenta,
que la mirada es lo más transparente en una persona.

Es inevitable demostrar cuando vemos a alguien, que no nos cae bien.
No poder controlar cambiar la cara y dejar a la vista, la transparencia de ser.
Y no lo veo mal
en absoluto,
prefiero alguien honesto y sincero
a alguien que imite ser algo que no es.

Después de ese día...
me sentí culpable,
porque creí
que no estaba siendo honesta con vos. Porque mi corazón palpitaba algo que mi mente no podía entender.
O tal vez, que ya no quería entender.

Sigo recordando el día en que te conocí,
sigo recordando como brillaban mis ojos,
como mi risa irradiaba luz,
y lamento tanto haber dejado de sentir.

No te culpo,
tal vez, mi subconsciente sí.

Pero lo que sentí
la última vez...
ya no era amor.