De Una Mentira.

Mentira.

Como todos los días, Marinette realizaba su trabajo de diseñadora oficial de Gabriel's, atendía algunas llamadas y otras cosas como revisar la producción de la ropa.

—Marinette, el joven Agreste quiere hablar con usted —porfirió su secretaria mientras revisaba su agenda.

—dile que pase y sabes... —levantó la mirada y sonrió divertida —apartir de hoy puede entrar sin avisar, o más bien sin necesidad de esto.

Su secretaria no evitó verla con confusión para después asentir y salir de la oficina de su jefa.

Marinette se apresuró a levantarse y acomodar su escritorio y recogió sus diseños e intento acomodarlos; al escuchar como alguien tocaba la puerta miro a los lados y suspiró.

—Adelante —dijo alzando un poco la voz, observó como la puerta se abría con lentitud, vió una melena rubia asomarse para después entrar.

—Hola —comentó entrando completamente y cerrando la puerta a su paso.

—Hola —sonrio y se sentó mirándolo atentamente.

—Bien ¿como haremos esto? —pregunto mientras se sentaba a su lado.

—tu eres el de las ideas.

—Tal vez tengo muchas miles de ideas pero, en esto no.

—Claro —rió, segundos después se puso sería.

—¿qué ideas tienes amiga?

—Pues, podríamos dejar la puerta abierta y no se... Hacer algo como esto... —tomo sus manos con torpeza, entrelazó sus dedos con los suyos y miro sus ojos verdosos —nos acercaríamos demasiado y alguno de los dos nos encargaremos de que alguien nos vea —se alejo de el con nervios —o posiblemente hacer que alguien que sea muy chismosa entre en ese momento.

—me parece bien ¿Cuánto durará esto de que nos descubran?

—Un par o tres semanas —sonrio.

—En serio no creo que haremos esto...

—Yo tampoco —rió un poco —será divertido Adrien.

—Claro que lo será ¿por qué crees que lo hago? Al casarnos y ver a alguna persona llorar porque es sensible dudo poder resistir y no reír.

—lo tendrás que hacer —agitó sus mechones rubios despeinandolo por completo.

—oye —sonrió y comenzó a hacerle lo mismo.

—Eso no se hace Agreste —la chica sonrió.

—O por cierto, he mandado a hacer nuestro premio —susurró con orgullo.

—¿Qué?

—Tiene la grabación de "la mejor estafa fríamente calculada".

—¿en serio? —no evitó reír ante lo que el rubio había dicho.

—Si, lo sé, todo saldrá bien.

—¿no crees qué es estúpido hacer esto?

—Claro que no, es por una buena causa ¿no?

—aja —se levantó y miro a Adrien con atención.

El chico tambien lo hizo y sonrió, la azabache formó frunció disimuladamente sus labios, se perdió un poco en los orbes esmeralda del rubio, tragó saliva manteniendo la mirada.

—¿te han dicho que eres un hobbit? —le susurro señalando la diferencia de altura entre uno y el otro.

—Es lo mas lindo que me han dicho... Poste de luz —dijo con sarcasmo, río un poco —espera, eres más bien una jirafa.