¡No me acoses! 『BL』

3. "No sabía que eras gay".

Los dos jóvenes se dirigían hacia la salida después de una extensa jornada de clases. Para peor, tenían que realizar el trabajo para la clase siguiente y no tenían idea de cuánto tardarían. La fecha de entrega se había acordado hace tres semanas, había que hacerlo con determinada anticipación por lo que eso era muy irresponsable de su parte.

Sin embargo, ahora tanto Mika como Yuu se apresuraban en caminar hasta el rejado. El plazo desde el salón hacia la salida había sido acompañado de un incómodo silencio que no se atrevían en romper. Se odiaban, muchísimo, pero Yuuichirou mismo se sorprendía de que el rubio se mantuviera tan callado.

—Entonces, ¿dónde vives? —preguntó Mikaela para romper el hielo.

—Sólo sígueme, aún no me sé el nombre de las calles.

—¿En serio?— El rubio rió, incrédulo—. ¿Hace cuánto vives aquí?

Yuu respiró con profundidad antes de ofrecer una respuesta.

—Dos años pero antes me alojaba mi tía, luego falleció y tuve que buscarme mi propio departamento. Ella no tenía un hogar propio por lo que no pude heredar nada.

—Oh, lo siento —murmuró—, debió ser difícil.

—Nah. No finjas ser amable conmi...

—¡Oye, Yuu! No sabía que eras gay. —Interrumpió alguien.

Ambos jóvenes voltearon y se encontraron a dos chicos mayores que ellos. Uno tenía ojos azules oscuros y cabellos blancos que caían sobre su sien. El otro, el que había asumido la sexualidad de Yuu, tenía el cabello de un color azabache y los ojos violetas al igual que la amatista. Los recién llegados eran mucho más altos que ellos, le llevarían al menos diez centímetros pero a pesar de la diferencia, tenían casi la misma edad y éstos pertenecían a un curso superior, el último antes de graduarse.

—¿¡De dónde sacas eso!? —exclamó Amane al ver cómo su amigo mayor insinuaba una desviación.

—¿Acaso eres estúpido o no te das cuenta cuando te toman una foto?

Dicho ésto, el pelinegro del último curso sacó el celular de su mochila. Desbloqueó la pantalla y tras dar un par de toques sobre ésta, le tendió el aparato a Yuu, quien había observado toda la escena con una mirada impaciente.

En la pantalla brillaba la imagen de Mikaela abrazando al Amane, sobre ésta había una descripción que decía 《¿La nueva pareja de la escuela?》junto a varios emoticones de lunas pedófilas. Bastó deslizar el dedo sobre el vidrio para saber que Kimizuki Shihō había sido el que posteó la foto.

—Ese poste metiéndose donde no debe —murmuró y cerró el puño con fuerza, como si fuera a tranquilizarlo.

—A mí me molestó que no me lo hayas contado. —El peliblanco negó con la cabeza, por fin aportando algo a la conversación—. De todas formas, traje tu almuerzo. —Tendió una bolsa repleta de comida.

—¡Muchas gracias!— Aceptó Yuu, emocionado.

—¿Tan inútil eres que no sabes cocinar? —acotó Mika después de estar tanto tiempo en silencio—. ¿Quién es? ¿Tu madre?

—Sí, ¿tienes algún problema? —espetó el ojiazul—, oh, por cierto, soy Shinya.

—Y yo Guren —dijo el de cabellos azabaches como los de Yuu.

—Comprendo. Entonces, si Shinya es la madre, tú debes ser el padre ¿no? —siguió Mikaela. No le extrañaba ese tipo de juegos, había formado parte de uno.

—¿Padre? —Rió, ególatra—. Yo nunca podría tener un hijo así de estúpido.

—Y yo no podría tener un padre tan despitado —contraatacó Yuu—. Olvidaste tus calzones encima de mi mesa, nunca lo perdonaré.