Zorro astuto

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Había empezado la temporada de lluvias eran mis tiempos favoritos, como vivía solo en casa nadie se quejaba si regresaba empapado por la lluvia.

Tomé mi sombrilla y salí a caminar, había un parque tan enorme casi del tamaño de una pequeña ciudad, seguí caminando por un camino hecho de tierra hasta llegar a un estanque lleno de peces dorados, me incline un poco y los observé, parecía que estaban felices por la lluvia.
Seguí caminando hasta que llegué a un kiosko abandonado, la vegetación ya se estaba apoderándo de el pero aún así no me importó, guarde mi sombrilla y me senté en la gastada banca, todo parecía brillar era mágico.

Saque mi almuerzo que constaba de unos sándwiches y un café, saque un libro y me volví uno con el paisaje hasta que un sonido me distrajo, al girar mi vista donde había dejado mi almuerzo ¡estaba un zorro comiéndoselo! Agarre mi sombrilla y trate de alejarlo pero el no se iba, después de terminarse mi almuerzo me observó, saltó hacia mi y me quitó mi libro para después irse corriendo, eso sí no se lo iba a permitir

Empecé a perseguirlo pero parecía que no iba a detenerse, corrimos por un pasadizo lleno de flores, está parte del parque jamás la había visto, me detuve a observar mejor el paisaje y el zorro también se detuvo ¿Qué demonios quiere?

Sin prisa me acerqué al zorro estirandole mi mano para que me devolviera mi libro pero no lo hizo, se quedó viendo hacia un lugar en específico, me levanté y caminé hacia allí y fue terrible lo que vi, habían muchos pajaritos en el suelo y cazadores disparando a todo lo que se moviera. Este era un lugar donde se prohibía la caza, malditos asesinos.

Caminé hacia ellos y uno me apuntó con su rifle
-¿Qué quieres niño? Lárgate antes de que te disparemos también- me dijo el señor que me apuntaba

-esta es una propiedad donde está prohibida la caza, ¿No vieron todos los letreros o ni siquiera saben leer?- estaba enojado, ellos no respetaban la naturaleza y si los creia capaz de matarme -esta bien, llamaré a la policía así que, lo mejor sería que se busquen otro lugar para cazar- saque mi celular y empecé a marcar, ellos se fueron corriendo maldiciendome, pero a pesar de eso di informe a los policias.

Guarde mi celular y cuando iba a regresar vi que el zorro me estaba gruñendo ¿Ahora que?
Caminé hacia el pero mi pierna quedó atrapada en una trampa, caí al suelo gritando de dolor, maldecia a esos cazadores con todo mi puto ser, ya veía borroso por el dolor pero alguien se me acercó

-oye, tranquilo, voy a quitarla. Vas a sentir dolor y después trataré de detener el sangrado- me dijo un chico pero era tanto el dolor que sentía que no podía concentrarme en su rostro; hizo lo que había dicho, quitó la trampa y detenía el sangrado, ya no sentía la pierna así que ya podía pensar con más claridad pero mis ojos se abrieron como platos.

El chico que estaba deteniendo el sangrado de mi pierna era de piel canela, de ojos azules que competían contra el cielo, su cabello era tan radiante como el sol pero tenía unas marcas como de bigotes en las mejillas, se veía preocupado mientras veía que mi sangre seguía saliendo, cuando iba a decirle algo él empezó a lamer mis heridas, le di un golpe en la cara para que se alejara y cuando vi hacia mi pierna ¡Ya no estaban las heridas! Miré hacia donde había caído el chico y sólo estaba el zorro tirado junto a mi libro, me le acerqué y este se levantó de prisa, me tendió mi libro e hizo una pequeña inclinación con su cabeza

-eres un zorro muy astuto- le dije mientras estiraba mi mano para tocarle la cabeza pero al hacerlo, estaba tocando el cabello rubio de un chico

-y tu un chico muy descuidado- me dijo mientras sonreía cínicamente, me sorprendí tanto que no contesté, caí al suelo y el chico me veía sin expresión alguna, escuchamos un ruido, alguien venía y él se fue corriendo, yo sólo cerré los ojos y al abrirlos eran los policías haciéndome preguntas sobre que había pasado y de los cazadores.

Una vez terminaron de cuestionarme me fui a casa pero no dejaba de pensar en ese zorro

Me enamoré de un estúpido DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora