Media hora después de que Murray haya convencido a Stella de tomarse los medicamentos, ella esta tranquila.
—No necesito otro psiquiatra, ya tengo al mío. —dice seria y me fulmina con la mirada.
—Tal vez tu psiquiatra no sabe tanto del tema como Murray.—digo.
—Fue el que me diagnóstico el trastorno.
—Stella, se que no me conoces y debido a que otra persona te ha estado tratando no es fácil comenzar desde cero, pero te aseguro que te haré sentir justo como si estuvieses hablando con tu otro médico.—Murray habla con total tranquilidad.
—Puedes decir psiquiatra, se que estoy loca. —bufa. —Si me vas a proporcionar esta clase de ayuda te informo que ya la tengo.—ahora me mira a mi de nuevo, suena molesta y lo entiendo, ni quiero saber como se pondrá cuando escuche de Dubai.
—Stella.—Murray llama su atención. —No te vamos a encerrar e impedir que salgas como si te encontrarás en un manicomio si es lo que piensas, esto solo empeorará tu salud mental.—une sus manos y toma una respiración antes de seguir hablando. —Debes mantener tus actividades diarias,¿has pasado antes por esto verdad?
Stella le mira y asiente.
—Cuando recaes los síntomas suelen ser un poco mas fuertes aunque si se tratan con tiempo los puedes evitar, ¿has sentido depresión o has notado cambios en tu humor?
Esto es demasiado extraño.
—Estuve acostada por unos siete días y mi humor no era bueno, no tenía ni fuerzas ni muchos ánimos de levantarme a hacer algo por mí.—responde Stella.
—Vale, si confías en mi y seguimos todos los tratamientos sin ninguna interrupción te puedo asegurar la cura de esto.
—Mi psiquiatra dijo lo mismo y mira en donde estoy.—ella sonríe con ironía y comienza a negar con la cabeza. —No puedo simplemente dejar el alcohol, las drogas o el cigarrillo, son cosas de las que dependo.
—Para eso tendrás una rehabilitación en casa, llamaré a alguien especialista en eso, además Sebástian te ayudará a que no consumas esas sustancias y...
—¿Y cómo? ¡No vivo con el y tampoco tengo casa!—le interrumpe. Murray me lanza una mirada, no le he dicho que ella no sabe acerca de mi plan y por mi suerte tampoco lo ha mencionado.
—Stella necesito hablar contigo.—digo, me mira con el ceño fruncido.
—¿Acerca de qué? ¿Quieres que me mude contigo y Prue?—cuestiona burlona.
—Murray, ¿nos dejas solos un momento?—pido, el asiente y se levanta para alejarse de la sala.
Stella
Observo todo confundida y ciertamente molesta, ¿qué me va a decir?
Sebástian se levanta y se sienta junto a mi, parece algo nervioso con lo que dirá.
—Suéltalo.—digo con mis cejas arqueadas. Aprieta los labios y asiente.
—Me voy a Dubai este fin de semana.—cuando abro mi boca para decir algo, continua hablando. —Y vendrás conmigo.
—Empiezo a pensar que el que necesita del psiquiatra aquí es otro.—río. —¿Quién cojones piensas que eres? ¡Esta bien! Te confesé lo que me pasa pero eso no te da ningún derecho de tomar decisiones por mi.
—Stella, sólo quiero ayudarte.—resopla.
—¿Y qué?—una sonrisa llena de ironía se forma en mi rostro. —¿Me voy simplemente del país y me quedo allá contigo? ¿Y cuando Prue vuelva que explicación le darás? Se realista en esto, lo nuestro no va a ningún lado y no puedo dejar el país tan fácil si es lo que piensas, ni siquiera llevo el pasaporte conmigo, tengo un hermano que mierda, debe estar mas que cabreado y...—tomo una respiración y niego con la cabeza. —No puedo irme contigo a Dubai.
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Desheredada.
Beletrie«-Te voy a demandar imbécil! Y tú Stella Krumpt, ¡quedas desheredada! Nunca pensé que estas palabras fuesen en serio. »