arrogancia☹ |otayuri|

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Si hay algo que mueve el incorrompible corazón de Yuri Nikiforov es el deber y el honor.

Como todo buen ruso sabe que la mafia es deber y honor. Vive por el deber, y el deber le da honor.

¿Tiene que casarse? Bien lo hará porque es su deber, se lo debe a la mafia, debe ser quien sustituya a su padre, debe probar que para ser omega se las banca todas por deber, pero aveces el deber era demasiado para un chico de quince años.

Podía engañar al mundo pero no a él mismo, no podía casarse, no quería casarse, tenia miedo de casarse.

Si, Yuri Nikiforov tiene miedo

¿A que?

A un alfa.

Seres que toda su vida reto y humilló, pero ahora era diferente, ahora él sería su alfa le debía cierta clase de respeto.

Él no respetaba ni a su padre que era el hombre mas temido de toda Europa y Oriente iba a respetar a un hijo de puta recién aparecido, eso si que no.

Pero no podía arruinar esto, su deber era ser educado.

Y hací ganaría honor.

De paso se burlaría de Leroy, había conseguido un alfa

¡Ja en tu cara imbécil!

A veces pensaba en que si la situación desesperaba y necesita un alfa correría a JJ.

Alababa al señor por no dejar que eso sucedieran.

Estaba esperando en la sala para que su "prometido" llegara por él. Esta seria una noche larga debió a ver fumado algo para no ser pedante o algo.

Tocaron el timbre, y el cerdo fue abrir.

—Hola Otabek.

—Hola señor Nikiforov.

—No me llames así, llámame Yuuri. Espera llamo a Yurio.—Procedio a gritar el nombre del rubio.—¡YURIO OTABEK YA VINO!

Yuri rodó los ojos y camino hacia la puerta.

—Cuanta delicadeza, puerco.—Oh el sarcasmo de Yuri se hizo presente.—¡Y que no me llames Yurio! ¡Me llamo Yuri! ¡YURI!

—Que tenga una linda noche.— Empujo a ambos fuera de la casa y cerro la puerta.

—Estupido cerdo.—Bufo Yuri.

Yuri se limitó a seguir a Otabek al auto mientras se repitia así mismo

No la cagues

No la cagues

No la cagues

Otabek se paro junto al auto y le abrió amablemente la puerta para que él pasará primero a entrar al auto.

Yuri lo miro mal y dio la vuelta para ir abrir el sólo la otra puerta y entrar al auto.

¿Quien creía que era él? ¿Una dama? No él era un hombre, bueno casi hombre, pero hombre.

Luego analizo la situación

La había cagado y no llevaban ni diez minutos fuera.

Un nuevo récord

El recorrido fue en silencio y Otabek solo lo miraba de reojo. No podía creer que había rechazado su amable ofrecimiento hace rato

¿Quien se creía?

¿El ultimo omega de Rusia?.

Y aunque no lo fuera

Si que dejaba con ganas.