#16: Realmente te extrañe...

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*Narra Michelangelo*

Cuando lo pude ver, su rostro reflejaba odio, desesperación y tristeza a la vez. No pude evitar sonreír, a tal sensación.

Donatello!! — grite, el sonrió muy fugazmente, y volvió la mirada hacia aquel que me había alejado de su lado, rápidamente fue corriendo hacia este mismo, sin darle chance a reaccionar, a síquiera defenderse, lo golpeó tan fuerte, haciéndolo caer al suelo, en el cual se montó sobre él y repetidas veces sigo golpeándolo.

Es mío!!, lo entiendes!? sólo mío!! y de nadie más!! jamás volverá a acercarse a ti, jamás volverás a  acercarte a él!!— gritaba sin descanso y mucho menos sin detenerse.

Leonardo se acerco a el, sujetandolo de los brazos para poder detenerlo, aquel chico ya estaba lastimando y muy gravemente, en tanto Raphael corrió hacia mí, desatandome de la silla y por fin liberandome! después de tantos días.

Leonardo logró alejar a Donatello de Dan, el cual adolorido se retorcía, tapándose la cara con las manos, la cual se encontraba toda ensangrentada.

Yo, sin embargo corrí hacia  Donatello lo abracé por la espalda y lo sujete entre los brazos, el al sentir mi tacto dejó de hacer fuerza dejó de intentar zafarse de mí agarre.

En serio te extrañe tanto... — y no exageraba, realmente lo extrañe tanto, que en ese momento lo tomé de las mejillas y lo besé.

Pero, muy lejos de aceptar mi beso, él me alejo, empujándome,  al verlo su rostro reflejaba desconfianza y más que desconfianza, reflejaba decepción, no pude evitar ponerme triste, quizá en cualquier momento empezaría sollozar...

*Narra Donatello*

Ya todo había acabado...

Por fin lo he encontrado, por fin lo tenía tan cerca de mí.... y a la vez tan lejos... sabía que él seguiría ocultandome cosas, sabía que no confiaría en mí al cien por ciento, porque....?

Leonardo, ya se había encargado de llamar a la policía, realizar una denuncia por secuestro, no es que le deseara el mal aquel chico, sin embargo tampoco permitiría que saliste con la suya, al no recibir una buena sentencia.

Sentir como él me abrazaba era tan reconfortante y al alejarlo, me dolió, realmente me dolió, ver sus ojos cristalizandose, pero a la vez me encontraba enojado..., enojado?, de que él no confíase en mí, de que él no me haya dicho nada y mucho menos que me haya ocultado tantas cosas.

Mire a mis otros dos hermanos, que al ver la reacción que tuve con mi menor, se quedaron desconcertados,

Si eso es todo, regresare a casa... Si eso es todo regresemos a casa ya!..—  dije casi en suspiros, algo inaudible y desanimado.

Leonardo simplemente asintió, Raphael me dio la razón y Michelangelo agachó la cabeza y nos siguió...

Ya nos encontramos en casa, cada uno en su habitación, cada uno en su cama,...en nuestra habitación no se escucha absolutamente nada, casi ni siquiera los respiros.

Porque....? — susurre, tan bajo que creo que él, no lo escuchó, me levanté de mi cama y lentamente me acerqué a la suya me arrodillé y lo mire, parece que está dormido, seguramente estaba cansado, seguramente no durmió bien y tampoco comió bien.

Realmente te extrañe, lo siento mucho — susurre nuevamente, para después alejarme, poniéndome de pie  nuevamente y saliendo de nuestra habitación, baje a  nuestra sala, mire el reloj, marca a las 23 horas y media ( 11:30 pm), era tarde y yo no podía dormir.

Qué hacer con este sentimiento de desconfianza?? Qué hacer con él? que no confía en mí? Qué puedo hacer para que entienda? — qué puedo hacer? — dije por último, para caer sentado sobre el sofá de la sala, recogí mis piernas y las abracé, no sabía qué hacer, entonces escuché, cómo es que alguien bajaba, por las gradas y lo podía escuchar, porque las gradas al ser de madera rechinaba con el peso.

Quien es? — pregunté, no tan alto para no despertar a mis otros hermanos, entonces se dejó ver, era él, era Michelangelo, se encontraba parado al pie de las escaleras, descalzo con la mirada muy triste.

Qué es lo que quieres — pregunté, realmente no me importa si el, en ese momento sentía algo,....  podía ver el dolor que reflejaba su rostro, pero a pesar de eso, no me conmovía, no lo suficiente,como para perdonarlo y a pesar de que lo quería y lo extrañe, durante mucho tiempo, de que lo necesite y me desespere por su ausencia, no podía.... Simplemente no podía....

Si...ento mucho, todo lo que ha pasado, realmente estoy apenado y quiero que me perdones, seguro estás molesto, lo entiendo... — dijo el, acercándose lentamente hacia mí — y que quizá no me perdones fácilmente— , siguió acercándose hasta llegar frente a mí, arrodillándose, posando sus manos sobre mis rodillas y agachando la cabeza entre estas — pero realmente te extrañe y realmente te desee, por favor... — susurro en esas últimas palabras, se notaba su voz, casi rota, quizá estaba a punto de sollozar. O quizá ya se encontraba llorando....

Me partía el corazón verlo así, mi aspecto podía ser lo suficientemente valiente estando solo con mis pensamientos, pero, al tenerlo frente a mí, no podía contener mi dolor, era demasiado, tan sólo quería abrazarlo.... y eso hice, lo tomé de las manos y lo jalé haciéndolo poner de pie y muy rápidamente recostarse sobre mí atrayéndolo hacia mí, ya el, con las rodillas en el suelo, abrazándolo con tanta fuerza, realmente lo necesitaba....

Realmente lo lamento ... — susurro a mi oido.

No dije absolutamente nada y alejándolo un poco, lo bese. *Es tonto* pensaba *realmente tonto*...




Espero que les guste este capítulo. Lamento no haber actualizado antes. Gracias por leer, por votar y por seguir leyendo esta historia.

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