Hoy me levanté tarde y no pude llegar al trabajo así que llamé a mi jefe y me dijo que fuera en el horario de la tarde. Y acá estoy. Detrás del mostrador de nuevo, tomando pedidos, mirando a la gente, hablando con desconocidos. En realidad se siente raro. No conozco a ninguna de las personas que se encuentran aquí, las mismas que vienen a la mañana parece que no vienen durante la tarde, así que me siento un poco solo. De repente un nuevo cliente llega, un niño con ojos tímidos y sonrisa nerviosa, me recuerda a mi mismo. Cuando era un niño. Parece tener miedo de la gente en este cuarto, y se por qué.
Intenta cubrir los moretones en sus brazos con su chaqueta vieja y camina derecho a los baños. Lo sigo y trato de actuar normal, no quiero espantarlo, algo que normalmente sucede. Apoyo mi espalda contra la pared del baño y miro mi teléfono, pretendiendo que estoy hablando con alguien en lugar de estar escribiendo palabras incoherentes en "notas".
Oigo agua corriendo y se que está intentando quitar el dolor de sus heridas. Quitando el dolor de sus heridas. Esa oración trae viejos recuerdos que creí haber olvidado. El grupo de chicos mayores golpeándome, gritándome, eran monstruos. Recuerdo haber corrido a casa llorando casa Viernes después de la escuela. Me escondía en el cuarto de mi hermano hasta que mi madre me encontrara. Todo el mundo ama los Viernes, es el último día de la semana. Yo los odiaba. Todavía lo hago. Cada viernes, los cuatro chicos de siempre me usaban como bolsa de boxeo. Alguna vez intenté defenderme? Obviamente no. No era débil, era inteligente. Esos chicos eran gorilas y yo era un mono chiquitito, no tenía oportunidad de ganar. Alguna vez le conté a mis padres sobre esto? Por supuesto que lo hice, como dije antes, no soy estúpido. Pero los padres de esos chicos lo eran. Creían que si le daban a esos chicos cualquier cosa que quisieran, ellos dejarían de comportarse de esa manera. Pero cuando esos hijos de puta se dieron cuenta que gracias a mi recibían la preciada atención de sus padres, no pararon. Después de todo, eso es lo que siempre habían querido. Niños con padres de mierda normalmente intentan llamar su atención, hasta que crecen y se encuentran solos en este mundo. No todos terminan mal, algunas personas se dan cuenta de lo que está pasando y siguen con sus vidas, superan su pasado, intentan ser mejores humanos. Pero ese no era el caso de estos chicos, y yo era al que lastimaban. Afortunadamente, todo terminó cuando mi familia y yo nos mudamos a otra ciudad, pero los recuerdos seguían ahí. Decido que no quiero que este niño sufra como yo lo hice.
<< Hola amigo, como estás?>> intento empezar una conversación. Inmediatamente comprende sobre qué estoy hablando y baja la mirada. << Está bien, podés contarme lo que pasó. ¿Quién hizo esto?>>
<<Los amigos de mi hermano>> susurra. Okay eso no me lo esperaba.
<< ¿Y tu hermano hizo algo?>> le pregunto suavemente, no quiero que llore.
<< No. Él no está aquí.>> Que. ¿Está muerto?¿Debería preguntarle si está muerto? No, eso sería mal educado. Dios por favor ayudame no se como hablar con gente. <<Está en una práctica con su banda, él toca la batería>> el nene dice, y dejo salir un suspiro de alivio. Bueno, no está muero, gracias a dios. <<Pero no puedo contarle que sus amigos me hicieron esto, si lo hago lo van a echar de la banda>> La cara triste regresa. Pobre chico.
<<¿Pero no te parece que tu hermano se preocupa más por vos que por la banda? Quiero decir, la familia siempre va primero. Y estoy seguro que es tan bueno tocando la guitarra que podría armar su propia banda>> intento levantarle el ánimo. Sonríe un poco y me mira a los ojos.
<<¿Enserio creés eso?>> Asiento con mi cabeza.
Camino con él hasta la puerta del café y le doy una barra de chocolate. Antes de que se vaya le pregunto.
<< ¿Y por qué te golpearon?>> me arrepiento de mi acción al instante, los matones que me hacían bullying no me decían por qué lo hacían, yo me di cuenta de su razón.
<< El hermano de uno de ellos va a mi escuela y yo le pegué una patada en el estómago porque usó mi lapicera sin antes preguntarme>> el chico sonríe y se va caminando. Me quedo ahí parado en silencio con mi boca abierta. Bueno, las personas no siempre son lo que parecen ser.
<< Los humanos son un desastre >> me digo a mi mismo en voz alta y entro de nuevo a la cafetería.