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Me despierto en mi cuarto de la infancia, las mismas paredes blancas cubiertas con posters pero hay algo distinto en ellos. Me levanto y me quedo mirando la puerta por unos cuantos minutos. Esta medio abierta y puedo oír voces que provienen del piso de abajo, pero no reconozco ninguna. Comienzo a caminar por mi habitación. Acá hay algo fuera de lugar. Me río al pensar en esos juegos de "encuentra la diferencia" o "¿Qué objeto no pertenece a la imagen?" en las revistas. 

 Uno de los posters llama mi atención, entonces comprendo todo. Es un sueño. Debe serlo. Nunca tuve un poster de Michael Jackson en mi cuarto, mi hermano Marco tenía uno. Marco. Corro hacia la puerta y la abro. Quiero fijarme si mi hermano está aquí, aunque ya se que es solo un sueño. Saco un pie fuera de la habitación y comienzo a caer. Estoy rodeado de oscuridad, solo oscuridad, nada más. No se por qué pero me tranquiliza. Todos mis pensamientos, mis emociones, mis problemas, desaparecen. Todo es perfecto, hasta que la chica de la cafetería aparece y comienza a llorar. Trato de acercarme a ella para preguntarle que está ocurriendo, pero no puedo moverme ni hablar.  La miro sufrir, sus lágrima se pierden en la oscuridad y su voz es débil. Yo me siento débil también. No puedo hacer nada para ayudarla. De repente su llanto es reemplazado por el silencio y un nuevo sonido aparece. Lo reconozco al instante. Soy abrúptamente despertado por el sonido de mi alarma. Mis manos y mi frente están cubiertas de sudor. Necesito bañarme. Miro a mi alrededor y sonrío. Estoy en mi cuarto, el nuevo, me siento seguro. 


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El cap anterior era muy cortito y como no subía hace mucho acá hay otro, también cortito porque esta historia es así, cortita.

CappuccinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora