Iba a decirle algo pero la puerta trasera se abrió de golpe, dejándole el paso a una mujer de pelo color castaño claro y tez clara. Sus ojos verdosos decían casi todo de ella: Soberbia.
Casi corrió hasta Jimin, quién apenas se había dado cuenta de que ya había ingresado, y le echó los brazos al cuello, para luego besarlo en la boca, demasiado acelerada.
Los ojos de Hari se abrieron como platos y su mandíbula tocó el suelo. Una repentina furia comenzó a crecer dentro de ella. Apartó la vista, repentinamente asaltada por una ola de desconocidos celos.
Las ganas que tenía de arrojarle la taza con agua hirviendo encima eran enormes. Apretó el mango de la taza con más fuerza de la habitual, y justo cuando volteó, Jimin intentaba apartarse a la chica de encima. Casi sonrió, pero se mordió los labios.
Al parecer la mujercita no tenía muchas intenciones de dejarlo en paz y Hari se sentía demasiado molesta como pensar con claridad y decirle algo.
-Saerin, Saerin... ¿Qué haces? -murmuró él entre dientes.
-Estoy totalmente indignada contigo, Jimin ¿Por qué no me devuelves las llamadas que te hago?. -le preguntó ella, ignorándolo. Hari puso los ojos en blanco.
Jimin suspiró, parecía un poco harto.
-¿Cuántas veces te dije que no puedes entrar aquí de esa manera, Saerin?. -dijo el furioso.
Ella se encogió de hombros.
-No lo sé -contestó y se acercó para besarlo, pero Jimin corrió la cara. Se percató de que Hari seguía allí. Apartó a Saerin, y la miró severamente.
-No estamos solos -le susurró, y entonces ella miró a la morena.
Alzó ambas cejas para mirarla de arriba a bajo. Hari sintió como su mandíbula se tensaba y otra vez su mano apretaba con un poco de fuerza la taza.
-Señorita, ella es Saerin -la presentó Jimin.
-La novia -puntualizó ella. Hari asintió y fingió una sonrisa.
-Ella es la señorita Hari, Saerin, la hija del señor Seung -le contó.
-Oh, ¿en serio? -dijo algo asombrada -No sabía que él señor Seung tenía una hija. Nunca me la mencionaste, mi amor -le habló a él.
Hari miró fijo a Jimin. Él le devolvió la mirada. Ella apretó los labios y asintió con la cabeza. Así que nunca se la había mencionado.
Matt entró de repente a la cocina, salvándola. Miró a cada uno alternadamente, reparando en la presencia de Saerin. Pudo percibir la tensión del ambiente.
-¿Sucede algo? -habló él. Hari lo miró y sonrió con ironía.
-No -musitó ella con rabia.
-Matt, ella es Saerin -le dijo Jimin.
-La novia -aclaró Hari con tono sarcástico. Matt le sonrió a la chica, pero su mirada pronto volvió a su amiga.
Hari miró una vez más a Jimin y negó levemente con la cabeza para luego tomar su taza con firmeza, y sin decir nada abandonar la cocina. Jimin la siguió con la mirada.
-Un placer conocerte Saerin, lindo color de pelo -le dijo Matt y volvió a desaparecer por la puerta.
Jimin se volvió hacia Saerin y la miró enojado.
-Que rara la hija del señor Seung -dijo ella no percatándose del enojo de su novio.
-Saerin, te lo he dicho miles de veces, por favor. No lo hagas más, ¿entendiste? -dijo enojado.
-¿Eso es lo único que te interesa? Te llamé mil veces y tú... no me llamas, te extraño -dijo ella haciendo un leve puchero.
-Creo que sabes que trabajo todo el día y si no te llamo es porque no tengo tiempo -dijo con tono molesto aun. Se sentía ridículamente extraño. Hari se había ido de una manera un poco rara, parecía enojada.
-Si, pero... pero...
-Pero nada Saerin, ahora la casa no esta sola. Los patrones están aquí y tienen invitados... No puedes entrar así como así. De verdad voy a pedirte que vayas a tu casa. Te llevo si quieres... pero es tarde, así que vamos -le dijo.
Ella asintió y Jimin se bajó de la mesada, alejándose. Salió de la cocina y Saerin se quedó allí, enojada. Dio una patada al suelo, enfurecida, y gruñó. Odiaba no encontrarlo de buen humor. Miró una vez más la puerta por la que se había ido la tal Hari, y entrecerró los ojos. Algo le decía que esa 'estiradita' le traería varios problemas. Salió de allí, yendo detrás de Jimin. Por lo menos pasaría unos cuantos minutos con él, hasta que llegaran a su casa...
Jimin entró a su habitación y se tiró pesadamente en su cama, colocando sus brazos detrás de su cabeza. Su mente no dejaba de pensar ni un solo segundo. Acababa de llegar de la casa de Saerin, la había dejado en la puerta... y había tardado un poco más de lo previsto ya que ella intentaba convencerlo para que se quedara.
Maldita sea, él era un mal novio...
Se había olvidado por completo de la existencia de Saerin desde que Hari había llegado a la estancia. Y se sentía mal por ello, Woo Saerin era su novia, su compañera. Hace años que estaban juntos, y nunca, nunca le había pasado algo como eso.
Y por otro lado estaba ella, Hari... la niña de la que él había estado completa y perdidamente enamorado cuando apenas era un preadolescente.
La chica que pensó que jamás volvería a ver en su vida... había vuelto y había traído con ella una caja de recuerdos que lo estaban torturando.
Lo que estuvo a punto de hacer en la cocina, lo desconcertó. Él iba a besarla, si el agua no hubiese silbado el la habría besado. Eso era una locura, una total y completa locura. Hari era la hija del jefe, de su jefe. Y por ende él tenía que respetarla y mantener sus sentimientos lo más controlados posible. Y más aún, ambos tienen pareja. Pero el impulso que lo recorrió había sido mayor que cualquier autocontrol en el mundo entero. Se sintió preso de un sentimiento que nunca había sentido. Tuvo la sensación de que un caballo salvaje galopaba en su pecho, en vez de su corazón.
Y al verla de cerca, sentirla así de cerca, el calor de su aliento había rozado sutilmente su mentón. Eso había sido suficiente para enloquecerlo.
Escuchó que la puerta de su cuarto se abría y su madre entraba por ella. Nami lo miró y con cuidado se acercó a él, para recostarse a su lado como lo hacía siempre, cuando veía que a su hijo algo lo perturbaba.
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salvaje » 박 지민. ๑︎
Fanfiction✧ park jimin // fluff; drama; romance; eventual lemon. Salvaje, apodo que ella le había puesto un día que ambos jugaban en los matorrales del campo y él se había comportado tal y como ella lo había llamado. -Sé que habrá mucha gente cuidándote -con...