Capítulo 26: Confusión.

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—¿Quieres contarme? —le preguntó ella.

Él la miró de costado y luego soltó un largo suspiro.

—¿Puedes dejar de amar a alguien de repente? —le preguntó.

Quizás sea porque nunca la amaste de verdad —le respondió su madre —¿Ya no amas a Saerin?

—No... no lo sé, mamá.

—¿Es por la niña Hari? —inquirió. Él volvió a mirarla.

—¿Qué? —aquello lo tomó por sorpresa —Pff, ¿Qué cosas dices, Namin? Claro que no.

Siempre lo supe —dijo su madre con una leve sonrisa.

—¿Qué cosa? —preguntó confundido.

Siempre supe que estabas enamorado de ella cuando eras un niño. No hacías otra cosa que hablar de ella. Estabas pendiente de todo lo que hacía, de lo que le dolía, lo que la hacía feliz. Cuando ella se enfermaba dormías parado en la puerta de su habitación por si ella necesitaba algo... Aaay, Jimin —suspiró —Y ahora que volvió, volvió a traerte aquel sentimiento que perdiste el día en que se fue.

—Pero era un niño mamá...

—¿Y ahora lo eres? —dijo ella mirándolo. Jimin no dijo nada —Ya no eres un niño, ahora eres un hombre. Y ese sentimiento puro y hermoso que sentías por ella aún esta... pero tal vez ahora que eres un hombre ya no solo este el sentimiento puro...

—Mamá —dijo reprimiendo un sonrisa —No creo que sea correcto que sigamos hablando de este asunto.

Namin rió por lo bajo y se puso de pie, para luego inclinarse y besar la frente de su hijo. Le acarició el rostro, y lo miró de manera tierna.

No seas tonto, no cometas el mismo error que yo —le aconsejó.

Él frunció el ceño y la miró bien.

—¿De que error hablas? —le preguntó.

No importa eso ya —le dijo dulce —Solo voy a decirte que sigas a tu corazón. Quizás cuando te des cuenta sea demasiado tarde... —comenzó a caminar hacia la puerta y se giró a verlo —Mamá sabe lo que dice.

Hari se acostó pesadamente en su cama luego de haber salido de la ducha. Matt se acostó a su lado en el más completo silencio. Ella se veía enojada, molesta, enojada de nuevo. Y desde que habían salido de la cocina no le había dicho ni una sola palabra.

—¿Vas a decirme que te sucede, darling? —inquirió.

No me pasa nada —musitó ella.

En realidad ni ella misma sabía que le pasaba. Pero a decir verdad tenía muchas ganas de golpear a alguien... a alguien llamada Saerin. Sacudió la cabeza. Eso era completamente absurdo.

Es porque el Bombón Campestre tiene novia, ¿cierto? —preguntó con suma delicadeza. No quería alterar la delicada línea de paz de Hari.

—¡Ppffff! —escupió ella —¡Já! ¿Por qué debería estar así por eso?.

Matt no pudo aguantarse la risa, pero trató. Había tanto sarcasmo en las palabras de su mejor amiga.

No lo sé —prosiguió él —Quizás estás un poquitín celosa.

—¿Celosa? —inquirió y se echó a reír —Ay, Mattie, no estoy celosa de esa... de esa campesina desubicada.

—¿Campesina desubicada? —inquirió divertido —¿Desde cuando utilizas la palabra CAMPESINA para insultar a alguien?

—Bueno —ella se sonrojó un poco —En realidad no quise decir eso... pero si lo de desubicada.
¿Quién se cree que es para entrar así a mi casa?

—¿La pareja del cuidador de este campo y casa? —inquirió con algo de duda. Ella lo miró molesta.

Eso no le da derecho a entrar como si estuviera pancha por su casa.

—Es una muchacha bonita.

—Sí, claro —murmuró entre dientes —Se nota a leguas que es teñida...

—¿Y? —quiso saber él.

—¡Y nada, Matt, nada! —chilló molesta y escondió el rostro en la almohada.

Mattie se puso boca a bajo y se apoyó sobre sus brazos para observarla realmente divertido. Era extraño verla celosa... jamás la había visto de esa manera.

Vamos babe, admite que estás muy celosa de que el papitaso tengo una novia tan linda...

Ella sacó el rostro de la almohada y lo miró.

No, no estoy celosa... No tengo por qué estarlo. Jimin puede tener un millón de novias si tiene ganas. No me interesa.

—Mentira —sonrió.

Además, yo también tengo novio.

—Oh, por favor... no empieces a hablarme de ese imbécil, el puede ser todo menos tu novio. Además se te nota, se te nota terriblemente que te mueres por dentro. Tú quieres ser la novia de ese hombre, tú quieres estar con ese hombre. ¡Por dios! Si vieras como sonríes cuando está cerca... simplemente eres otra...

—¡Que te calles, Matthew Richard Donnovan!.

Él la miró sin poder creerlo, como si ella acabara de darle el peor insulto de toda su vida. Se puso de pie y la miró con cara de pocos amigos.

—¡Cuando aclares tus sentimientos y estés totalmente segura de lo que te pasa, podrás llamarme Matthew Richard! —dijo enojado —Antes no...

Él salió de la habitación de Hari dando un firme portazo. Ella resopló y volvió a esconder el rostro en la almohada. Quería agarrar algo y romperlo. No podía entender por qué estaba celosa. SI, CELOSA. Muy celosa. Como jamás lo había estado por nadie en su vida.

Y lo peor de todo aquello era que al parecer Jimin jamás le había hablado de ella. Pero ahora que lo pensaba bien ella tampoco le había hablado a Jin sobre Jimin.

Todo era demasiado confuso. No quería sentirse más así, no.

salvaje » 박 지민. ๑︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora