Al día siguiente lo que hice nada más despertarme fue mirar el móvil. Tenía un mensaje de Ann.
‘’Ari, ¿al final hiciste algo?’’
Por un momento había olvidado que ayer se lo conté todo a mis padres pero ese mensaje de su amiga me hizo volver a la realidad. Hoy tenían que decirme algo, no podía seguir más tiempo sin saber lo que pensaban o si me iban a ayudar con esto. Rápidamente, le contesté.
‘’Al final se lo conté todo a mis padres. Me mandaron a mi cuarto sin una respuesta diciéndome que hoy hablarían conmigo. Me temo lo peor. ‘’
Me levanté y me di cuenta de que llevaba puesta la ropa del día anterior. Con todo lo que pasó no tenía fuerzas para cambiarme. Bajé a la cocina y allí me encontré con mi familia reunida en la cocina. Me acerqué hacia ellos.
-Buenos días.
-Ari, tenemos que hablar.
Mi madre no paraba de mirarme fijamente. Juro que en ese momento quise huir y encerrarme en mi habitación. El tono con el que me había dicho eso me preparaba para las peores noticias que podía esperar en una situación como esta.
-Tu padre y yo estuvimos hablando ayer y creemos que lo mejor para ti es que te llevemos a un centro de desintoxicación. Estarás durante 3 meses mínimo. Iremos a visitarte, cielo. Es lo mejor.
Me quedé en shock. No solo me estaban echando de casa, sino que también tendría que convivir con gente que también tiene problemas similares a los míos. ¿Así cómo quieren que deje esta mierda? Seguramente allí me deprima a diario y recaiga. Esto no podía ser verdad. Mi cara se empezó a llenar de lágrimas.
-¿Para quién creéis que es lo mejor? ¿Para mí? ¿O para que no se enteren los demás de que tenéis una hija drogadicta? Si me queréis echar, echadme pero no me llevéis a ese sitio.
-Ari, es lo mejor. Hay profesionales que te pueden ayudar. ¿No querías cambiar?
-Sí, pero no metiéndome en una cárcel. Yo creía que me llevaríais a un psicólogo o algo así. Una sesión a la semana y ya está. Esto es demasiado.
-Allí habrá gente controlándote. Ellos sabrán qué hacer. Además, aún eres menos y harás lo que te digamos.
-Pues que sepáis que solo estaré los 3 meses que me quedan para tener 18. Luego desapareceré de allí y de vuestras vidas. ¿Cómo le podéis hacer esto a vuestra propia hija?
No podía aguantarlo más. Necesitaba salir de allí. Todo me estaba empezando a dar vueltas. Necesitaba drogarme para aguantar todo eso. Fui hacia mi cuarto y abrí el armario. Empecé a rebuscar por el fondo y quité un pequeño doble fondo donde escondía lo necesario para una emergencia como esta. Cerré la puerta y me tragué las pastillas. A medida que pasaba el tiempo me iba relajando cada vez más. ¿Cómo iba a dejarlo si al primer obstáculo volvía a caer? Quizás mis padres tuvieran razón y lo mejor sería ir a esa cárcel para drogadictos. Quizás me ayuden a superar esta mierda.
Desperté a las dos horas tirada en el suelo de mi habitación. El efecto de las pastillas había acabado. Miré la hora y recordé que hoy tenía clase pero ya todo daba igual porque seguramente en menos de una semana estuviera encerrada en un sitio totalmente diferente a mi casa. Tenía miedo al cambio. ¿3 meses fuera de mi entorno? ¿Sin ver a mi familia ni amigos a diario? Sé que mi madre me dijo que iban a venir a verme pero también sé que aunque lo dijese no lo iba a hacer. Siempre encontraría una excusa para no hacerlo. Revisé de nuevo el móvil y tenía tres mensajes de Ann.
‘’Avísame cuando acabes de hablar con ellos. Suerte. ‘’
‘’ ¿Dónde estás? Las clases ya han empezado. ‘’